ZURICH.- No debemos confundir el clima, un fenómeno a gran escala, con la meteorología puntual
de un lugar, dicen los expertos. Un nuevo estudio, sin embargo,
demuestra que el cambio climático está provocando cambios día a día, según www.xataka.com.
Esto quiere decir que los elementos que vivimos: la lluvia, la
sequedad, el calor, la niebla... también se ven modificados en base a
dicho fenómeno global. Aunque esto siempre se ha advertido, no se podía
relacionar de manera directa. El modelo desarrollado por el Instituto de
Ciencias Atmosféricas y Climáticas de Zurich, Suiza, sin embargo, ha conseguido romper esa barrera.
La huella que deja el cambio climático día a día
Los resultados
presentados por el equipo Instituto de Ciencias Atmosféricas y
Climáticas de Zurich, el ETH, dejan claro que el cambio climático no
solo produce cambios paulatinos que van apreciándose a lo largo de las
décadas, sino que existen cambios diarios, en la meteorología, fruto de
dicho cambio.
"El tiempo es en realidad el clima si lo miras a nivel
global", explicaba uno de los autores.
Esta premisa explica uno de los acercamientos de la investigación:
mediante inteligencia artificial han desarrollado un modelo estadístico
que compara los valores meteorológicos a nivel mundial desde hace décadas.
Comparando los datos anteriores, el modelo muestra que existe una variación significativa en los valores y atribuciones meteorológicas a partir de 1999.
Los datos diarios, sin embargo, han sido procesados desde 2012,
obteniendo un "mapa" temporal y geográfico de la huella que deja el
cambio climático en el día a día.
¿A qué datos nos referimos? A temperaturas diarias que varían, a pluviometrías extrañas (muy fuertes o muy flojas), a niveles de humedad anómalos...
Analizado a nivel global, día tras día desde 2012, el panorama
observado, indican los expertos, coincide con las previsiones dispuestas
sobre el cambio climático: hay un factor externo que está empujando a
una variación más rápida que nunca.
Lo
más importante, sin embargo, es que este estudio pone de manifiesto que
el cambio climático no es solo un cambio lento, paulatino,
del que nuestros descendientes tendrán que hacer cuenta, sino que lo
vivimos a día de hoy, cada día.
Con este nuevo estudio y el modelo que
presenta, pionero en su especie, existe un puente para unificar los
grandes y esperados cambios del clima con las "pequeñas" variaciones de
la meteorología del día a día.
El clima no es lo mismo que la meteorología
A nivel científico, tanto la ciencia climática como la meteorología son, grosso modo, dos disciplinas terriblemente complejas. Los resultados obtenidos en una y en otra a menudo son difíciles de interpretar,
especialmente cuando nos vamos a las escalas locales de la
meteorología.
Simplificando mucho, esta es una de las razones
principales por las cuales los valores meteorológicos, que se
corresponden a los eventos locales (lluvia, sequía, calor...), no sirven
como indicadores de que sufrimos un cambio climático.
Por el contrario, los investigadores toman valores globales al
respecto: el cambio anual de temperatura media de la Tierra, la
incidencia estadística o la violencia de tormentas tropicales, etc. Esta
diferencia esencial, más allá del apartado científico, es la que causa que los eventos puntuales que percibimos los seres humanos no basten para clamar "esto es el cambio climático".
Sin embargo, este modelo usa la meteorología y sus variaciones, día a
día y a nivel global, para relacionar los cambios puntuales con los
cambios más grandes, climáticos. El resultado, explican, no deja lugar a
dudas: el cambio climático también está dejando su huella en nuestra vida cotidiana, y, curiosamente, lo hace coincidiendo con el modelo climático, más grande.
"En otras palabras", explican los autores, "el estudio puede verse como la moneda que une las dos caras: clima y meteorología".
Ambos aspectos, y cada día contamos con nuevas pruebas y notamos más sus efectos, tal y como apuntan agencias como la NASA, señalan a una perturbación, un cambio enorme, de consecuencias inesperadas en el futuro.
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