PARÍS.- El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, no cree que haya que elevar la edad legal de jubilación, que desde la reforma de 2011 sube progresivamente de 65 a 67 años, pero sí que se acerque a esas cifras la edad de jubilación real, que actualmente ronda los 64 años.
Escrivá, que compareció ante los medios en París
tras participar en una conferencia ministerial de la OCDE sobre
migraciones, afirmó que la edad de jubilación fijada en 2011 en la
reforma del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero "es un punto de partida perfecto y no creo que haya que tocarlo".
Pero añadió que lo que se debe intentar "con los incentivos correctos"
es conseguir que "la edad efectiva de jubilación se acerca a la edad
pactada en 2011", que actualmente está en 65 años y 10 meses y que
alcanzará los 67 años en 2027.
Preguntado por
el factor de sostenibilidad del sistema de pensiones que estableció en
2013 el Ejecutivo de Mariano Rajoy —que rebaja la cuantía inicial de la
pensión al ajustarla a la esperanza de vida—, que se encuentra en
suspenso, el ministro subrayó que lo más importante respecto a esa
reforma es que se ha corregido el "error" y se va a restablecer el principio de que "el valor adquisitivo de las pensiones se mantenga y se mantenga para siempre".
A su juicio, el problema de financiación de las pensiones a medio plazo "es manejable", "no hay que generar preocupación" y el lugar para buscar soluciones es el Pacto de Toledo.
También dijo que su referencia en la cuestión de las pensiones es el informe que hizo hace un año la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que él presidía antes de entrar en el Gobierno.
El punto de partida es que, con el nivel actual de cotizaciones, la Seguridad Social no debería tener déficit y si lo tiene es porque se le ha sobrecargado con gastos que no le corresponden y se le ha privado de ingresos.
De esa forma "le quitaríamos una enorme preocupación innecesaria" a los actuales y futuros pensionistas, señaló Escrivá.
En su estudio, la AIReF también proponía aumentar el periodo de cotización considerado para el cálculo de la pensión (de los 25 años de la reforma de 2011 a 35).
Escrivá,
que ejerció de vicepresidente en la reunión ministerial de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),
reiteró que España, como los otros países europeos, tendrá que recibir a
millones de inmigrantes (este jueves habló de ocho a nueve millones en tres décadas) para mantener el nivel de su mercado de trabajo, debido al envejecimiento de la población.
Y añadió que "lo que importa ahora es tener una estrategia de medio y largo plazo" para acogerlos e integrarlos, algo para lo que "por supuesto" España está preparada.
Se trata de que "los millones de inmigrantes que van a llegar a España en las próximas décadas, como a cualquier país europeo, vengan y se integren y ayuden a contribuir al crecimiento del país en las áreas donde los vamos a necesitar".
Y preguntado sobre la derogación de la reforma laboral de Rajoy, se mostró prudente: "Primero tenemos que hacer un análisis muy en profundidad de los efectos".
A
ese respecto, hizo notar que solo ahora se empiezan a tener resultados
de los efectos de las reformas laborales que se hicieron en Alemania a comienzos de los años 2000.
"En España, todavía no existen evidencias firmes porque no ha pasado suficiente tiempo", comentó.
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