Milla explica que la preocupación se agudiza con el proyecto de construcción de un hotel en Genoveses, el cual establecería un "precedente peligroso". Además, destaca la venta en línea de viviendas de una extensa urbanización de 14.5 hectáreas en el pueblo de Cabo de Gata, que afectaría a dos hábitats de interés comunitario.
PACMA señala la continua presentación de proyectos para convertir antiguas ruinas de cortijos en hoteles, lo que ampliaría la zona urbanizada y requeriría obras de infraestructura para suministro de agua, electricidad y manejo de residuos, generando un gran impacto ambiental en un espacio natural ya bajo presión.
Durante el año 2024, dos proyectos han obtenido la aprobación de la administración para su ejecución: la construcción de 46 viviendas y un área hotelera en la entrada del pueblo de Cabo de Gata, y un hotel rural en las cercanías de Aguamarga.
PACMA advierte que, aunque estos proyectos se ubiquen en zonas urbanas, contribuyen al aumento de la presión y al deterioro progresivo de los valores naturales de la región.
En este sentido, Milla hace hincapié en que la protección de los espacios naturales protegidos debe ser prioritaria para la administración, y no puede autorizar proyectos que pongan en peligro su conservación.
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