miércoles, 5 de febrero de 2020

Expertos avisan de la instrumentalización política de la inmigración 20 años después de los sucesos de El Ejido


SEVILLA.- La Universidad de Sevilla acoge este jueves una jornada sociológica en la que se aborda a través de distintos expertos un análisis del estallido y posterior repercusión de los sucesos racistas de El Ejido que tuvieron lugar hace 20 años con el asesinato en Santa María del Águila de una joven por parte de un hombre de origen marroquí con trastornos mentales.

"Por una parte podemos pensar en el daño que se hizo a la imagen del pueblo y en las consecuencias tan importantes que tuvo para toda la población, lo que hace más difícil que se repita, pero las condiciones se mantienen y sí puede volver a ocurrir, igual que en otros sitios, sobre todo si se instrumentaliza políticamente la inmigración y si se empieza a tratar políticamente como un problema de seguridad ciudadana", ha explicado el profesor titular de Sociología de la US, Manuel Río Ruiz, quien organiza la ponencia.
La sesión, que cuenta con casi una decena de expertos y que se encarga de abrir el defensor del Pueblo Andaluz, José Maetzu, servirá para analizar la situación actual sobre la base de una hechos que fueron "muy trascendentes" y "sacudieron España y a una parte de la Unión Europea durante al menos 72 horas". 
"Más allá de efemérides, lo que intentamos es pensar en lo que suponen estos escenarios y estos acontecimientos, porque está demostrado que tienden a reaparecer de su aparente letargo bajo fuerzas y corrientes sociales renovadas", ha explicado.
En este sentido y frente al debate actual que ronda a las migraciones, Río Ruiz ha incidido en que este episodio brinda la oportunidad de realizar un "ejercicio necesario de memoria histórica que debe ponerse al alcance de las nuevas generaciones, que eran muy jóvenes y no tienen conciencia de la trascendencia de esos hechos".
El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de El Ejido es uno de los dos concejales en activo que formó parte de la corporación municipal en el 2000 junto con el actual alcalde, Francisco Góngora (PP). "Aquello fue tremendo", ha rememorado José Miguel Alarcón, para quien los "desgraciados" sucesos fueron el producto de "todo lo que se había contenido" con anterioridad a raíz de tres crímenes perpetrados en pocas semanas.
"Recuerdo la agresión al subdelegado, que nos pilló a todos en el entierro de Encarnación. La gente se equivocó creyendo que era el presidente de una asociación de inmigrantes", ha explicado el edil quien recuerda los tres días de incidentes que se dieron a partir de entonces en los que el gobierno local, liderado entonces por Juan Enciso en las filas del PP, "no quiso contar con la oposición y se cerró en lo suyo".
Aunque "El Ejido ha aprendido muchísimo desde entonces", según el portavoz socialista, aún hay trabajo por hacer especialmente en "políticas de integración, de convivencia". 
"La inmigración forma parte ya de nuestro pueblo y es el futuro de El Ejido, y también de España, y si no se trata como se tiene que tratar, nos vemos abocados a no hacer las cosas bien", ha valorado.
En este sentido, el profesor de la US ha recordado que, según el Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones, la percepción de la inmigración como uno de los principales problemas sociales pasó en Almería de un 9,3 por ciento en 2017 a un 20 por ciento en 2019.
"En gran medida habría que preguntarse si la problematización social de la inmigración no se debe también a fenómenos de instrumentalización política de la inmigración, que convierten a la inmigración en un banderín de enganche electoral y reclutamiento de votos; votos que concentran las ansiedades de la gente y también a veces la falta de políticas sociales efectivas. En ese sentido El Ejido sería un botón de muestra", ha disertado el experto.
Río Ruiz ha indicado que, desde el plano sociológico, los estudios revelan que las manifestación de rechazo se siguen dando e "incluso no han disminuido tras el conflicto, sino que se han mantenido antagonismos entre grupos", si bien este aspecto no significa necesariamente que tenga que repetirse una situación similar.
"Hay como dos ideas contradictorias: puede que la población aprendiera de los enormes costes tanto de la violencia como de la exclusión social de los inmigrantes, pero por otro lado la exclusión social a buena parte de los inmigrantes continúa y los índices de rechazo en la localidad, según muchos estudios, indican que son más altos que en otros sitios", ha observado.
Al respecto, para el presidente de Fundación Cepaim y director de Almería Acoge, Juan Miralles, "siempre que haya personas en exclusión, va a ser posible que se reproduzca aquella aberración" si bien ha señalado que ahora hay más personas de origen extranjero "viviendo dentro del pueblo, más a los que se considera vecinos".
Miralles, quien ya trabajaba con el colectivo inmigrante en el año 2000, advierte de que la palabra clave "tanto entonces como ahora" es la de "autóctonos". 
"Cuando eliminemos esa división entre autóctonos e inmigrantes para ser solo ciudadanos, la mitad del problema estará solucionado", según ha valorado.
En esta línea, asegura que la "convivencia" en el municipio de El Ejido es "la que había y la que hay ahora" y remarca la necesidad de que cale en la sociedad ejidense el concepto de "vecindad". 
"Si no viven en asentamientos, lo hacen en barrios marginados. Si no hay convivencia, es terreno abonado para el miedo, los estereotipos, el rechazo y para que cualquier exaltado con mala fe e intención se aproveche".
Para el profesor de la US, el papel de la administración local en ámbitos como El Ejido se muestra fundamental para cohesionar a la población, especialmente en una localidad que se caracteriza por la riqueza de sus sector agroindustrial que se ha acumulado "a través del esfuerzo de agricultores y empresarios, pero también del esfuerzo peor considerado y mucho peor tratado de la población inmigrante".
"Con esa riqueza producida a costa de esos diversos esfuerzos, ¿qué se ha hecho a nivel local para cohesionar socialmente?", se ha cuestionado Río Ruiz para quien este tipo de núcleos de población con características propias precisan también una intervención social y una planificación por parte de administraciones supramunicipales.
En esta línea, el concejal ejidense ha apuntado que la localidad "siempre ha ido por delante de las administraciones". 
"Hemos crecido muy rápido y no hemos puestos las políticas transversales en educación, sanidad o vivienda y otros temas fundamentales, ahí sí creo que hemos fallado los políticos", ha explicado a la hora de valorar la falta de más recursos para evitar agravios comparativos entre los habitantes.
Alarcón ha observado que la sociedad ejidense ha cambiado desde los últimos 20 años, de forma que ya hay una "segunda generación bien crecidita" que es por la que "tenemos que apostar". Para ello, cuenta con que en las próximas semanas se conforme un Consejo Municipal de Inmigración por la Integración. 
"Si estamos preparados para convivir y hacer integración, haremos un El Ejido cada vez más grande que traiga progreso y riqueza", ha asegurado.
Al hilo de esto, Miralles ha considerado que los "avances" que se han podido producir en estas dos décadas se debe "más a un esfuerzo personal de la población" aunque insiste es que "no es, ni de lejos, suficiente".
El responsable de Cepaim ha admite que "la misma amenaza" que sintió en febrero del año 2000 en El Ejido "puedo sentirla ahora" y urge a trabajar en "aspectos fundamentales para la integración" porque se "están haciendo juegos peligrosos, no solo para los inmigrantes sino para todos".

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