MADRID.- Ni el AVE a Galicia, ni el pago de la liquidación del IVA, ni la mejora del trasvase Tajo-Segura, ni los problemas del Mar Menor, ni la mejora de la red ferroviaria de Castilla y León. Pedro Sánchez no se comprometió ayer con ninguna de las grandes peticiones que le hicieron los barones del PP en
la ronda de consultas telefónicas con los presidentes autonómicos, según revela hoy El Mundo.
Al
tiempo, el presidente en funciones sí que se comprometió a mantener una
relación bilateral con los líderes regionales, como le pidió Quim Torra, presidente de la Generalitat, y a impulsar el diálogo entre las autonomías en el Senado, como le demandaba el PSC en busca de «un nuevo pacto territorial».
El PP quiere
ser «dique de contención» ante la estrategia de negociación de Pedro
Sánchez y los independentistas, pero cuatro de los cinco presidentes
regionales populares aprovecharon la oportunidad de trasladarle al presidente sus grandes reclamaciones: Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juanma Moreno (Andalucía), Fernando López Miras (Murcia) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León).
Todos ellos se llevaron la negativa o el silencio por respuesta,
excepto un caso puntual: Feijóo le pidió a Sánchez que haga una gestión
«personal» con los directivos de Alcoa «para mantener abierta esa empresa, y en Galicia», y el presidente se ha comprometido a ello.
No
así con la finalización de la línea de AVE a Galicia, ni a liberar
antes de fin de año los 2.500 millones de euros que les debe la
Administración Central a las autonomías por la liquidación de IVA de
diciembre de 2017, una partida que les pertenece a ellos y que engrosará
su déficit en lugar de destinarse a servicios básicos como la
educación, la sanidad o el pago de facturas a proveedores.
Feijóo,
que fue el primer presidente del PP en hablar con Sánchez, según el
orden de antigüedad de los estatutos de autonomía, le exigió que pague
de inmediato, «en los próximos días», esa deuda, porque «no es posible
empezar una legislatura de distensión territorial» si el Gobierno es el
principal culpable de la asfixia económica de las autonomías y el
principal «moroso». Al contrario, si no les paga, se produciría «la
mayor tensión territorial que se recuerda».
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid,
no hizo petición alguna a Sánchez, al considerar que su contacto -por
teléfono, y para enmascarar la llamada a Torra- no guardó las formas
institucionales adecuadas, y se debería producir una reunión formal.
Alfonso
Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León también exigió a
Sánchez que el Gobierno «abone sus deudas» a las autonomías. Y le
demandó que se agilicen «las infraestructuras pendientes» de su
comunidad, en especial el Corredor Noroeste del AVE, la red ferroviaria
convencional y las autovías. Y urgió a Sánchez a apostar más por el
sector agrario y aprobar un plan «de choque» para la transición de los
sectores minero y térmico. En esto último sí hubo «coincidencia» entre
ambos.
El problema más perentorio para el presidente de la Junta de Andalucía
es la «intervención» que, a su juicio, ha hecho el Ministerio de
Hacienda de las cuentas públicas andaluzas. Moreno fue contundente: «Mi
mano está tendida al diálogo, pero me encontrará siempre enfrente si
pretende maltratar a mi tierra». «El Gobierno de Andalucía seguirá
defendiendo con firmeza los intereses de todos los andaluces», alertó.
Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia,
aprovechó la ocasión, tras enviar 11 cartas al Gobierno de España, para
trasladarle a Sánchez que «valorará al nuevo Ejecutivo» en función de
cómo mejore el sistema de financiación autonómica para que no siga
estrangulando a la Región de Murcia, en función de las medidas que tome
al respecto del trasvase Tajo-Segura, que están muy alejadas de las que
se deben tomar, y de su compromiso e implicación con la recuperación del
Mar Menor», apuntan fuentes de su gobierno. Pero Sánchez «ni siquiera
ha contestado» a los temas del agua.
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