miércoles, 6 de noviembre de 2019

Un parador de Turismo rodeado de cerdos y terremotos / Cartas de los Lectores


Hace pocas semanas decidí pernoctar en el Parador de Turismo de Lorca y desde allí realizar excursiones por la comarca y zona colindante de la provincia de Almería. Varios años atrás hice algo parecido haciendo base en el que había entonces en Puerto Lumbreras, de muy grato recuerdo para mí y con una carta gastronómica murciana inolvidable por excelente.

Pero no puedo decir lo mismo de mi experiencia lorquina por dos motivos fundamentales: el permanente fuerte olor a purines del cerdo y el riesgo sísmico objetivo demostrado por los refuerzos metálicos que se han tenido que cimbrar abrazando todos los edificios de la instalación. Por no hablar de unos accesos demenciales desde la autovía A-7 e, incluso, desde el casco urbano de Lorca, para subir hasta su castillo-parador.

No puedo entender pues de manera alguna la ubicación de un parador de la red nacional en un lugar así, completamente rodeado de granjas de cerdos -censadas un millón de cabezas en el término municipal de Lorca- y encima de una falla tectónica muy activa, que provoca casi a diario terremotos en el Valle del Guadalentín, según los registros públicos del Instituto Geográfico Nacional. 

Paradores debiera explicar previamente ambas circunstancias a sus potenciales clientes dentro de una elemental política de transparencia y buen gobierno, para evitar sorpresas a los usuarios -ocasionales u habituales, como es mi caso-  de su selecta red de establecimientos y, muy especialmente, a quienes pertenecemos a Amigos de Paradores

El Parador de Lorca merece salir de ese catálogo de turismo de alta calidad porque resulta un gran fiasco aunque sea el que resulta más barato de todos al estar de oferta casi permanente. 

Ahora lo entiendo mucho mejor ante tal olor nauseabundo y el crujir nocturno de las paredes de la habitación. Toda una pesadilla para salir corriendo pese a su impecable decoración medieval y la entrega tan profesional de sus empleados, una de las cuales me respondió al quejarme en recepción: "Esto es Lorca". Es decir, lo toma o lo deja, amigo.



F.P.N.
 Alicante

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