MADRID.- Comapa, una de las mayores empresas productoras de ibéricos en
España, se enfrenta a denuncias en varias comunidades autónomas por
parte de los productores de jamón de la comarca granadina de La
Alpujarra. La compañía, que es proveedora de Carrefour, está vendiendo
en los hipermercados jamón curado bajo la marca Sierra Alpujarra y con
el nombre de Granada con carne traída de Polonia y que ha sido curada y
envasada en otras provincias españolas, como Segovia, según aseguran a elEconomista.
A
diferencia del jamón de Trevélez, los jamones de La Alpujarra no tienen
una Indicación Geográfica Protegida, pero sí están reconocidos como
Marca de Garantía y sometidos por lo tanto a un reglamento aprobado por
la Junta de Andalucía.
Pilar Álvarez, secretaria de la Asociación de
Productores de La Alpujarra, explica que "aunque está permitido que la
carne se traiga de fuera, y es prácticamente por lo tanto legal, se
tiene que curar en La Alpujarra y eso es algo que Comapa no está
haciendo, por lo que hemos presentado varias denuncias en Madrid,
Valencia y Andalucía".
Los productores alertan, no obstante, que al utilizar el nombre de la
comarca granadina se confunde al consumidor. "Al usar el término Sierra
Alpujarra dan a entender que el producto es de esta zona, cuando en
realidad no tiene nada que ver", asegura la representante de los
productores.
Comapa está importando la carne de Polonia, uno de los
países que más ha sufrido la peste porcina en Europa, con el objetivo de
poder distribuir producto a muy bajo coste. En ningún momento sin
embargo se oculta y figura, en este sentido, el código PL,
correspondiente a Polonia. Los jamones se están vendiendo en Carrefour
desde hace tiempo a tan solo 30 euros la unidad con una oferta
promocional de dos por únicamente 50 euros.
Localizados junto a Sierra Nevada, la localidad de Trevélez, a casi
1.500 metros de altura, y la sierra de la Alpujarra en su conjunto,
cuentan con unas condiciones ambientales inmejorables para acometer los
procesos de salida y secado de los jamones, con lo que han conseguido un
gran prestigio en el mercado.
Ante todo ello, los productores de la
comarca muestran su preocupación por el uso de la marca que está
realizando Comapa, con procesos industriales muy intensivos y sin
ninguna vinculación en teoría con la zona, que puede acabar por
perjudicar su imagen.
Fuentes de la empresa insisten, sin embargo, en
que "importar la carne para la elaboración de jamones es una práctica
habitual y muchas otras empresas también lo hacen".
Los principales accionistas de Comapa son la cárnica catalana Vall
Companys y el empresario Blai Parés, que ejerce la presidencia. La
firma es una de las empresas investigadas en los juzgados por la
supuesta venta de producto no apto para el consumo humano.
Gracias a la
venta de jamones y embutidos a muy bajo precio, Comapa ha creado un
gigante cárnico. A la espera de que se conozcan los datos del año
pasado, la empresa duplicó tanto su volumen de ingresos como de beneficio en 2017
respecto a tan solo dos años antes. Así, pasó de ingresar 250,3
millones de euros en 2015 a un total de 451,7 millones. Y en la misma
línea también, en ese mismo periodo, el beneficio después de impuestos
de 15 a 29,7 millones.
El año pasado la la Agencia Española de Consumo, Seguridad
Alimentaria y Nutrición (Aecosan) lanzó ya una alerta tras detectar un
posible fraude en otra de las marcas de la compañía, Oro de la Ermita,
por falta de trazabilidad y ante la posibilidad de que se hubiera estado
comercializando producto en mal estado. En aquel momento la empresa lo
negó todo asegurando que su marca se había falsificado,pero Carrefour
procedió a la retirada inmediata de todos los jamones.
Tras esa alerta, que no tiene sin embargo nada que ver con lo que
ocurre ahora con el jamón Sierra Alpujarra, la Guardia Civil destapó una
una red de más de 30 empresas que habrían estado reetiquetando de forma
fraudulenta productos ibéricos, lo que ha obligado ya a la retirada de
más de mil toneladas por incumplir las mínimas condiciones sanitarias.
De hecho, el perito de la Junta de Extremadura ha certificado ante el
Juzgado de Fregenal de la Sierra (Badajoz), uno de los que investiga
el fraude, que la trama del jamón habría cometió un delito contra la
salud pública.
En su declaración ante la jueza Francisca Valverde, el
inspector sanitario Miguel Ángel Batalla explicó que "estaban
manipulando y envasando jamón, lomos y embutidos en condiciones
higiénicas lamentables, sin registro sanitario ni trazabilidad alguna.
Había un riesgo evidente para salud".
No hay comentarios:
Publicar un comentario