Según la resolución firmada por el delegado territorial de Sostenibilidad, Manuel de la Torre, la limitación del número de vehículos este verano se producirá entre el 21 de junio y el 22 de septiembre, esto es, por un periodo de 93 días frente a los 100 días de restricciones de 2023 y los 107 en los que se articuló la medida en 2022.
El documento que se publica este jueves en BOJA, también restringe durante el mismo periodo la actividad recreativa de piraguas, kayaks y similares artefactos sin motor, a un número máximo de cinco que, sin necesidad de autorización expresa, se agrupen en zonas del litoral del Parque Natural.
La actividad recreativa, sin ánimo de lucro, llevada a cabo por la agrupación de un mayor número de artefactos requerirá autorización expresa de la Delegación Territorial de Sostenbilidad a fin de preservar el ecosistema litoral y el uso del dominio público marítimo-terrestre.
No obstante, se dispensa tal
situación cuando se trate de una actuación que tenga como objetivo
preservar la vida humana en la mar.
La medida, de la que se ha
dado cuenta al Ayuntamiento de Níjar y a Capitanía Marítima a los
efectos oportunos, cumple este verano diez años y se adoptó como a fin
de preservar el valor ecológico, geológico y paisajístico de uno de los
enclaves más privilegiados de la franja litoral mediterránea que engloba
las playas y calas de Genoveses, Barronal, Mónsul, Media Luna y Cala
Carbón.
A tal fin, la entrada de vehículos privados a motor a
esta zona del parque queda limitada por una barrera y el cobro de una
entrada, cuyo precio se elevó el pasado año con una tarifa estándar de
seis euros. En 2023 se registró un acceso medio de 495 vehículos al día
para un parking en rotación limitado con 399 plazas.
En
total, durante 2023 fueron 49.526 los vehículos a motor particulares que
estacionaron en el área reservada conforme a los datos del dispositivo
que gestiona la empresa Torres y González Díaz SL. De forma general, el
horario de apertura oscila entre las 8,00 y 8,30 horas hasta las 19,00 o
20,00 horas, con aparcamientos cerrados en los días centrales del
verano --desde mitad de julio a mitad de septiembre-- entre las 11,00 y
14,00 horas y 16,30 y 18,30 horas.
La aglomeración de
personas y vehículos que se concentran en estos parajes naturales
durante el periodo estival, supone además del deterioro del ecosistema
litoral que caracteriza el entorno, graves problemas de colapsos en las
vías de acceso que impiden garantizar tanto las condiciones mínimas de
seguridad en caso de incendio forestal o cualquier situación de
emergencia, como la cobertura de servicios básicos sanitarios y de
salubridad.
Del mismo modo, se ha corroborado el aumento de la
actividad recreativa realizada por grupos de kayaks, piraguas y/o
similares artefactos flotantes sin motor, no sujetos a una regulación
específica en áreas del litoral, llegando a producir aglomeraciones en
áreas especialmente sensibles y que suponen un riesgo para la
conservación de las especies marinas propias del área intermareal.
Asimismo, esta actividad puede derivar en una degradación de los
valores estéticos y paisajísticos propios de estas áreas y que, a su
vez, llegan a interferir con otras actividades de uso público que puedan
llevarse a cabo en dichas zonas.
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