SEVILLA.- Las macrocausas de corrupción que se están investigando
en los juzgados andaluces están poniendo a prueba a la Justicia. El
presunto desvío de fondos de la Junta de Andalucía y el quebranto
millonario para las arcas públicas es el denominador común en los ERE, la trama de UGT-A, el fraude de los cursos de formación y el caso Invercaria.
Se trata de asuntos de una gran complejidad, en los que los tribunales
de justicia no siempre actúan con la celeridad que exige la ciudadanía a juicio de El Mundo.
Los juzgados se enfrentan a la instrucción de estas macrocausas, que
se han desgajado en infinidad de piezas, sin apenas medios y muchas
veces colapsados. Para colmo, faltan expertos que analicen el fraude (en el caso UGT pasaron cuatro años
desde que el instructor encargó la pericial hasta que estuvo
finalizada) y no todos los jueces están a la altura (la magistrada María Núñez Bolaños,
instructora de los ERE y actualmente de baja, ha sido denunciada por la
Fiscalía Anticorrupción por paralizar varias causas de corrupción).
Y
así, pasan los años y las causas parecen eternizarse en los tribunales.
Mientras, por las rendijas de la Justicia, los corruptos tratan de
escaparse, como admite a El Mundo un letrado que conoce de primera mano
estos casos. A continuación se detallan las causas más significativas de corrupción a las que debe dar respuesta la Justicia en Andalucía.
Los ERE
La
mayor causa de corrupción abierta nunca en España, por el volumen del
fraude millonario y por la cantidad de investigados -más de 300-,
comenzó a instruirse en 2011. En enero se cumplen nueve años del inicio
de las diligencias previas 174/2011 y en este tiempo sólo la conocida
como 'pieza política' ha sido enjuiciada y sentenciada.
Diecinueve ex
altos cargos del Gobierno andaluz del PSOE, entre ellos los ex
presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, han sido condenados por diseñar un procedimiento ilegal para repartir nada menos que 679 millones de euros en una década.
Pero
todavía falta mucha tela por cortar en el caso ERE. La macrocausa se
desgajó en infinidad de piezas, una por cada ayuda presuntamente ilegal
que salió del 'fondo de reptiles' de la Junta. En el Juzgado de
Instrucción nº6 de Sevilla, según los cálculos que hizo el pasado verano
la Fiscalía Anticorrupción, de las 182 diligencias
previas incoadas, 129 estaban entonces en trámite o acumuladas a otros
procedimientos, 48 se habían archivado y el resto estaba prácticamente
finalizada la instrucción.
Cuando concluya la investigación, todas estas piezas deben ser enjuiciadas en la Audiencia de Sevilla, donde hay "un atasco importantísimo",
como admite una fuente cercana a estos casos. La Fiscalía, de hecho, ha
mostrado su preocupación por este atasco en reiteradas ocasiones.
Caso Invercaria
En
2012 comenzó la investigación judicial sobre el caso Invercaria, que
versa sobre el presunto reparto sin control de fondos públicos a través
de la empresa de capital riesgo de la Junta. Al igual que en los ERE,
sólo se ha celebrado un juicio de esta macrocausa, que también se
dividió en una treintena de piezas distintas.
La vista oral por el
préstamo de 100.000 euros concedido por Invercaria a Aceitunas Tatis
finalizó el 29 de octubre pasado, pero todavía no hay sentencia. Hay
otras 13 piezas más de esta causa en la Audiencia, a la espera de que se
celebren sus juicios.
Pero en el Juzgado de Instrucción nº16 de Sevilla todavía quedan más
asuntos relacionados con la empresa pública de capital riesgo de la
Junta en fase de instrucción y otros que todavía ni siquera se han
abierto.
Las fuentes del caso consultadas por este diario remarcaron que
ya se ha analizado la parte más compleja del caso, que
supone más del 50%. Si al principio se podía tardar meses o incluso
años en concluir la investigación sobre cada pieza, ahora se va mucho
más rápido y en apenas unas semanas es posible finalizar las pesquisas y
enviarlas a juicio, por todo el bagaje acumulado en estos siete años de
instrucción.
Fraude de la formación
Ha sido uno de los escándalos que más se han echado en cara el PSOE y el PP,
después de que saliera a la luz el gran descontrol que había con las
subvenciones millonarias destinadas a los cursos de formación en la
etapa de los anteriores gobiernos socialistas en Andalucía.
Sin
embargo, el recorrido judicial de la infinidad de piezas repartidas por
toda Andalucía ha sido desigual.
En Sevilla, la juez Mercedes Alaya
comenzó a investigar esta macrocausa en 2012. Después, el caso se
dividió en diferentes piezas sobre los consorcios de la Junta donde se
impartían los cursos subvencionados, otra causa sobre la empresa
vinculada al ex 'número 2' del PSOE-A Rafael Velasco y
la conocida como 'pieza política' en la que estaban imputados 24 ex
altos cargos de la Junta de Andalucía de la etapa del PSOE andaluz.
La pieza política fue archivada
por la juez María Núñez Bolaños hace tres años en medio de una gran
polémica, ya que la magistrada anunció que iba a dar carpetazo a la
causa en la recta final de la campaña de las elecciones generales de
junio de 2016.
La juez descartó que hubiera una "red clientelar"
vinculada al PSOE acaparando las ayudas para los cursos o que los
fondos millonarios se repartieran con criterios de "clientelismo
político", y no vio "significativo" que hubiera "39 empresas que tienen
alguna vinculación" con el PSOE que habían recibido subvenciones.
Sin
embargo, el pasado julio, la Audiencia de Sevilla ordenó que se
reabriera el caso.
Por lo tanto, se han perdido más de tres años
en la investigación de un caso en el que, si finalmente hubiera
condenas, posiblemente se apreciarían dilaciones indebidas por los retrasos acumulados. Si así fuera, las condenas serían mucho más leves.
Caso UGT-A
Más de tres años han estado paralizadas las pesquisas
judiciales sobre la presunta trama diseñada por el sindicato para
financiarse de forma irregular con las subvenciones millonarias que le
concedía la Junta a través de un sistema de alquileres ficticios de las
aulas donde se impartían los cursos y de las facturas falsas.
La
parálisis estuvo provocada por la tardanza en estar finalizada la
pericial que debía aclarar a cuánto asciende el fraude. El titular del
Juzgado de Instrucción nº9 de Sevilla, Juan Jesús García Vélez, encargó este informe el 21 de mayo de 2015, pero el perito no lo entregó hasta marzo de 2019.
En
los cuatro años transcurridos, varios peritos renunciaron al encargo y
el finalmente designado, un funcionario de la Intervención de la Junta,
se quejó de la infinidad de trabas a las que tuvo que hacer frente, sin
que nadie moviera un dedo.
En un escrito explicó que "no ha tenido dedicación exclusiva"
para hacer la pericial, ya que ha debido compaginar "su labor diaria de
responsable de una intervención, primero como interventor provincial de
Sevilla, y después como interventor delegado en la Consejería de
Conocimiento, Investigación y Universidad".
No fue el único inconveniente, ya que tampoco contó con la ayuda de otro "perito auditor" que "desde el primer momento se consideró necesario". Hasta tres expertos renunciaron a auxiliarle.
El
Juzgado de Instrucción nº9 comenzó la investigación de este caso en 2013,
después de las revelaciones periodísticas de El Mundo, y el 4 de
diciembre pasado el magistrado Juan Jesús García Vélez decidió que las
diligencias previas continuaran por el procedimiento abreviado,
colocando así a la ex cúpula del sindicato en Andalucía y a sus
proveedores de confianza a un paso del banquillo.
La Fiscalía Anticorrupción ha formulado ya escrito de acusación
con la novedad de pedir que UGT-A sea responsable civil subsidiario de
todo el supuesto fraude, que se eleva a 40,7 millones, y "responsable
solidario" de los 250 millones en multas que solicita para los cinco ex
dirigentes del sindicato y Soralpe. Sobre el sindicato podría recaer,
por tanto, una posible condena de 290,7 millones, si se aceptan las tesis del Ministerio Público.
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