MADRID.- El ministro del Interior italiano, el derechista Matteo Salvini, invitó la semana pasada a España a ser solidaria y acoger “las cuatro próximas barcazas” de inmigrantes irregulares después de haber recibido, el domingo 17, al Aquarius con 629 “sin papeles” a bordo. A Salvini se le olvidó en su rueda de prensa un dato importante: desde principios de este año han llegado desde Marruecos más inmigrantes a España que a Italia desde Libia. El resultado de este cotejo es preocupante porque Libia es en muchos aspectos un Estado fallido con dos gobiernos, dos ejércitos, cuatro grandes milicias o grupos terroristas y un sinfín de pequeñas facciones armadas muchas de ellas tribales, revela hoy El Confidencial.
Marruecos no lo es. A juzgar por la eficacia con la que ha acallado este último año las protestas del Rif,
de la región minera de Jerada, de Errachidia y de otra media docena de
lugares, su Ministerio de Interior funciona a pleno rendimiento excepto
ahora en lo que concierne al control de sus costas.
Desde
el 1 de enero hasta el pasado fin de semana desembarcaron en Italia
procedentes de Libia 11.288 inmigrantes mientras que a España llegaron,
hasta ayer domingo por la tarde, desde Marruecos, por mar y a través de
Ceuta y Melilla, 15.441, según fuentes del Ministerio del Interior
español.
Si de este número se resta los que entraron por tierra, a través de
las ciudades autónomas, España sigue aún por delante de Italia: recibió a
través del Mediterráneo 12.712 'sin papeles', 1.490 más que Italia. “El
pasado fin de semana (23 y 24 de junio) acogimos a 959 inmigrantes más y
es ahí cuando se ha producido el 'sorpasso' español a Italia”, afirma una fuente policial.
Además de Libia, Italia recibe a inmigrantes que zarpan de Túnez
y también a unos pocos que lo hacen del este de Argelia. Por eso, en
términos absolutos, acogió en lo que va a año a unos pocos más 'sin
papeles' (16.316) que España (15.694). Interior rehúsa hacerlo, pero si
se añaden los 629 náufragos con los que el domingo 17 atracó el
Aquarius, España alcanza los 16.323, una cifra que rebasa ligeramente a
la de Italia.
En España el fenómeno migratorio va a peor. Se ha
duplicado con relación al mismo periodo de 2017 que ya fue un muy mal
año. En Italia ha caído por tercer año consecutivo, un 77,34% menos
hasta mediados de junio. La ruta migratoria del Mediterráneo Occidental
(Magreb-España) es la única que está en auge mientras las demás menguan.
Las
cifras de irregulares llegados a las costas españoles que proporciona
Interior probablemente estén algo subestimadas. A diferencia de los
subsaharianos, los magrebíes que ponen pie en España intentan escapar de
las fuerzas de seguridad porque saben, sobre todo los marroquíes, que
probablemente serán expulsados a su país.
Una investigación de la delegación de la agencia EFE en Rabat
reveló el 11 de junio que “cerca de 250.000 marroquíes se encontraban
en España en situación irregular como consecuencia de la crisis, pero
también del repunte de las pateras desde 2016”.
El
Ministerio del Interior español no da a conocer el desglose por
nacionalidades de los inmigrantes irregulares, pero la mayoría relativa
(23%) de los que llegaron por mar a España en 2017 eran marroquíes
y, en segundo lugar, figuraban los argelinos. Estos últimos zarpan en
general desde Marruecos. En España hay 773.995 marroquíes empadronados.
El
presidente Pedro Sánchez, respondió a las críticas de Salvini en una
entrevista que publicó el domingo el diario 'El País'.
“Hay gobiernos,
como el italiano, que están teniendo un discurso antieuropeo y donde está primando el egoísmo nacional”,
afirmó. Se abstuvo, sin embargo, de hacer reproches a Marruecos pese a
la laxitud con la emigración de sus fuerzas de seguridad.
Es
verdad que el país vecino sufre una mayor presión migratoria desde hace
un par de años, pero eso solo no explica el brutal incremento de la
emigración clandestina a España. Miembros de la sociedad civil marroquí
lo achacan al deseo de Rabat de hacer llegar ciertos mensajes a Europa y
a España,
sobre todo cuando el conflicto del Sáhara Occidental aflora en varias
negociaciones con Bruselas, y también a la creciente inoperancia de sus
fuerzas de seguridad dedicadas a reprimir en ese Marruecos periférico en
constante ebullición.
“Lo que no sabría decir es si prima el mensaje
subliminal o el desajuste interior”, comenta un académico rabatí.
Sánchez
confirmó también, tal y como había anticipado su ministro del Interior,
Fernando Grande-Marlaska, que el Ejecutivo estudiaba “cómo sustituir
las concertinas” que tantos cortes han causado a los subsaharianos que
intentaban saltar las vallas de Ceuta y Melilla.
Las
autoridades de Marruecos guardan silencio sobre el auge de las pateras
que salen de sus costas, a veces en playas concurridas y a plena luz del
día, y la prensa del país apenas se interesa por el tema. 'La Tribune', una revista con apenas difusión, es uno de los pocos medios que se hizo eco del fenómeno, la semana pasada, en un editorial de su director Fahd Yata.
“Decidir
nuevas medidas a propósito de los enclaves de Ceuta y Melilla no puede
en ningún caso hacerse sin una concertación previa, profunda y franca
con Marruecos”,
advierte Fahd sobre la retirada de las concertinas. Estas cuchillas
entremezcladas con el alambre están colocadas no solo del lado español
de la verja sino también del marroquí. Sería difícil quitarlas de un
lado y mantenerlas del otro.
“Todo el mundo es consciente de que
las medidas de protección adoptadas por España afectan en primer lugar a
Marruecos (…)”, recalca Yata. El director de 'La Tribune' se
muestra receloso con Sánchez y sus intenciones unilaterales. ¿Expresa
una opinión generalizada en los círculos de poder en Rabat?
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