lunes, 25 de junio de 2018

Joaquín Abad presenta su novela “El Andorrano” / Guillermo Herrera *

Con esta rotunda frase inicia su libro “El Andorrano” el periodista almeriense Joaquín Abad, en el que describe con todo lujo de detalles y conocimiento directo fruto de sus investigaciones, cómo hizo su inmensa fortuna el hombre más rico de Andorra, y como fue su vida y su dramática muerte.

Por azares del destino un joven andaluz, pastor y prófugo, consiguió hacerse muy rico a base de abandonar y matar en las montañas pirenaicas, a millonarios europeos, fundamentalmente judíos, que escapaban de la persecución nazi durante la segunda guerra mundial.

Andorra, zona de tránsito y de estraperlo durante muchos años entre Francia y España, fue el lugar elegido por muchos judíos residentes en París y en otras ciudades europeas para huir de la Francia ocupada por los nazis. Anteriormente y durante la guerra civil española los pastores andorranos habían realizado su aprendizaje como guías, cruzando a familias que huían, primero de la zona republicana y posteriormente a los que escapaban cuando la victoria de Franco era inminente.

La frialdad y falta de escrúpulos de estos personajes que constituyeron el poder económico, financiero y político de ese pequeño paraíso fiscal se describe con minuciosidad y datos concluyentes en esta apasionante novela.

El sistema utilizado por muchos pastores andorranos, que se convirtieron posteriormente en los propietarios de bancos, concesionarios de vehículos, hoteles, centros comerciales y pistas de esquí, era muy sencillo. Se ofrecían como guías para realizar la peligrosa travesía y cuando veían que un fugitivo disponía de dinero, joyas u otros bienes valiosos, los arrojaban al vacío, les desnudaban, quitaban los zapatos y ataban sus manos con alambres que llevaban para tal fin. 

Los hombres, mujeres y niños fallecían congelados y eran enterrados por las copiosas nevadas que cubren esa zona del Pirineo. Al cabo de los años algunos de estos cadáveres salieron a la luz y dieron lugar a investigaciones policiales y periodísticas, que nunca contaron con el apoyo ni la colaboración de las autoridades andorranas.

La frialdad y falta de escrúpulos de estos personajes que constituyeron el poder económico, financiero y político de ese pequeño paraíso fiscal se describe con minuciosidad y datos concluyentes en esta apasionante novela, que se lee del tirón.

Antonio Lao, que así se llama el protagonista de la novela, que como toda novela es ficción basada en hechos reales, de no disponer ni una sola peseta, se convirtió en el dueño de los principales concesionarios de vehículos alemanes, así como de hoteles y centros comerciales.

Los herederos de una familia de joyeros parisinos en la década de los ochenta, conscientes de que los crímenes de sus abuelos habían prescrito, encargaron las gestiones para dar con los cadáveres de sus antepasados a un joven periodista almeriense, que fruto de la casualidad, había publicado información sobre la aparición de unas momias en el pirineo andorrano. Al estar congelados los fallecidos se pudieron realizar las pruebas de ADN con facilidad y se pudo comprobar la identidad de los mismos.

Otro de los personajes protagonistas de la novela es el banquero Jordi Mora, también pastor que comenzó como prestamista y amasó una inmensa fortuna creando bancos y empresas también en la ciudad de Mendoza, en Argentina, donde se suicidó una vez que los descendientes de los judíos asesinados le descubrieron y secuestraron.

Por la novela desfilan muchos de los personajes del pasado reciente español y catalán. Las relaciones entre los hacendados de toda España y Andorra vienen de lejos. Muchos de ellos han ocultado sus bienes, beneficios empresariales o comisiones ilegales de sus adjudicaciones en los bancos andorranos que han sido y siguen siendo en gran medida totalmente opacos al fisco español y europeo. 

Los fines de semana a esquiar y descansar en Andorra, pasando un rato a depositar bolsas con efectivo por las oficinas bancarias, ha sido una práctica habitual de cientos de empresarios y millonarios españoles, consentida por las autoridades franquistas y posteriormente por los distintos gobiernos de la democracia.

El joyero Bartomeu, que compraba las joyas robadas a los desafortunados huidos que no llegaban a su destino, reunía anualmente en una pequeña fiesta a los pastores con los que había hecho negocios en una suite del hotel Roc Blanc de su propiedad, en la Plaza Coprinceps, en Escaldes-Engordany. 

Jordi Mora, Oscar Anglada, Antóni Campoi, Jaume Reig, José Ribas, Jaime Trigo, Aleix Ramentol, Antonio Puigdevoll, Ribes y Antonio Lao eran los diez guías que habían pasado de pastores de rebaños a prósperos hombres de negocios gracias a las fortunas que acumularon en el periodo que abarca desde 1936 a 1945.

Para comprender el presente siempre es imprescindible conocer el pasado y para explicarse la opacidad y secretismo que ha rodeado todo lo relativo al principado de Andorra, como paraíso fiscal y lugar donde hacer compras sin pagar impuestos, es necesario conocer el pasado de este pequeño territorio del Pirineo. A ello ayuda esta excelente novela de Joaquín Abad.



(*) Periodista

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