Este aumento extremo de la temperatura del agua es preocupante no solo por su magnitud, sino también por la rapidez con la que ha ocurrido. Según los datos disponibles, 18 de los 20 valores más altos de temperatura media observados en el Mediterráneo han sido registrados entre 2023 y 2024. Este calentamiento acelerado es un signo claro de las transformaciones climáticas que están ocurriendo en este mar.
El calentamiento del Mediterráneo no solo afecta la temperatura del agua. Un mar más cálido incrementa la humedad en el ambiente, lo que puede intensificar la sensación de bochorno y aumentar la probabilidad de lluvias más intensas si las condiciones atmosféricas lo permiten.
Además, este fenómeno podría estar contribuyendo a un proceso de tropicalización del mar, un cambio que tiene el potencial de alterar la meteorología regional y agravar la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos.
En Mallorca, la boya de Dragonera registró un récord de 31,87 ºC este pasado 12 de agosto, superando el récord anterior de 31,36 grados medido en agosto de 2022. Estos datos reflejan una tendencia sostenida de temperaturas inusualmente altas en toda la cuenca mediterránea, con previsiones que apuntan a que esta situación continuará durante las próximas semanas, especialmente en las zonas centrales y orientales del Mediterráneo.
La comunidad científica y los meteorólogos advierten que el Mediterráneo se está calentando a un ritmo un 20% más rápido que la media global de otros mares y océanos. Este fenómeno subraya la necesidad de monitorear de cerca los cambios y sus posibles consecuencias a largo plazo.
El aumento de la temperatura del mar no solo afecta la biodiversidad marina, sino que también podría tener un impacto significativo en la climatología de la región y, en última instancia, en la vida diaria de las comunidades costeras.
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