Este fue también uno de los asuntos que abordaron ambos jefes de la diplomacia en la reunión del 10 de mayo de 2023 en este mismo escenario y que sirvió para preparar el encuentro en la Casa Blanca dos días más tarde entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente estadounidense, Joe Biden.
Ambos mandatarios acordaron entonces, según contó Sánchez, que los equipos técnicos encargados del asunto se reunieran "cuanto antes para que de una vez por todas poder extraer estas tierras contaminadas y poder sacarlas de España". Asimismo, incidió en la "voluntad de resolver este problema" y confió en que con ello se pueda solucionar "de forma definitiva esta cuestión".
No obstante, tanto con el Departamento de Estado como con el Departamento de Energía estadounidenses, así como con el Ministerio de Exteriores, sin que ninguno haya informado de novedades o avances en la negociación de cara a la limpieza adicional en el año transcurrido.
Los hechos se remontan al 17 de enero de 1966 cuando dos aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, un avión cisterna KC-135 y un bombardero estratégico B-52, chocaron en plena maniobra de reabastecimiento de combustible sobre la pedanía de Palomares, en Cuevas de Almanzora.
Durante la colisión, en la que fallecieron siete de los once tripulantes, se desprendieron cuatro bombas termonucleares que transportaba el B-52, que dejaron contaminadas con americio y plutonio 40 hectáreas de suelo.
En octubre de 2015, el entonces secretario de Estado, John Kerry, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, firmaron en Madrid una declaración de intenciones en la que ambos países se comprometieron a una "rehabilitación mayor" del entorno de Palomares y a acometer el traslado de tierra contaminada a un "emplazamiento adecuado" en Estados Unidos.
Tras constatar que no se habían producido avances, el Gobierno remitió en marzo de 2023 a través del Ministerio de Asuntos Exteriores una petición formal a la Administración Biden para que procediera a la retirada de las tierras contaminadas conforme a lo acordado en 2015 con Mariano Rajoy en Moncloa y Barack Obama en la Casa Blanca.
En aquel documento, España expresaba su deseo de "una mayor rehabilitación del entorno de Palomares" mientras que Estados Unidos manifestaba su deseo de "prestar la asistencia necesaria para lograr este objetivo".
Para ello, ambos gobiernos debían "negociar un
acuerdo vinculante para establecer un esfuerzo cooperativo" para dicha
rehabilitación y convinieron en "el depósito de las tierras contaminadas
en un emplazamiento adecuado en Estados Unidos".
En su encuentro de hace un año, Blinken reconoció en la rueda de
prensa conjunta con Albares la "importancia" de esta cuestión y recordó
que Estados Unidos ya llevó a cabo labores de limpieza en la zona
afectada por las cuatro bombas termonucleares que dejó caer uno de los
dos aviones estadounidenses y reiteró la voluntad de Washington de
abordar con España este asunto.
Por su parte, Albares incidió
en que se trata de "una cuestión compleja" y esgrimió que las cuestiones
técnicas pendientes para resolución "deben discutirse a nivel técnico" y
no político, y una vez esto ocurra podrán establecerse las fases para
proceder con la limpieza de los terrenos contaminados y el traslado de
estas tierras a Estados Unidos.
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