La mesa de trabajo le pide la “hora” a Costas sobre los estudios y proyectos para salvar la playa de Balerma

BALERMA.- Desde la mesa de trabajo por la estabilización de la playa de Balerma han comenzado el año revisando las cosas que quedaron pendientes en 2023 sobre las actuaciones con necesidad de ejecutar en el litoral de la localidad marinera. 

Para ello como vienen anunciando cada vez que acuden a las Administraciones, no van a dejar pasar ningún plazo por alto y una vez alcanzado el 31 de diciembre del ya pasado año, han recordado a Costas y a Subdelegación del Gobierno en Almería, que el tiempo está de nuevo encima y los plazos para dar los resultados de los estudios y proyectos para recuperar y estabilizar la playa balermera están cumplidos.

 Como si de un partido de fútbol se tratase han pedido la hora al árbitro para que pite el final y no se duerma nadie, así lo expresaba el portavoz de esta entidad, José Antonio Peña que añadía “nos da igual los ataques de políticos y sectores que defienden otros intereses, nadie nos va a silenciar y queremos saber ya que perspectiva hay para la playa de Balerma y fechas de los siguientes trámites”.

Como recuerdan desde este colectivo, también dejaron encima de la mesa la valoración de poder reducir la evaluación ambiental, para lo que remitieron a la Ministra competente un escrito, del que van a exigir respuesta una vez salga adelante la exposición pública de la alternativa seleccionada. 

De esta forma dicen ser comprensivos y pacientes con los incidentes que pueden surgir en un proyecto de tal envergadura, pero la paciencia tiene un límite y en Balerma está ya rebasado, ya que se lleva esperando una actuación 5 años, y todavía no tenemos ni publicado el proyecto de lo que se va a realizar. 

En palabras de Peña todo se resume en que una vez quede clara la alternativa, la voluntad política debe actuar agilizando plazos y poniendo dinero en la medida a ejecutar, y desde la mesa de trabajo no descartan seguir realizando movilizaciones y actuaciones reivindicativas simbólicas para llamar la atención tanto de los poderes públicos como de la prensa sobre el grave problema que sufre la playa de Balerma, así anunciaba que si para vísperas de verano los técnicos y máquinas no están trabajando en Balerma es probable que llenen los balcones de la localidad de banderas negras con mensajes sobre el crítico estado de una playa que es la vida de este pueblo.