Para la instalación de esta infraestructura se han utilizado grúas especializadas de gran tonelaje y se ha coordinado un equipo humano de más de 20 técnicos y expertos. Esta caseta albergará dos máquinas transformadoras de 1.000 kVA (kilovoltios amperios) cada una y una instalación de 1,8 kilómetros de conductor de media tensión, es decir, estará dotada de potencia suficiente para dar suministro a unas 500 familias.
Asimismo, para la instalación de esta infraestructura, la compañía eléctrica ha trabajado en las canalizaciones que permiten conectar este centro a las viviendas. Para ello, los técnicos han llevado a cabo una reconfiguración de la red de baja tensión instalando 3 kilómetros de conductores de baja tensión.
Endesa sigue trabajando para la mejora del suministro en este barrio almeriense, el cual se ha visto afectado por un incremento en los casos de fraude relacionados con el cultivo de marihuana. Esta situación provoca que se fundan en esta zona unos 60 fusibles a la semana debido al gran consumo energético que necesitan estos cultivos indoor: 24 horas, 365 días al año.
La compañía eléctrica sigue trabajando con todos los organismos para buscar una solución conjunta a esta realidad que afecta a varios barrios de Almería, y se trabaja de forma continua con las fuerzas de seguridad llevando a cabo actuaciones continuas en estas zonas.
Los enganches ilegales se llevan a cabo con materiales no adecuados y sin cumplir ningún tipo de norma de seguridad. Las viviendas que se encuentran enganchadas ilegalmente carecen de los sistemas de protección básicos que toda vivienda debe tener.
En las zonas donde se registran enganches ilegales masivos la única protección que funcionaría es la de las redes de Endesa, que también son boicoteadas, eliminando así la seguridad para las personas y el entorno.
Es muy importante subrayar que el fraude eléctrico conlleva problemas muy graves de seguridad, tanto de las personas que manipulan las instalaciones y de las que fortuitamente pueden tener acceso a ellas, que pueden sufrir electrocuciones, como de las propias instalaciones que pueden sobrecalentarse.
A esto hay que sumar la integridad de los operarios de Endesa que no pueden ir libremente a hacer su trabajo ordinario, pues reciben amenazas y coacciones de los que intentan impedir que se corten los enganches ilegales.
Por ello, las reparaciones en la red de distribución se tienen que hacer bajo el auxilio de la Policía Nacional y/o Policía Local.
Además, los técnicos de Endesa tienen que acudir con el rostro tapado, por indicación expresa de los agentes de la autoridad, para que no se les reconozcan en las intervenciones conjuntas de corte de suministros fraudulentos.
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