martes, 12 de septiembre de 2023

La temperatura del mar pone en vilo a Almería por la gota fría


ALMERÍA.- La temida gota fría planea cada verano por las mentes de esos almerienses que ya han vivido alguna de ellas. El año pasado, debido a las alturas temperaturas registradas en el mar, hubo tensión, pero, finalmente, no hubo que lamentar daños demasiado graves. Algo que sí ha sucedido en épocas anteriores.

Pero el temor sigue ahí porque, otro año más, el agua se ha calentado demasiado. El verano se está manifestando con una intensidad abrasadora en la provincia de Almería, dejando su huella en las temperaturas del agua del mar. 

Según las mediciones recopiladas por la red de boyas de Puertos del Estado, la ubicada en Cabo de Gata estableció un nuevo hito el pasado sábado 12 de agosto, superando de manera contundente el récord establecido el 25 de julio de 2022.

Los datos consultados minuciosamente por el equipo de Diario de Almería revelan que la boya anclada en Cabo de Gata marcó un vertiginoso pico de 28,16 °C en la tarde del sábado 12 de agosto, precisamente a las 19:00 horas GMT (equivalentes a las 21:00 horas locales en Almería). 

Esta cifra refleja un aumento de 0,23 grados en comparación con el registro previo, que había sido de 27,95 °C el 25 de julio de 2022, registrado a las 17:00 horas GMT (lo que corresponde a las 19:00 horas en el horario de España peninsular).

Es en la época otoñal cuando se desencadena típicamente este fenómeno, y es en la región mediterránea de la Península donde este impacta con más probabilidad. Allí, chocan el aire polar que avanza sobre Europa Occidental y el cálido y húmedo viento del Mediterráneo.

Almería ha experimentado en carne propia los estragos causados por las Depresiones Aisladas en Niveles Altos (DANAs) durante los últimos años. Los efectos han sido particularmente crudos en el sector agrícola, la fuerza económica primordial de la provincia, al tiempo que los municipios y sus cursos de agua han padecido daños de consideración.

Estas pérdidas económicas, de magnitud millonaria, presentan un desafío difícil de superar y requieren el apoyo estatal, ya que resulta imposible encararlas con los limitados fondos municipales.

Subrayan que la formación de las llamadas gotas frías depende de una serie de factores. “Como se suele decir, es prudente no contar los pollos antes de que nazcan. Si bien es evidente que el calentamiento anómalo de las aguas superficiales del Mediterráneo viene siendo extraordinario, esto no garantiza automáticamente la ocurrencia de episodios de lluvias torrenciales igualmente excepcionales a finales del verano y en otoño. 

Para que esto ocurra, se necesitan más ingredientes, que podrían o no ser proporcionados por las condiciones atmosféricas”, manifestaban en su momento desde Meteored a Diario de Almería.

“El incremento en la temperatura del agua del mar por varios grados sobre la media actual no implica necesariamente un mayor riesgo. Sin embargo, es crucial considerar que si las condiciones meteorológicas adecuadas para lluvias torrenciales se presentan, entonces las aguas más cálidas pueden aportar una mayor cantidad de vapor de agua al aire que se encuentra sobre ellas. Esta circunstancia podría potenciar la intensidad de las lluvias, resultando en una mayor acumulación de agua precipitable y las consiguientes consecuencias catastróficas que ello conlleva”.

Del mismo modo, los expertos subrayan que no debemos limitarnos a una fecha específica para anticipar la llegada de la gota fría: “Es usual que hacia el final del verano y durante la primera mitad del otoño, las aguas superficiales del Mediterráneo Occidental alcancen sus temperaturas más altas (lo cual, en este año, ha ocurrido incluso antes del ecuador del verano). 

En esta temporada del año, también es común que se presenten intrusiones de aire frío y la formación de DANAs. Históricamente, esta combinación ha resultado en una serie de episodios de lluvias torrenciales, algunos de los cuales han tenido consecuencias devastadoras. En la actualidad, estas situaciones ya no están restringidas solamente a los meses de septiembre y octubre, ya que las condiciones propicias ocurren con mayor frecuencia en otras épocas del año.”

Ahora la pregunta es, ¿será cada verano más caluroso? José Manuel Viñas explicó en su momento a Diario de Almería que “La tendencia es muy clara, a pesar de lo cual hay una variabilidad, por lo que cada año que pase no será necesariamente más caluroso que el anterior”.

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