MADRID.- Asunción Balaguer, decana de las actrices españolas, ha fallecido hoy en Cercedilla (Madrid) a los 94 años a causa de un fallo multiorgánico, según han informado fuentes de la AISGE (Artistas e Intérpretes Sociedad de Gestión), entidad de la que la artista era la socia número 3. Sus restos serán sepultados en Águilas, junto a los de su marido, el actor Paco Rabal.
Viuda del actor Paco Rabal, madre del director de cine Benito
Rabal y la artista e intérprete Teresa Rabal, así como abuela del
también actor Liberto Rabal, la actriz murió esta madrugada en el
hospital madrileño de La Fuenfría (Cercedilla) como consecuencia de un
fallo multiorgánico, han confirmado fuentes familiares.
Balaguer, que había cumplido 94 años el 8 de noviembre, fue ingresada hace una semana después de sufrir un ictus en
su domicilio de Alpedrete, el municipio serrano donde fijó su
residencia a principios de los años ochenta en compañía de su marido.
Su cuerpo será velado en el tanatorio de Collado Villalba y,
tras la incineración, sus hijos, Benito y Teresa Rabal, trasladarán las
cenizas a Águilas, donde descansan desde 2001 las del
protagonista de Los santos inocentes.
Nacida el 8 de noviembre de 1925 en Manresa (Barcelona)
en el seno de una familia burguesa, la actriz se subió por primera vez a
un escenario con trece años, en plena Guerra Civil, en una función de
Santa Teresa de Jesús a cargo del Institut del Teatre. Ya en Madrid,
conoció a un jovencísimo Francisco Rabal Valera cuando éste se incorporó
a la compañía Lope de Vega.
Durante el más de medio siglo que duró su matrimonio con el
reputadísimo actor Paco Rabal, la actriz relegó en parte su faceta
interpretativa, pero cuando enviudó a los 75 años retomó la vida
artística con todas las consecuencias y escribió sus mejores páginas
como actriz.
Entre 2010 y 2013 obtuvo cuatro premios consecutivos de la Unión de Actores; en 2012, la revista Teleprograma distinguió
toda una vida de dedicación al oficio con el TP de Oro y en 2013
recogería el Premio Max a la actriz de reparto por el musical Follies, en el que cantó y bailó en las mejores escenas.
La actriz fue consejera de la entidad y patrona de la Fundación AISGE entre 2020 y 2018 y además asumió la presidencia vitalicia del jurado del Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural, instaurado en 2007.
La actriz fue consejera de la entidad y patrona de la Fundación AISGE entre 2020 y 2018 y además asumió la presidencia vitalicia del jurado del Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural, instaurado en 2007.
El primero reconocimiento que ella obtuvo fue, según recuerda la Fundación
AISGE, el Premio Actúa, que concede la institución y que le otorgó en
2010 por su prolongada y fructífera trayectoria.
Momentos antes de levantar dicho trofeo, Balaguer confesaba con
gracia el motivo de su salto a la interpretación: “Me aburría mi vida.
No me gustaba siendo yo misma y deseaba hacer de otras personas. Este es
el trabajo más hermoso, entre otras cosas porque no te aburre. Si
volviera a nacer, volvería a ser actriz. Y me gustaría tener otra vida,
¿eh?”.
Asunción Balaguer es historia del teatro español, en el que ella estuvo medio siglo a la incontestable sombra de su marido, Paco Rabal, pero que se destapó cuando ya era octogenaria para hipnotizar con su competencia y ternura al público de todas las generaciones.
Balaguer se convirtió a sus 86 años, en 2012, en una "vedette", en una "beatiful girl" como las que veía cuando acompañaba a Rabal (1926-2001) a los "cabarés" para su papel en el musical que dirigió Mario Gas en el Teatro Español "Follies", de Stepgen Sondheim, en el que a pesar de compartir escenario con otros 38 intérpretes se convirtió en "el amor" del público.
"Acompañaba a Paco a los cabarés y todas aquellas mujeronas con aquellas patorras le conocían. Me daban mucha envidia. Ahora soy yo la 'vedette' y me encanta mirar al público con coquetería. ¡Qué ilusión me hace pasearme y levantar los brazos!", revelaba en una entrevista la actriz, que debutó en el cine en 1952 junto a Rabal en "Perseguidos".
En el musical, por el que obtuvo el Max a Mejor Actriz de Reparto, interpretaba "Broadway Baby" ("Yo quiero estar en un show") y bailaba claqué a pesar de que cuando Mario Gas le mandó el libreto se asustó porque, recalcaba, nunca había bailado y solo había cantado en una película de Imanol Uribe, "Extraños" (1999).
"No sabes el subidón que te da interpretar con una orquesta. Solo canto una canción, pero claro, somos tantos... Me hubiera gustado tanto hacer más cosas", se reía un poco "decepcionada" porque a escena no saliera con el "uniforme" de "vedette", es decir, con plumas, sino con un traje "a lo 'antigüilla'".
"Esta es la experiencia teatral más importante de mi vida. Incluso me encantaría ir de gira y ya, picando muy alto, actuar en el Liceo", confesaba.
Antes de "Follies", El Brujo la había convencido para llevar a escena "El tiempo es sueño" (2009), un monólogo que era una conmovedora y apasionada declaración de amor rendido a su profesión y a "su Paco".
El Brujo había tenido con ella varias entrevistas que había grabado dos años antes sobre su carrera, que comenzó, en Barcelona, cuando tenía 15 años con "La discreta enamorada" y continuó, precisamente, con un drama titulado "El tiempo es un sueño".
Ella, como la protagonista de esa obra de Lenormand, supo siempre "lo que le iba a pasar: yo sabía que mi unión con Paco -con quien se casó en 1951- iba a durar, que iba a ser buena", decía.
Balaguer viajó desde Manresa a Madrid para hacer carrera como actriz y tuvo éxito porque era, según han alabado siempre sus compañeros de profesión, muy "talentosa" y "disciplinada" pero en su camino se cruzó Rabal y entonces pasó de los escenarios a estar siempre "pendiente de los demás", a cuidar de sus dos hijos, Benito y Teresa, y de "toda la familia del actor porque él "trabajaba tanto" que no podía.
"Me ocupé de todos y por eso ahora estoy tranquila y en paz", revelaba quien era abuela de seis nietos.
Balaguer, según contaba hoy el director de "Follies", vivió "una vida en tres actos": "empezó siendo una joven y talentosa actriz que fue de Barcelona a Madrid a hacer carrera; luego se cruzó en ella el hombre de su vida, a quien, con todos los altibajos, amó siempre, y ya viuda volvió a emerger ese carisma, esa facilidad en las tablas que subía más y más".
A la actriz le encantaba cuidar del jardín de su casa en Alpedrete, a 43 kilómetros de Madrid, quedar siempre que podía con sus amigas, conducir su "cochecito" y viajar.
"Me gusta ir sobre todo a los sitios que he conocido con Paco, porque a él le gustaba llevarnos a los lugares en los que había trabajado. Estuve en Roma recordando las cosas que hice y me di cuenta de lo feliz que he sido, aunque ya la mayoría de los amigos haya muerto", lamentaba.
Nunca, y eso que le pasaron "muchas cosas malas", se rindió y ese, decía, era su "truco" para sobrevivir.
Tuvo una trombosis en una pierna y luego otra, a los 70 años, en un pulmón que casi termina con ella, pero desde entonces había disfrutado de una salud "estupenda".
"'Asunción no te equivoques', me digo antes de salir a escena, aunque a veces me equivoco pero salgo del atasco con la zorrería del viejo", contaba pícara y feliz sobre su triunfo en las tablas.
"Estoy en la plenitud. Estoy tan feliz siendo mayor... Sabes que has cumplido y tienes una gran felicidad interior. Estoy en una época preciosa y no quiero que se acabe", pedía la actriz que participó en series como "Gran hotel", "La que se avecina" o "El Chiringuito de Pepe" y en las películas "La niña de tus ojos", "Solo mía" o "Barcelona, noche de invierno".
En escena, su último papel fue en "Sueños y visiones del rey Ricardo III" junto a Juan Diego. Era 2014 y ella seguía sintiéndose capaz "de todo".
Siempre unida a Paco Rabal
Asunción Balaguer es historia del teatro español, en el que ella estuvo medio siglo a la incontestable sombra de su marido, Paco Rabal, pero que se destapó cuando ya era octogenaria para hipnotizar con su competencia y ternura al público de todas las generaciones.
Balaguer se convirtió a sus 86 años, en 2012, en una "vedette", en una "beatiful girl" como las que veía cuando acompañaba a Rabal (1926-2001) a los "cabarés" para su papel en el musical que dirigió Mario Gas en el Teatro Español "Follies", de Stepgen Sondheim, en el que a pesar de compartir escenario con otros 38 intérpretes se convirtió en "el amor" del público.
"Acompañaba a Paco a los cabarés y todas aquellas mujeronas con aquellas patorras le conocían. Me daban mucha envidia. Ahora soy yo la 'vedette' y me encanta mirar al público con coquetería. ¡Qué ilusión me hace pasearme y levantar los brazos!", revelaba en una entrevista la actriz, que debutó en el cine en 1952 junto a Rabal en "Perseguidos".
En el musical, por el que obtuvo el Max a Mejor Actriz de Reparto, interpretaba "Broadway Baby" ("Yo quiero estar en un show") y bailaba claqué a pesar de que cuando Mario Gas le mandó el libreto se asustó porque, recalcaba, nunca había bailado y solo había cantado en una película de Imanol Uribe, "Extraños" (1999).
"No sabes el subidón que te da interpretar con una orquesta. Solo canto una canción, pero claro, somos tantos... Me hubiera gustado tanto hacer más cosas", se reía un poco "decepcionada" porque a escena no saliera con el "uniforme" de "vedette", es decir, con plumas, sino con un traje "a lo 'antigüilla'".
"Esta es la experiencia teatral más importante de mi vida. Incluso me encantaría ir de gira y ya, picando muy alto, actuar en el Liceo", confesaba.
Antes de "Follies", El Brujo la había convencido para llevar a escena "El tiempo es sueño" (2009), un monólogo que era una conmovedora y apasionada declaración de amor rendido a su profesión y a "su Paco".
El Brujo había tenido con ella varias entrevistas que había grabado dos años antes sobre su carrera, que comenzó, en Barcelona, cuando tenía 15 años con "La discreta enamorada" y continuó, precisamente, con un drama titulado "El tiempo es un sueño".
Ella, como la protagonista de esa obra de Lenormand, supo siempre "lo que le iba a pasar: yo sabía que mi unión con Paco -con quien se casó en 1951- iba a durar, que iba a ser buena", decía.
Balaguer viajó desde Manresa a Madrid para hacer carrera como actriz y tuvo éxito porque era, según han alabado siempre sus compañeros de profesión, muy "talentosa" y "disciplinada" pero en su camino se cruzó Rabal y entonces pasó de los escenarios a estar siempre "pendiente de los demás", a cuidar de sus dos hijos, Benito y Teresa, y de "toda la familia del actor porque él "trabajaba tanto" que no podía.
"Me ocupé de todos y por eso ahora estoy tranquila y en paz", revelaba quien era abuela de seis nietos.
Balaguer, según contaba hoy el director de "Follies", vivió "una vida en tres actos": "empezó siendo una joven y talentosa actriz que fue de Barcelona a Madrid a hacer carrera; luego se cruzó en ella el hombre de su vida, a quien, con todos los altibajos, amó siempre, y ya viuda volvió a emerger ese carisma, esa facilidad en las tablas que subía más y más".
A la actriz le encantaba cuidar del jardín de su casa en Alpedrete, a 43 kilómetros de Madrid, quedar siempre que podía con sus amigas, conducir su "cochecito" y viajar.
"Me gusta ir sobre todo a los sitios que he conocido con Paco, porque a él le gustaba llevarnos a los lugares en los que había trabajado. Estuve en Roma recordando las cosas que hice y me di cuenta de lo feliz que he sido, aunque ya la mayoría de los amigos haya muerto", lamentaba.
Nunca, y eso que le pasaron "muchas cosas malas", se rindió y ese, decía, era su "truco" para sobrevivir.
Tuvo una trombosis en una pierna y luego otra, a los 70 años, en un pulmón que casi termina con ella, pero desde entonces había disfrutado de una salud "estupenda".
"'Asunción no te equivoques', me digo antes de salir a escena, aunque a veces me equivoco pero salgo del atasco con la zorrería del viejo", contaba pícara y feliz sobre su triunfo en las tablas.
"Estoy en la plenitud. Estoy tan feliz siendo mayor... Sabes que has cumplido y tienes una gran felicidad interior. Estoy en una época preciosa y no quiero que se acabe", pedía la actriz que participó en series como "Gran hotel", "La que se avecina" o "El Chiringuito de Pepe" y en las películas "La niña de tus ojos", "Solo mía" o "Barcelona, noche de invierno".
En escena, su último papel fue en "Sueños y visiones del rey Ricardo III" junto a Juan Diego. Era 2014 y ella seguía sintiéndose capaz "de todo".
Asunción y Paco ante su casa de Águilas
Siempre unida a Paco Rabal
Muy
unida a su marido, siempre le recordaba con las mejores palabras: "El
recuerdo de Paco sigue vivo por lo menos en el recuerdo de la gente de
nuestra generación,
y espero que también de los jóvenes porque sus películas siguen
funcionando".
Paco Rabal fue un gran actor, pero también un gran marido que acompañó a Asunción en sus etapas más difíciles: "Era un hombre muy alegre y muy vivo, muy amigo de todo el mundo".
Paco Rabal fue un gran actor, pero también un gran marido que acompañó a Asunción en sus etapas más difíciles: "Era un hombre muy alegre y muy vivo, muy amigo de todo el mundo".
Se hizo su novia en 1949, e inmediatamente ambos sintieron una atracción mutua.
"Estuvimos mucho tiempo siendo compañeros. Él decía que siempre le
había gustado, pero yo no lo había notado. Éramos veinteañeros, yo no he
sido nunca coqueta, aunque Paco decía que lo era inconscientemente",
aseguró la actriz en una entrevista.
Se
casaron en 1951 para no separase de él hasta su muerte en 2001, tras
cincuenta años de matrimonio. Paco Rabal fue el gran amor de su vida,
y Asunción Balaguer no dudó en abandonarlo todo para dedicarse a él y a
su familia. Algo de lo que nunca se arrepintió: "Porque Paco tenía la
misma profesión y teníamos los mismos amigos, leíamos los guiones
juntos, comentábamos. Cuando Paco triunfaba disfrutaba como si fuera yo
la que estuviese en el escenario", explicó.
La actriz ha
explicado en varias ocasiones que era tanto su amor que incluso le
perdonaba las infidelidades que tuvo el actor durante su juventud.
"Me enfadaba solo un rato cuando Paco regresaba a casa feliz de sus
aventuras con otras mujeres; porque él no me engañó, yo lo sabía todo",
explicó en otra entrevista.
La actriz, muy querida, cuenta con una casa de la cultura en el propio
Alpedrete que está ubicada en la plaza que lleva el nombre de su marido,
Paco Rabal. De hecho, el intérprete contribuyó a obras por la zona: "Él
se crió cuando era joven por esta tierra, estaba en El Escorial y él
abrió el túnel para hacer la iglesia", comentaba la conocida actriz hoy fallecida.
Sin embargo, la vida de los Rabal Balaguer no fue siempre fácil y llena
de éxitos. Siendo una saga conocida, querida y muy popular entre el
público, las dificultades hicieron mella en la familia.
Sin embargo, Asunción siempre ha tenido una sonrisa que la ha acompañado
hasta el último de sus días. Vitalista, hacía hincapié en la suerte que tenía de mantener la "memoria" y "fuerza en los brazos",
y sus intenciones de seguir participando en cine, televisión y teatro
hasta que las fuerzas se lo permitieran. "Es el placer que tengo",
explicaba siendo consciente de que cada vez había menos personajes de su
edad tanto en el cine, como en la televisión y en el teatro.
Una de sus últimas apariciones era en la serie de televisión en TVE Olmos y Robles, donde había trabajado con "actores estupendos" y donde hacía una "pareja extraña" con Pepe Viyuela (56), del que solo podía decir lo mucho que se habían divertido y que eran "muy amigos".
Asunción Balaguer siempre se alegraba de tener una
gran vida: "Yo creo que son los genes, bueno mi familia murieron todos
muy jóvenes, mis padre a los cincuenta y pico, pero las mujeres estamos
bien. Mi hermana tiene tres años menos que yo y también está estupenda,
no necesita depender de alguien y es lo que más deseo, poder ser independiente", recordaba.
Asunción
Balaguer siempre tuvo en primer puesto el teatro clásico y en verso, lo
que más desarrolló cuando era joven. "Mientras responda mi cabeza y mi
cuerpo, seguiré trabajando",
contaba la consagrada actriz en el homenaje que le hizo la asociación
AISGE y el Ayuntamiento de Alpedrete, localidad en la que residió casi
40 años.
Historia de un gran amor
Fue en 2001 cuando Paco Rabal fallecía a los 75 años de un enfisema pulmonar en pleno vuelo mientras regresaba a España con su esposa, Asunción Balaguer,
después de recibir un premio en Montreal. Fue toda una sorpresa, ni
siquiera dio tiempo a que el avión aterrizase.
Asunción Balanguer descansará ahora en paz en Águilas junto al que fue el amor de su vida.
Se dieron el «sí, quiero» en 1951, tan solo un año después de
conocerse. Se enamoró perdidamente del guapísimo actor cuando
apenas tenía 20 años. Paco Rabal se declaró en mitad de un autobús,
camino de Córdoba a Algeciras.
Para ella fue el único hombre de su vida,
algo de lo que nunca se arrepintió. «Antes tuve un noviete, un chico de
Manresa, pero no me decidí. ‘Conocer’ como se debe ‘conocer’ solo a
Paco. Fue y ha sido el único», reconocía en una entrevista que concedió
en junio de 2013.
Y añadía: «Ni en los malos momentos me ha gustado otro hombre. No he
sido coqueta. Además, seguro que Paco no me habría perdonado una
infidelidad; me hubiera dejado».
Por él dejó
los escenarios. Mientras Paco Rabal triunfaba y viajaba por el mundo,
Balaguer se quedó al cuidado de sus hijos: Teresa y Benito Rabal.
Asunción
Balaguer le adoraba: «Una vez estuve a punto de quejarme de algo muy
gordo delante de mi hija y ella me dijo: 'Papá nunca habla mal de ti'.
Ellos sabían cómo era su padre, un hombre cariñoso y bueno.
Como dijo
Rabal en una ocasión sobre su esposa: «Al principio, fue mi amante;
luego, mi hermana; y, después, mi madre». Balaguer cuidó de él hasta el
final de sus días.
Ella no entendía la vida sin él: «Yo no puedo vivir sin su sombra, porque he sido muy feliz y me ha dado cosas muy bonitas».
No hay comentarios:
Publicar un comentario