martes, 9 de febrero de 2016

El fantasma de la recesión marca los pactos de gobierno / Pablo Sebastián *

La nueva crisis económica que se avecina debe hacer reflexionar a los primeros dirigentes del PP, PSOE y Ciudadanos para buscar lo antes posible un acuerdo de gobierno razonable, amplio y estable. Porque las noticias que nos llegan de otras latitudes son más que inquietantes.
Lo que nos faltaba, tambores de recesión en el horizonte económico de España, Europa y medio mundo. Si en 2008 fue el estallido de Lehman Brothers en EE.UU. tras el fraude masivo de la hipotecas ‘sub prime’ -sobre las que el ‘genio’ Zapatero afirmó que no tendrían repercusión en España-, ahora es la caída del precio petróleo y de otras materias primas, y los problemas de las naciones emergentes -China, Brasil y Rusia-, los que amenazan con sacudir la economía mundial en pos de una nueva recesión global.
Si eso ocurre España no estará a salvo de esa crisis aunque, justo es decirlo, las reformas y correcciones del déficit llevadas a cabo por el gobierno de Mariano Rajoy -y hay que reconocérselo- servirán para amortiguar el impacto de nuevo huracán que se dice en ciernes y que ojalá no acabe desatando su furia y menos aún contra nuestro país.
Sin embargo la tendencia que marcan los mercados, los inversores y los analistas no es nada optimista. Y a la vista está en el Ibex 35 y en la subida de la prima de riesgo de España (ayer a 155 puntos), lo que va a complicar y encarecer el pago de la deuda del país. Y si a ello añadimos la inestabilidad e incertidumbre política de España, ahora sin gobierno y con dificultades para los pactos, veremos que la situación hispana es para preocupar.
Y desde luego nada propicia para hacer experimentos en el Gobierno, como pretende Pedro Sánchez, con un partido como Podemos, cuyas políticas económicas constituyen un riesgo para la estabilidad. Y que, como ha demostrado ayer en la crisis de los titiriteros encarcelados por apología del terrorismo, tampoco está a favor de la legalidad ni ha defendido la lucha nacional contra los terroristas -no firmó el pacto anti yihadista- y confunde a ETA con un movimiento político.
Lo que por fin parece que ha desatado todas las alarmas en la cúpula del PSOE, donde ya estaban alertados por causa de los proyectos de autodeterminación catalana de Podemos y de la negativa de Pablo Iglesias a reconocer la soberanía nacional de todos los españoles.
No estamos diciendo con ello que Sánchez se rinda a los pies de Rajoy, porque el presidente del PP también tiene problemas que tampoco son menores, a la vista del festival de la corrupción valenciana y otras que no cesan de aparecer. Sin olvidar la gratuita ruptura del diálogo con el resto de fuerzas políticas de la que hizo gala el PP durante la pasada legislatura.
Lo que estamos diciendo es que debe primar un acuerdo por el interés general de España, por encima de lo partidos. Y que eso debe ocurrir en el menor tiempo posible porque nunca mejor dicho lo de ‘el tiempo es oro’.
A la vez que decimos que el proceso de negociaciones abiertas por el PSOE con Ciudadanos y las otras que pretenden abrir no tiene sentido por dos razones: porque visto el ingente listado de materias a debatir todo ello obligaría negociaciones de dos o tres meses, lo que sería un disparate; y porque abrir negociaciones con partidos que no suman una mayoría de gobierno, como es el caso de Ciudadanos o Podemos, no conduce a nada.
De manera que vamos a ver que hacen unos y otros y qué sale del que será el próximo encuentro anunciado entre Sánchez y Rajoy, al que los dos políticos deberán llegar preocupados por la situación económica y social que se anuncia en el horizonte español, europeo e internacional.

(*) Periodista


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