MURCIA.- Los oidios y los ácaros se mantienen como los problemas patológicos más generalizados, mientras las moscas blancas y Tuta se encuentran con niveles muy bajos en las principales zonas de producción de tomate de la Región. Esto no quita el que haya algunas parcelas donde Tuta esté incrementado sus niveles.
Gran parte del control de estas plagas, se debe al efecto depredador ejercido por los míridos y por la presencia de algunos parasitoides. En el caso concreto de Nesidiocoris, las condiciones ambientales que se prolongan desde el verano, están favoreciendo una gran actividad y tasa de reproducción de este insecto, que se mantiene todavía en estas fechas, lo que está llegando a causar daños en algunas plantaciones de tomate.
Por ello, es fundamental vigilar sus poblaciones y, en los casos que fuera necesario, bajarlas en las plantaciones con la ayuda de algún tratamiento fitosanitario, según explican en el último informe semanal del Servicio de Calidad de la Dirección General de Industria Agroalimentaria y Capacitación Agraria de la Consejería de Agricultura y Agua.
En cuanto a los frutales, la Comunidad Autónoma señala que el gusano cabezudo continúa alimentándose de las ramas de los árboles intensamente, momento este que debe aprovecharse, apuntan, para la realización de tratamientos y reducir así los adultos para la campaña siguiente.
Las condiciones climatológicas actuales están favoreciendo el aumento de poblaciones de sila en todas las zonas de cultivo de peral. De cara a la próxima campaña es importante en estos momentos reducir las poblaciones que van a pasar el invierno. Para esto, señalan, es recomendable realizar tratamientos con algún piretroide.
Continúan observándose ataques del escarabajo barrenillo sobre las ramas de los árboles frutales, con la aparición de la típica goma en las galerías que estos forman. Los tratamientos se pueden continuar mientras los adultos no se introduzcan definitivamente en las ramas, ya que una vez realizada la galería de puesta los tratamientos son ineficaces.
En los conteos realizados durante la pasada semana dentro de la Red Dacus, se aprecia una ligera subida de la mosca del olivo en los niveles de poblaciones, mientras que los índices de aceituna picada son muy bajos.
En aquellas parcelas donde aún no se hayan realizado los tratamientos, estos, aconseja la Consejería, no deben demorase. Los tratamientos deben realizarse en forma de pulverización cebo, de acuerdo con las normas aplicadas en pasadas campañas.
La bajada de temperaturas de los últimos días, si se estabiliza, podría favorecer una ralentización en el ciclo vital de la mosca de la fruta, aunque mientras que se mantengan las temperaturas cálidas durante el día, las hembras adultas que son las que predominan en estos momentos, seguirán intentando realizar puestas en los frutos que han iniciado el viraje de color.
Por tal motivo, desde la Consejería aseguran que deben mantenerse las medidas de prevención y control, revisando periódicamente las trampas para conocer la evolución de la plaga y efectuando los tratamientos en forma de parcheo, cada vez que se alcance el umbral adecuado de tratamiento.
En canto el piojo blanco-piojo rojo de California, desciende el vuelo de machos de la tercera generación y continúa la salida de larvas que colonizan los frutos, pudiendo así aumentar el daño que causan sobre ellos. Aunque el comportamiento de ambas plagas es bastante errático según las zonas o fincas.
Por ello, en estos momentos en que la recolección está próxima en las variedades tempranas, "no es recomendable realizar ninguna aplicación contra la plaga en tales variedades, siendo recomendable esperar a que finalice la cosecha para actuar con libertad y sin riesgos de presencia de residuos en frutos", asegura este Servicio de Calidad.
En las variedades de recolección más tardía, sí pueden realizarse tratamientos sin problema, respetando en todo caso, las recomendaciones de las etiquetas de los productos aplicados.
Los huertos con problemas de piojo blanco o piojo rojo de California, deberán ser vigilados durante la cosecha para determinar el porcentaje de frutos afectados por la plaga y en base a ello, realizar actuaciones contra ella de forma inmediata, o bien, en la próxima campaña.
En los huertos que tienen brotación de otoño muy vigorosa e intensa, se puede observar la presencia de mosca blanca ocupando los extremos de los brotes tiernos. Hay que constatar que cales noacki, parásito de la plaga, está presente en el huerto y en caso afirmativo, evitar realizar tratamientos contra la plaga, ya que con ellos, afirman, "solo conseguiremos destruir el parásito y aumentar la incidencia de la plaga en el cultivo".
Por lo general, Cales se encuentra en todos los huertos de la Región, y en los que no está, acaba apareciendo cuando surge la mosca. Eventualmente, puede ser necesario forzar esa reintroducción, llevando brotes con mosca parasitada, de otros huertos al nuestro, colocándolos en botellas con agua para que se mantengan frescos el mayor tiempo posible.
Sigue la actividad de la plaga del Melazo en la uva de mesa aunque con una ligera tendencia a disminuir su movilidad, favorecida por el descenso de temperaturas.
En las parcelas pendientes de recolección, continúan desarrollándose podredumbres del racimo, tanto de tipo ácida como fúngicas. Aunque la climatología está siendo buena en general, las condiciones que se producen dentro del parral, especialmente cuando se han instalado cubiertas de plástico, totales o parciales, para proteger las uvas de la lluvia, que dan lugar a condensaciones y goteo de agua sobre la planta y las uvas, pueden favorecer la proliferación de podredumbres y otras enfermedades.
En estos momentos, apuntan, las aplicaciones de fungicidas específicos contra botrytis no son muy recomendables, salvo que el plazo que resta para la cosecha sea muy largo, suficiente para que se cumpla el plazo de seguridad del producto, antes de la cosecha. En los demás casos, puede recurrirse a espolvoreos de productos resecantes formulados a base de talcos, que ayudan a bajar la humedad en los racimos y resecar las heridas.
En todos los casos, debe evitarse el manipulado de racimos hasta el momento de la recolección, ya que lo único que conseguiremos si los manipulamos ahora para limpiar las bayas podridas, es ampliar la acción de las podredumbres a todo el racimo, concluye el informe.
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