Los dos datos son escalofriantes. Tanto, que más allá de entrar a comentar el debate sobre los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Almería, en la que los socialistas han dado dos sorpresas, llama poderosamente la atención que el concejal de Hacienda exhibiera dos cifras para dejar en evidencia cual es la realidad de la situación económica de España.
Afirma Pablo Venzal que los ingresos del Ayuntamiento de Almería por licencias de obras descendieron de 2009 a 2010 en un 70%, y los ingresos por IVA en un 50%. Esa la situación real de la economía, a la que se le pueden poner matices, pero que es sencillamente demoledora. Los ingresos por el Impuesto de Actividades Económicas también ha descendido, pero como el Ayuntamiento lo rebajó, es complicado saber cuanto de la disminución se debe a una cosa o a otra.
Pero ese es el estado actual, el principal motor de la economía hundido... pero más allá de pensar que eso es algo que afecta a los grandes empresarios de la construcción, la realidad es muy otra, ya que detrás de ese 70% hay cristaleros, albañiles, fontaneros, personal de limpieza, cementeras, contables, conductores, marmolistas... incluso periodistas (no hay empresas, no hay publicidad, reducción de plantilla en el medio o directamente cierre).
Y qué decir del 50% que ha caído el IVA. Eso es una confirmación de lo anterior por otra vía.
He tenido la oportunidad de hablar con funcionarios, y alguno me reconoce que a pesar del recorte salarial, y de que le han dejado la nómina tiritando (no son altos ejecutivos, ni personal eventual que llega a estar mejor pagado que los propios políticos que les han colocado) les da cierta vergüenza reconocer públicamente que lo son, porque hay quien les mira con auténtica envidia, como privilegiados... "y es que en estos tiempos lo somos, aunque sólo sea por saber que a final de mes tienes tu nómina".
Eso sí, al menos en la Diputación y en el Ayuntamiento siguen teniendo ciertos privilegios -desde el conserje hasta el presidente- que son bastante cuestionables, fruto de cesiones ante las presiones de las minorías sindicales para mantener la paz... paz que pagan los que no tienen con qué pagar.
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