El presentación del informe "Almería en cifras 2009" que elaboran los técnicos de la Cámara de Comercio ha sido el escenario de un anuncio cuando menos sorprendente, cual es la previsión de que en 2011 -para ser más exactos, o quizá para todo lo contrario, en su segundo semestre... es decir, quizá en 2012- Almería volverá a la senda del crecimiento económico y se reducirá el desempleo.
Las bases sobre las que se sustentaría ese inicio de vuelta a la prosperidad serían la agricultura y el turismo, según apuntaba el autor del informe, José Felipe Giménez.
No conviene mezclar sueños con realidad, y si el sueño de todos es el mismo -que las cosas vuelva a ir como iban hace un par de años- la realidad desde luego no es vista por todos igual manera.
Y es que con la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos la agricultura almeriense recibe un golpe tremendo, un golpe que puede hundirla, y con ella arrastrar a toda la provincia. No es cuestión ahora de relatar los motivos por los que nuestro principal pilar económico se va a resentir con ese tratado, ya que hay información al respecto muy abundante y por parte de todos los sectores vinculados a este negocio, desde los productores hasta los comercializadores.
Basta con señalar ahora que habrá ese mazazo y que, en el mejor de los casos, entre que unos y otros buscan nuevas vías de supervivencia, al menos 2011 y 2012 será especialmente difíciles habida cuenta de que tendrán que readaptarse... los que puedan.
Por tanto, pensar que la agricultura, puede ser un gran sustento para la economía almeriense es desde luego muy aventurado. No podemos tampoco dejar de mirar la realidad actual, en la que si los agricultores no están mendigando por las calles es precisamente porque han tenido que volver a serlo, es decir, han tenido que despedir trabajadores, echar ellos más horas de las que ya venían echando, meter de nuevo a la mujer y los hijos (y cualquier otro miembro de la familia con dos pies y dos manos) bajos los plásticos para que a final de año las cuentas cuadren.
Sin entrar en más detalles sobre este tema, podríamos entrar en el del turismo. La primera clave es la de las infraestructuras. Seguiremos en 2011 sin tren de alta velocidad, seguiremos con las mismas carreteras, seguiremos con los mismo vuelos... en definitiva, seguiremos igual en algo fundamental como es posibilitar la llegada de los visitantes.
Por otro lado, uno de los principales atractivos era el llamado "turismo residencial" (lo entrecomillo porque siempre me ha parecido un contrasentido, si es turismo no es residencial; en todo caso hablaríamos de la segunda residencia... y ojo, este análisis no es mio, es de un profesional del sector), y no es el momento más idóneo para comprar viviendas, pero tampoco para gastar más en algo prescindible como es el ocio.
De hecho, basta mirar los datos de ocupación hotelera en la provincia para observar como cae en picado. En concreto -y los traigo a colación por ser los que tengo más frescos- la ocupación hotelera en el puente del Pilar es cada año menor.
No queda justificado en ningún sitio que el turismo vaya a repuntar en 2011, o al menos a hacerlo de un modo tan importante como para salvarnos el año.
Y qué decir del sector del mármol. La piedra se ha despeñado con la parálisis de la construcción, y aunque alguno logre mantenerse a flote, no va a haber ayudas ni subvenciones para todos. De cualquier forma, si la construcción no se viene arriba, no se puede tampoco confiar en este sector como salvavidas provincial, y en todo caso quedaría circunscrito a una zona muy concreta de Almería.
Parece desde este punto de vista que el optimismo de los autores del informe es un tanto injustificable, desgraciadamente, y quizá se deba más al interés de insuflar un aliento optimista entre los ciudadanos, en hacernos ver brotes verdes donde hay matojos secos.
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