miércoles, 3 de noviembre de 2010

Almuerzo en Roquetas con Gabriel Amat / Pepe Fernández *

Puntual a la cita, a las dos de la tarde, el coche oficial de color negro del alcalde de Roquetas estaciona frente al restaurante donde hemos quedado para almorzar. El Boliche siempre ha sido una garantía a la hora de buscar el mejor pescado de la zona. El alcalde solo bebe agua, servidor cerveza. Tres horas después, Gabriel Amat Ayllón, a las cinco de la tarde, hora torera donde las haya, se quitará el traje de alcalde y se lanzará al ruedo de los vecinos en los barrios, al cuerpo a cuerpo, para preguntarles por sus problemas y arreglárselos antes de que llegue mayo, cuando empieza la calor y se abrirán las urnas municipales como flores.

El tensionado escenario político de Almería y la irrupción de Amat con declaraciones bastante llamativas, eran motivos más que suficientes como para que le llamase antes del puente de Difuntos y concretásemos el encuentro de hoy. Además, nuestra última charla coincidió con la publicación de un artículo sobre los silencios de Amat y el PP de Almería en las cosas que se iban sabiendo del PSOE y su gestión en la provincia. Articulo que, por cierto, no gustó a mi anfitrión e incluso desmintió algunas acusaciones que le habían lanzado y que reproduje oportunamente.

Gabriel Amat se escuda en su forma de entender la vida y la política – “no soy un hombre agresivo, ni de gestos ni palabras duras”- para justificar seguidamente el que su partido no haya echado las patas por alto ante lo que se está descubriendo tras la Operación Poniente y las especialísimas relaciones entre dirigentes del PSOE y el PAL. Ni siquiera de Juan Enciso hace leña como persona. Un Enciso al que seguramente habrá conocido recientemente en dimensiones más humanas, para él desconocidas de su antiguo amigo y compañero de partido. En ningún momento observo ni palabras de rencor ni de odio hacia Enciso y creo que le sigue respetando como persona. Quizás en algún momento percibo incluso algo de conmiseración con el antiguo camarada. En el plano político se limita a dar un dato de consumo interno: seis concejales sacaría hoy el PAL en El Ejido. Paco Góngora está al borde de la mayoría, de ser el nuevo alcalde de El Ejido, aventura Amat en un tono de voz parece que más confidencial.

Precisamente esos datos demoscópicos que dice barajar internamente el PP en Almería, le sirven como argumento base para negar la mayor. “¡Cómo voy a plantear, con estos datos, un pacto con el PSOE para que no gobierne Enciso en El Ejido!” afirma. 

Algo así que se desprendía en los titulares periodísticos que reprodujeron una extensa entrevista televisiva reciente y que ha removido considerablemente el patio popular ejidense. Empezando por su candidato, Paco Góngora, que se está currando el puesto puerta a puerta y día a día. Amat sostiene que no dijo lo que titularon que dijo y vuelve a recordar que la desafección del electorado con el PAL es más que evidente y va en aumento cada día que pasa. Le pregunto por los restos del naufragio del PAL, si están llamando a las puertas los náufragos que han pillado flotadores o botes salvavidas. Dice que hay de todo, incluso algún que otro cargo público que manda emisarios y mensajes más o menos directos. Ya se verá, pero nada de interlocución y entrega de cuotas como con el GIAL de Juan Megino que ha vuelto finalmente al redil popular. 
 
Habla bien Amat de alguna gente que se fue y está con Enciso. Llama la atención el afecto con el que se refiere a Ignacio Berenguel como persona, del que hace notar en el aspecto político cómo le han “pagado” su sacrificio durante ocho meses al frente de la alcaldía accidental, aguantando carros, carretas y carretones. Desde luego Amat no tiene dudas de que Pepe Añéz es quien se ha hecho con el control de la situación, apoyado solamente por los hermanos Díaz y la emisora de TV de la que son concesionarios.

Y otro dato de encuesta, esta vez referido a la provincia. Más de treinta puntos de distancia -32% en concreto- mantiene a día de hoy el PP con el PSOE en Almería. En unas autonómicas eso se transformaría en siete u ocho diputados conservadores. De materializarse algo así, desde luego sería como la puntilla para el PSOE de Almería.

Lógicamente la expectación que existe entorno a lo que se oculte tras lo que aún se desconoce del sumario de la OP, ocupó buena parte del encuentro de ambos a solas en una esquina del comedor. Amat maneja buena información en general, pero en este asunto parece que está como estamos todos, desorientados y despistados. Las únicas informaciones extraoficiales novedosas - comentamos- son ya de dominio público; las avanzó en su día Onda Cero Almería bebiendo en fuentes de buen caudal. Es más, le comenté, dos fuentes distintas a las manejadas por los periodistas de OCR Almería, también me habían insistido recientemente en términos muy similares que recupero y actualizo. Por supuesto, fuentes de buen caudal aunque muy discretas.

-"La Operación Poniente es Elsur, las subcontratas, los ejecutivos de Agua y Gestión, Abengoa y los politicos y funcionarios del Ayuntamiento de El Ejido. Nada más. En la actualidad y en el marco de ese sumario denominado Operación Poniente no hay ningún político ni del PSOE ni del PP imputados. Es posible que salga alguna pieza separada por investigar, algo que es normal en este tipo de operaciones judiciales. No han existido ni existen presiones de ningún tipo sobre el trabajo de funcionarios que están en la instrucción bajo la dirección de la magistrada Montserrat Peña. Y estas mismas fuentes advierten que en virtud del alto voltaje político que ha desplegado lo que se conoce ya de la OP y dado que estamos en pre campaña electoral, no hay que descartar la puesta en circulación de bulos, rumores, dossieres falsificados y un sin fin de artimañas sucias con el objetivo de anestesiar la conciencia colectiva. Todo para que la ciudadanía acabe confirmando aquello tan socorrido de que todos los políticos son iguales". 

En resumen esta podría ser una actualización reciente del complicado y largo proceso del Poniente, basándonos en fuentes que, creo, saben de lo que hablan, como hablan y qué no cuentan.

La versión de la situación por parte de Amat coincide sustancialmente con la expuesta anteriormente, pasando a comentar la nueva prórroga del secreto que hacía solo un par de horas había firmado nuevamente la Juez, entrando en el mes 13. Numero temido y también admirado por mucha gente.

Hubo tiempo durante el almuerzo con el alcalde de Roquetas para hablar de “las cintas”, bueno, las grabaciones en Mp3, que contienen “todas” las conversaciones intervenidas a Enciso, Alemán, Amate, Galán y Cuevas.

Directamente me apresuro a aventurar el primer cacho que seguro habrá oído: el de Paco Amizian con Pepe Alemán. Sonríe algo malicioso e inmediatamente reacciona justificando a “Paquito”, que iba a sacarles, a ver de qué se enteraba y claro, por teléfono se dicen muchas tonterías.

Rumores, rumores y algo mas que rumores. La Almería económica y politica es desde hace mes y medio como el café de Rick en Casablanca; con personajes de distinto pelaje moviéndose de aquí para allá vendiendo y comprando. Escenario de conspiraciones, delaciones, chantajes, incluso amenazas. Hasta una muerte por suicidio se convierte necesariamente en este contexo en un asunto al que se le buscan explicaciones que se adecuen a la obra representada. 

Dos detallitos, el primero real. En este asunto del Poniente hay quien desde dentro de la Agencia Tributaria almeriense entró en los servidores de Hacienda, accedió a claves de primer nivel y parece que modificó cierta información fiscal y empresarial comprometedora para algunos de los investigados. Segundo detalle, este más reciente y no está contrastado: se asegura que un medio de comunicación ya tiene en su poder las grabaciones telefónicas del Poniente, pero quien supuestamente las ha filtrado habría puesto una condición para su difusión. Que se obtenga otra copia igual, pero procedente de otras partes personadas y poseedoras de esa misma documentación sonora. De ser cierto el rumor, qué duda cabe que estamos ante una carambola de muchos toques y retoques en el trayecto de esta compleja mesa de billar, nada rectangular por cierto.

Volviendo al almuerzo con Gabriel Amat le pregunto por qué Pedro Manuel de la Cruz se ha empeñado en su periódico en ponerle el Don entre comillas, llamándole "Don" Gabriel. El director de La Voz, además, publicó el pasado domingo un artículo titulado El día de la lechuza y que recomiendo por la de cosas que sugiere su lectura, especialmente cuando usa la palabra Omertá para describir los silencios cómplices de quienes vieron y callaron durante años lo que se robaba en El Ejido.

Pero a Amat, alpujarreño viejo y listo (voraz e insaciable, según sus enemigos), que sabe que si el pepino baja de los cuarenta céntimos la palma el agricultor, parece que los ataques empiezan a resbalarle con los años y la experiencia en la vida pública. Amat piensa que, sin hacer ruido, sin enfrentamientos abiertos, trabajando día a día de esa forma, las encuestas le vaticinan la mayor victoria histórica de la derecha andaluza en una provincia sobre el régimen socialista de los treinta y tantos años. A esa idea está aferrado el abuelo de la política almeriense, pero por encima de todo dice que tiene un gran deseo y una gran ilusión puesta en la primavera de 2012, algo así como el colofón, la guinda a su vida política: asistir en el Palacio de San Telmo - “entrando ese día por esas puertas abiertas de par en par, en aquel gran palacio de Sevilla”- a la toma de posesión como presidente de la Junta de Javier Arenas, de su "gran amigo Javier".

Mientras llega ese día, si es que llega, no parece disgustarle la idea de estar en un puesto de protocolo más relevante y presidir la próxima Diputación de Almería, si finalmente el PP barre en la provincia. Le muestro mi sorpresa ante su buena disposición tras recordarle que hace unos años me confesaba su intención de jubilarse y que había aceptado entonces la presidencia del partido porque Arenas se lo había pedido como favor personal de amigo. Dice que se siente bien, con ganas, que conoce y le gusta la provincia, que tiene claro como gobernarla y cuáles son sus problemas y carencias más importantes. Así que le he visto bastante decidido a ocupar en su día el Palacio de la Provincia.

Al terminar el almuerzo y los cafés, el alcalde pide la cuenta. Extrae su cartera del bolsillo izquierdo de la chaqueta. No la abre, saca el efectivo por el lado superior y paga la comida. Coge la nota y la rompe en cuatro cinco pedazos, dejándolos en el porta facturas repujado en piel marrón. 

Amat se despidió y se marchó a patear los barrios, como me había dicho dos horas antes, al cuerpo a cuerpo con los vecinos y sus problemas.
Le deseé suerte.

(*) Periodista

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