Confieso que no entiendo lo que está pasando. O dicho de otro modo: sólo encuentro explicaciones perversas a lo que ocurre con el conflicto generado en relación a los trabajadores de Elsur y el Ayuntamiento de El Ejido.
Cuando la pasada noche se me ocurrió decir en "La Luna" de Interalmería TV que el Ayuntamiento no lo estaba haciendo del todo mal en este tema, reconocí que con la que está cayendo, con el alcalde de El Ejido, Juan Enciso, que además es presidente de la empresa mixta de servicios municipales, imputado por cinco graves delitos en el marco de la Operación Poniente, y siendo esta entidad el centro de la investigación judicial, pues resultaba una afirmación peligrosa de sostener. Lo reconozco, suena fuerte.
Si el Ayuntamiento debe o no debe dinero a Elsur es problema de Elsur y el Ayuntamiento, y si Elsur debe dinero a sus empleados es problema de sus empleados y de ella misma.
Pero esa máxima que por ejemplo sostienen los ayuntamientos cuando los trabajadores de una empresa concesionaria de un servicio se ponen en huelga reclamando más sueldo, ahora no se quiere aplicar a este caso.
El hecho cierto es que en apenas dos semanas el Ayuntamiento de El Ejido ha hecho efectivo a Elsur 850.000 euros, siendo la deuda denunciada por los sindicatos -que esa es otra- 760.000 euros, pero la empresa se ha negado a pagarles, cuando incluso desde el equipo de Gobierno se pretendía vincular una cosa con la otra.
Es más, cuando los miembros del comité de empresa se encierran en el patio de luces del Ayuntamiento, reconocen que lo hacen porque el gerente de Elsur se niega a recibirles.
Pues bien, si quien tiene que pagarles es Elsur, ¿qué hacen protestando en el Ayuntamiento?
Es curioso cómo el accionista mayoritario, que es básicamente Abengoa, se está escapando de este conflicto y de todos.
Nadie pide nada a Abengoa, que es la dueña de Elsur en un 70%, nadie se encierra en su sede -ni tan siquiera se encierran en la de Elsur- nadie les pide explicaciones... nadie... y eso que puestos a mirar atrás, nunca se extrañaron de que la imaginativa contabilidad de quien también era el interventor municipal, José Alemán, hoy imputado también en la Operación Poniente; Abengoa no se extrañó nunca ni pidió explicaciones sobre la facturación de Elsur, nunca miró esos detalles que tanto escándalo nos han producido a todos, nunca se le ocurrió fijarse en que Elsur no podía tener subcontratas y las tenía...
Abengoa tampoco se preocupó de nada cuando saltó a los medios los problemas con la falta de cobro de los trabajadores de las subcontratas.
Sinceramente me resulta muy curioso todo esto. Como también el desencadenante último de la protesta laboral.
Según los sindicatos la deuda es de 760.000 euros, y corresponde a un salario y media paga extra, pero no es del todo cierto. Según un acuerdo al que llegaron los trabajadores, la empresa y el Ayuntamiento, los operarios cobrarían entre el uno y el quince de cada mes, y así ha sido en agosto por ejemplo, por lo que hasta el día 16 no será real la deuda de la nómina de septiembre, y es cierto que arrastran media paga de verano.
Ese es por tanto, otro dato no del todo correcto en al información que están facilitando los sindicatos a la opinión pública, como también resulta un tanto indecente llevar meses y meses contándoles a los trabajadores que, a base de presión en el Ayuntamiento, éste acabará recogiéndolos como personal propio tras cerrar Elsur.
¿Alguien cree que el Ayuntamiento de El Ejido está en condiciones de asumir 400 funcionarios más? ¿y de pagarles?
Que el Ayuntamiento rescinda el contrato con Elsur no quiere decir ni mucho menos que esté dispuesto a contratar a esas personas. El portavoz del equipo de Gobierno, José Añez, no dijo nada de eso el día en que se inició la huelga, cuando habló de rescatar el servicio, pero no habló de los trabajadores.
Alguien tendrá que hacer el trabajo, dirán, y la respuesta es que sí, pero no tienen porqué ser ellos. El Ayuntamiento podría sacar a licitación los servicios como hacen otros ayuntamientos, y ni tan siquiera tienen que poner como condición que asuman este personal.
Sólo hay una solución real a este conflicto, y el primer paso lo tiene que dar el presidente, que no es otro que Enciso. Se trata de declarar en suspensión de pagos la empresa, lo que permitiría liquidarla y pagar a los empleados hasta el último céntimo, sea la cantidad que sea.
El problema es que para que esa decisión sea un hecho, ésta debe venir avalada por Abengoa en cuanto que socio mayoritario. Enciso, como alcalde y presidente, podría anunciar esta decisión y colocar así la pelota en el tejado de Abengoa.
Si no lo hace, si no lo ha hecho ya, cabe preguntarse cual es el motivo de que la empresa mayoritaria aguante todo esto y el presidente guarde silencio ante la bronca que cada día recibe. Ellos dos sabrán porqué. Y la juez tal vez.
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