A pesar de lo multitudinario del acto --que estaba previsto que lo fuera más aún--, la ceremonia ha comenzado puntual, a las 10,00 horas, con el canto del Ave María de Franz Schubert a cargo de la artista granadina Rosa López, que, acompañada de tan sólo un piano, ha enmudecido a los miles de asistentes a la beatificación, llegados de distintos puntos del país y del extranjero.
Veinte minutos más tarde han subido al altar, vestidos con hábito blanco, un total de 150 religiosos, entre ellos el arzobispo titular de Sila y Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Angelo Amato, el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, el vicepostulador de la Causa, Fray Alfonso Ramírez, el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, y el cardenal arzobispo de Toledo y prefecto de la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, monseñor Antonio Cañizares, el arzobispo castrense Juan del Río, y el arzobispo guatemalteco, de Santa Rosa de Lima, Bernabé Sagastune, entre otros, así como el de Almería junto al resto de los obispos andaluces.
Tras un canto del Coro ubicado a la derecha del altar, que ha estado custodiado por las imágenes de la Santa María de la Alhambra y del Cristo de la Misericordia, de la Hermandad del Silencio, ha comenzado la lectura de una breve biografía del limosnero y del decreto en latín por el que el Papa Benedicto XVI inscribe en el libro de los beatos al fraile.
Un aplauso de la masa devota ha dado paso a continuación al descubrimiento de una imagen del ya beato rodeado de ángeles, con las manos extendidas, elevándose al cielo. Seguidamente, un relicario con los restos del metatarso del pie derecho del beato se han subido en procesión entonces al altar, donde ha sido recibido, con 'aleluyas' del Coro, por el arzobispo de Granada.
La liturgia ha comenzado rozando las once de la mañana, presidida por Angelo Amato, como representante de El Vaticano, que ha exaltado la "vida ejemplar" y la "humildad" y "caridad" del beato, que ni siquiera cuando recibía insultos perdía su fe.
"Si Granada es conocida en todo el mundo por la Alhambra, también lo es por muchos devotos de Fray Leopoldo. Granada es una ciudad afortunada porque ha contemplado el espectáculo glorioso de la santidad del beato Fray Leopoldo, y por eso fue nombrado su hijo adoptivo", ha apuntado el prefecto, que ha hecho un repaso por algunos de los capítulos de la biografía del limosnero.
Tras las palabras del prefecto ha comenzado la Eucaristía, que ha dado paso, justo a las 12,00 horas, a la Comunión a lo largo de una media hora para dar fin a la ceremonia, tras unas palabras del arzobispo de Granada, sobre las 12,30 horas, tal y como estaba previsto.
En memoria al fraile, se han rezado tres Ave Marías y se han lanzado 'vivas' por el nuevo beato, especialmente venerado en Andalucía Oriental, para concluir.
Tras la proclamación de su beatificación fue descubierto un tapiz de grandes dimensiones con la imagen del capuchino rodeado de ángeles en el cielo, momento que despertó el fervor de los asistentes, que vitorearon al fraile a los gritos de "guapo".
El acto ha asistido Ileana Martínez, la mujer sobre la que se ha fundamentado el milagro que ha dado pie al proceso de beatificación a partir de diciembre de 2009, con la firma por parte del Papa Benedicto XVI, del decreto en el que se le reconoce un milagro (la curación del lupus que padecía esta portorriqueña que cuenta ahora con 50 años).
La ceremonia, según la organización, ha costado 1,5 millones de euros, que sufragará la Orden. Las previsiones iniciales apuntaban a la posible asistencia hoy de unas 300.000 personas, dado que su tumba, ubicada en una basílica construida en su memoria en Granada, recibe unas 100.000 visitas mensuales y puede ser visualizada de forma permanente a través de internet gracias a la cámara web instalada en su cripta.
Recuerdo en el Vaticano
El papa Benedicto XVI destacó hoy durante el rezo del Ángelus el ejemplo de "humildad" del capuchino Fray Leopoldo de Alpandeire.
"Hoy deseo unirme especialmente a la alegría de los fieles de la Archidiócesis de Granada, y de otras partes de España, que, esta misma mañana, están celebrando con gozo la inscripción entre el número de los beatos del nombre de Fray Leopoldo de Alpandeire", dijo el Papa.
Durante los saludos tras el rezo del Ángelus, celebrado en Castel Gandolfo (a unos 30 kilómetros de Roma), Benedicto XVI destacó el estilo de vida "de este sencillo y austero religioso capuchino", que, añadió, "es un canto a la humildad y a la confianza en Dios y un modelo luminoso de devoción a la Santísima Virgen María".
Asimismo, invitó a los fieles "a seguir el ejemplo del nuevo beato, a servir al Señor con sincero corazón".
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