jueves, 1 de julio de 2010

¿Por qué no habla Juan Enciso? / Pepe Fernández *


Quince días lleva Juan Enciso con la libertad recuperada, aunque "condicional" y aún no ha dicho ni "pío" para defenderse de las acusaciones y “los juicios paralelos” a los que ha sido sometido según sus seguidores. Si echamos la vista atrás, en estos últimos ocho meses, cada vez que se producía una declaración ya sea municipal desde el equipo de gobierno de El Ejido, ya desde el PAL por parte de su ideólogo y secretario general, siempre tuvieron en la boca un único deseo: que Juan Enciso recuperase la libertad para que se explicase y pudiera defenderse.

Medio mes, dos semanas después, parece tiempo más que suficiente para que hubiese convocado el alcalde "imputado" y en libertad provisional a los medios de comunicación y haber dado todo tipo de explicaciones a las que, sin duda, Enciso tiene todo el derecho. Pero guarda silencio.

Ni siquiera cuando ha cogido el atril el que fuera uno de sus mejores pupilos, el que él creía más prometedor, Paquito Góngora, y se le ha plantado bajo el balcón rodeado de cámaras y micrófonos a cantarle la ´biblia´ de la democracia en verso. Ni con esa “provocación” ha salido Juan Enciso de su mutismo. Y, para colmo, quienes desde 2005 siempre le protegieron políticamente, su propio partido el PAL y sus socios del PSOE, no han dado la luz verde a que se celebren plenos extraordinarios en los que el alcalde y su equipo de gobierno explicasen, con pelos y señales, donde creen que está la pasta, los impuestos de los ejidenses que, desde luego, ni están en la Caja ni se ha ido por las cañerías de los cuartos de baño, entre otras cosas porque se han perdido muchos millones y se atascarían los bajantes por muy nuevos que estén.

Definitivamente Juan Enciso ha decidido no hablar. Tan solo unas declaraciones sin repercusión de uno de sus letrados – ya sabemos que tiene dos- donde no aportó nada nuevo, entre otras cosas porque las defensas se han quedado donde el resto de los mortales: en las grabaciones telefónicas de marzo, de las que dicen no se desprenden motivos para haberle tenido ocho meses en la cárcel. Una afirmación con la que, personalmente, estoy de acuerdo. Veremos lo que queda por conocer y si podemos mantener esta tesis finalmente.

Pero una cosa son los aspectos penales que se desprendan de las conversaciones y otra bien distinta son las responsabilidades políticas derivadas de la actuación constatada judicialmente por alguien, un político, que se comporta como un auténtico “padrino”, o mejor cacique, que es un término sociológicamente más andaluz y que define más profundamente este tipo de comportamientos políticos, no exclusivos del ámbito rural en la era contemporánea.

Recordemos algunas de las evidencias grabadas por la Justicia. Quitarle multas a sus amigos, algunas gordas y contra el medio ambiente, manipular oposiciones a funcionarios, enchufando gente amiga, discriminando a aspirantes en oposiciones por su lugar de nacimiento, ordenar cortar el agua a un hotel y, tras enchufarles nuevamente el suministro, acabar todos por la meseta a la búsqueda de nuevas sensaciones al volante. Enciso parece que pide dinero a sus amigos, a los que previamente les resolvía el pago de las facturas de Elsur . Por no hablar del entierro ilegal de su burra...

De estas cuestiones, al menos para aportar "su verdad", debería dar explicaciones alguien que pretende seguir ostentando la dignidad de ser alcalde de todos los casi 90 mil ejidenses, no solo de los que le bailan el agua y están más que vistos en la tele, en las grandes acogidas de las que ha sido objeto, empezando por la de Albolote, con la leña del cortejo a los periodistas.

Pero Enciso se muerde la lengua y no habla. ¿Por qué no habla Enciso?

Cabe preguntarse si no estará siguiendo los consejos,- ¡por fin Paco!- de sus defensores que, como curtidos penalistas, saben mucho de lógicas procedimentales. La prórroga nuevamente por un mes del secreto sumarial de parte de lo que queda por conocer, es otra señal inequívoca de la instructora de que el caso tiene bastante calado y que no está para precipitaciones que puedan perjudicar el objetivo final de la Justicia y el “excelente” trabajo que están realizando desde hace mucho tiempo los funcionarios adscritos a este asunto tan complejo.

Ni que decir tiene que este nuevo alargamiento del suspense viene a alimentar las más variopintas leyendas urbanas que imaginarse quieran. Hasta en Madrid empiezan a interesarse por el sumario del caso Poniente, donde esta mañana varios colegas periodistas me preguntaban si podía imaginar qué es lo que se oculta detrás de este sumario, a lo que con sinceridad respondí: “Cualquier cosa, pero ni puta idea”. También les dije: recuerdo una frase que escuché por vez primera hace algo más de un año en boca de alguien que podía pronunciarla: “Cuando todo se destape, todo se comprenderá y no quedarán dudas”. Que así sea, cuando tenga que ser.

(*) Periodista y director regional de Onda Cero en Andalucía

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