Este barómetro relativo a 2009, realizado por Metroscopia por cuarto año consecutivo para tres ministerios - Interior, Justicia y Trabajo e Inmigración - constata un ligero aumento de la religiosidad entre los inmigrantes musulmanes, ya que por primera vez la proporción de "muy practicantes" supera el 50 por ciento.
En 2008 y 2007, eran un 49 por ciento los que se declaraban muy practicantes, mientras que en 2006 ese porcentaje era del 40 por ciento.
En comparación, la proporción de católicos españoles que se declaran muy practicantes se situó en 2010 en el 20 por ciento, según datos proporcionados por el estudio.
Sólo el 12 por ciento de los inmigrantes musulmanes dice no practicar la religión, frente al 18 por ciento de 2006.
El estudio, presentado por los ministros del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; Justicia, Francisco Caamaño, y Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, refleja una comunidad particularmente tolerante, occidentalizada y liberal, y cuyas opiniones no difieren de forma sustancial de las de los ciudadanos españoles, según estos ministerios.
El barómetro constata un aumento del porcentaje de musulmanes que afirman que nunca se debe utilizar la violencia para defender o difundir creencias religiosas, ya que pasa del 90 por ciento de 2008 al 94 por ciento en 2009.
Aunque siguen siendo mayoritarios, bajan ligeramente los porcentajes de musulmanes que se declaran a gusto en España (del 76% en 2008 al 70% el año pasado) o adaptados a las costumbres españolas (del 86% al 81%).
Entre los entrevistados, el 89 por ciento opina que es perfectamente posible ser a la vez buen musulmán y buen español y un 83 por ciento opina que el Estado debe ser absolutamente neutral en el terreno religioso.
Además, el 87 por ciento piensa que la religión islámica es perfectamente compatible con la democracia y los derechos humanos y sólo el 14 por ciento dice no aceptar con naturalidad el matrimonio entre personas de religiones diferentes.
En España hay unos 1,4 millones de musulmanes, según la Comisión Islámica.
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