Así se recoge en la documentación del proyecto, que ha entrado en nueva fase de tramitación al salir a información pública la solicitud hecha por el Ayuntamiento de Almería para lograr la concesión administrativa para ocupar el dominio público marítimo-terreste ya que el torreón se ubica a 60 metros de la línea de costa.
El proyecto contempla instalar en el espacio que se destine a punto de información turística una proyección "circular y envolvente de las maravillas naturales" del entorno, el parque natural de Cabo de Gata-Níjar y Las Salinas.
La idea, según detalla, es que sirva de "potenciador de la oferta de productos turísticos" de la zona y también como "epicentro" de la "información turística de este espacio protegido".
El Torreón de San Miguel, torre artillada, data de 1746. La importancia de su contenido, tanto histórico y arqueológico, radica en que es "fundamental" para entender el "desarrollo y la evolución del sistema defensivo de la costa oriental del antiguo Reino de Granada, desde su construcción hasta su abandono y deterioro durante los siglos XIX y XX", si bien llegó a tener uso como casa-cuartel de la Guardia Civil.
Un informe técnico de 2021 apuntaba que la situación de deterioro en la que se encuentra es "preocupante", y requiere de la "adopción urgente" de medidas para su "correcta protección y conservación" que pasarían por la redacción y desarrollo de la propuesta ganadora del concurso de ideas que convocó el Ayuntamiento de Almería en febrero de 2018 y firmada por el estudio de arquitectura "Cano Laso" de Madrid.
La ejecución de esta propuesta, denominada 'Torre varada', es la que se está tramitando con modificado para habilitar el punto de información turística. La documentación señala que la torre se rehabilitará con el critero de "mínima actuación" y contempla solo actuaciones necesarias para garantizar su conservación "salvaguardando los valores históricos, arqueológicos y constructivos".
El proyecto evitará reconstruir elementos perdidos que ya no cumplan con la que era su función original y se limitará a intervenir en la recomposición volumétrica de aquellos puntos que, "por su estado de deterioro, comprometan la vida del monumento o puedan suponer un peligro para el visitante, como los peldaños perdidos del petril de la cubierta".
Asimismo, según recoge, todos los elementos introducidos para facilitar el uso turístico de la torre "responderán a un lenguaje contemporáneo y serán de carácter eventual", al tiempo que "serán reversibles y podrán ser fácilmente desmontables". Así, quedará una planta baja con 30 metros cuadrados útiles, una planta superior de 32 metros cuadrados y una cubierta-mirador de 46 metros cuadrados.
La propuesta no prevé ninguna medida de protección ni conservación para la muralla abaluartada construida en la década de los ochenta del siglo pasado, pero para proteger el entorno de la torre y evitar "la entrada incontrolada de coches", contempla realizar un camino de tablas de madera cosidas con cuerda que conecte el monumento con el aparcamiento disuasorio situado en el acceso a la playa.
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