ALMERÍA.- La Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) muestra su preocupación y rechazo por el goteo de pérdida de puestos de trabajo en los medios de comunicación de la provincia, lo que en los últimos meses está suponiendo una auténtica escalada sin límite, acercándose al 20% la cifra de desempleo en el sector almeriense (18,50 %, según el “Libro negro del periodismo en España”, del que es autor el catedrático Bernardo Díaz Nosty, presentado la semana pasada en la Asociación de la Prensa de Madrid). Una cifra que jamás se había dado en las empresas periodísticas de Almería.
Desde mayo hasta estos últimos días se han producido cierre de medios y pequeñas empresas, recortes de personal, despidos indiscriminados, rescisiones de prestaciones en régimen de colaboración o autónomos, reorganizaciones empresariales que han supuesto una mayor precariedad en las condiciones de trabajo y en el empleo, y que, en resumen, han llevado al paro a otro número elevado de trabajadores, de ellos más de una veintena de periodistas.
Las empresas, tanto públicas como privadas, están llevando a cabo una política laboral sin escrúpulos, en muchos casos, sin previo aviso, donde despedir casi está suponiendo una práctica, en ocasiones de forma anual, y en otras hasta trimestral.
La AP-APAL rechaza de plano estas prácticas que siguen machacando al sector de medios y a la profesión periodística en Almería, como en el resto del país. Tantos mazazos conducen a una precariedad extrema que pone en peligro todos los derechos fundamentales en cuanto a libertades que garantiza el artículo 20 de la Constitución española, y, por descontado, ponen en riesgo la salud democrática.
Exigimos y pedimos un ejercicio de responsabilidad a los poderes públicos, a los sindicatos y a las empresas de comunicación, para entre todos frenar esta “sangría”, que sólo nos puede conducir a la debacle. Y, a los periodistas, en estos momentos tan difíciles, hacerles un llamamiento a la responsabilidad y a la autocrítica, como tantas veces hemos demandado.
La AP-APAL rechaza de plano estas prácticas que siguen machacando al sector de medios y a la profesión periodística en Almería, como en el resto del país. Tantos mazazos conducen a una precariedad extrema que pone en peligro todos los derechos fundamentales en cuanto a libertades que garantiza el artículo 20 de la Constitución española, y, por descontado, ponen en riesgo la salud democrática.
Exigimos y pedimos un ejercicio de responsabilidad a los poderes públicos, a los sindicatos y a las empresas de comunicación, para entre todos frenar esta “sangría”, que sólo nos puede conducir a la debacle. Y, a los periodistas, en estos momentos tan difíciles, hacerles un llamamiento a la responsabilidad y a la autocrítica, como tantas veces hemos demandado.
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