ALMERÍA.- Azata, empresa promotora del hotel construido en el paraje de El Algarrobico ha señalado este martes que el protocolo en el que trabajan de manera conjunta el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) y Junta de Andalucía para acometer el derribo del inmueble entra en contradicción con el sentir de "la mayoría" de vecinos de Carboneras y de la provincia, que abogan por su apertura, y ha advertido de que el proceso hacía la demolición "no es tan directo como nos quieren hacer creer".
El subdirector general de la mercantil, José Rodríguez, ha asegurado que "no se entiende" que ambas administraciones "tomen esta decisión" cuando "la mayoría de carboneros se ha posicionado a favor del hotel" y ha hecho referencia a una encuesta reciente de un diario local que recogía "que la mayoría de los almerienses es de la misma opinión" a este respecto.
Rodríguez, quien ha subrayado que el protocolo que preparan MARM y Junta está "de forma obvia" sujeto al resultado del proceso judicial que se sigue ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) sobre la nulidad de la licencia de obras, ha puntualizado que la sentencia de lo contencioso-administrativo "no ilegaliza la licencia" sino que da orden al Ayuntamiento para que la revise de oficio.
"No es todo tan directo como nos quieren hacer creer", ha señalado "desde el respeto a la soberanía de las decisiones de Gobierno y Junta" para, a continuación, resaltar que la ordenación urbanística que permitió que se construyera el inmueble de 411 habitaciones y 22 plantas "obtuvo todos los permisos de todas las administraciones" con competencia en la materia.
En concreto, ha recordado que el citado planeamiento urbanístico a través de un Plan Parcial en el sector ST-1 del paraje de El Algarrobico, sobre el que se asienta el hotel, "fue aprobado por la Junta de Andalucía" e informado "de manera favorable" --ha añadido-- por la Dirección General de Costas, dependiente del MARM.
Rodríguez ha defendido, en esta línea, que el inmueble no está ubicado "a 14 metros de la línea de playa" como señalan desde las organizaciones ecologistas. "No se ajusta a la realidad lo que dicen porque está a 100 metros del agua y a 50 metros de la línea del dominio público marítimo terrestre", ha apuntillado.
Al hilo de esto, ha rechazado que la apertura del establecimiento hotelero, cuyas obras fueron paralizadas en 2005 a más de un 90 por ciento de ejecución, provoque, tal y como sostienen desde Greenpeace, impacto ambiental en la zona, enclavada en el parque natural Cabo de Gata-Níjar.
"No habría que construir acceso rodado al hotel porque ya existe un acceso por la carretera que une Carboneras con Mojácar", ha desmentido al tiempo que ha subrayado que el edificio "cuenta con un aparcamiento subterráneo de dos plantas y un suministro de agua potable mediante conexión directa con el abastecimiento a Mojácar desde la desaladora de Carboneras".
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