Con motivo de su participación en el “II Mayo Poético” organizado por la Universidad de Almería, Cardenal, ex miembro sandinista y defensor de la Teología de la Liberación, reflexiona sobre la actual situación socioeconómica y el rumbo que debe tomar la Humanidad, a la vez que reivindica para el género literario de la poesía un papel más social.
Pese a sus desavenencias con la jerarquía eclesiástica, Cardenal defiende su condición de sacerdote y, a sus 85 años, admite que sólo le interesa ser recordado “por Dios”.
Pregunta.- ¿Es para usted la poesía una herramienta política?
Respuesta.- Naturalmente que sí, y creo que así ha debido ser siempre.
P.- ¿Ha perdido la poesía el espíritu de denuncia?
R.- La poesía ya casi no cuenta nada, ha descuidado su misión de denuncia, y desde hace dos siglos se ha reducido a lo íntimo, lo personal, lo subjetivo. La poesía es también profecía, en el sentido de que es anuncio de un mundo mejor, y a la vez denuncia de las inmundicias presentes. Esa es la poesía de la Biblia, que ha sido la principal poesía de la Humanidad.
P.- ¿Es posible acabar con las desigualdades en el mundo?
R.- Dios creó el mundo para que fuera perfecto.
P.- ¿Qué podemos aprender de la actual crisis económica mundial?
R.- Creo que debemos saber que el capitalismo debe acabarse porque es perjudicial para la Humanidad. Para subsistir, la Humanidad debe liberarse de la explotación capitalista.
P.- ¿Y hacia dónde debemos ir?
R.- Sólo hay dos sistemas: el capitalismo, que es la propiedad privada, y el socialismo, la propiedad común. Dios nos creó para tener una propiedad común.
P.- ¿Qué análisis hace del avance de la izquierda política en Latinoamérica?
R.- Es parte de la evolución de la Humanidad. Hemos sido creados para el socialismo, para la igualdad. Dios nos hizo socialistas.
P.- Usted ha sido muy crítico con la jerarquía eclesiástica. ¿Qué cambios necesita la Iglesia?
R.- Soy crítico como los profetas de la Biblia que también lo fueron con la religión de Israel de su tiempo, y como Cristo lo fue con la religión de su pueblo. Los cristianos tenemos que ser críticos con la Iglesia, que tiene los errores y pecados del antiguo Israel. Tenemos que seguir denunciándolo.
P.- ¿Qué opinión le merece el actual Papa, Benedicto XVI?
R.- Me parece que es igual al anterior, o incluso peor.
P.- ¿Cómo se imagina la sociedad dentro de cinco o seis generaciones? ¿Habremos mejorado?
R.- No sé en cuántas generaciones, pero yo me imagino una sociedad que será perfecta.
P- ¿Cómo le gustaría ser recordado?
R.- Simplemente, ser recordado por Dios.
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