Juan Antonio Segura Vizcaíno, la persona que más y mejor conoce el partido en la provincia, antes incluso de la llegada de Soler a la Secretaria General, ha realizado un acercamiento en estas semanas a la dirección regional del partido.
Le avala en este movimiento el hecho de no haber ocultado “ante Sevilla” su inquietud desde hace tiempo con la estrategia errática y sistemáticas derrotas frente al PP, del tándem Soler-Asensio en Almería, de los que recibía instrucciones como Secretario de Política Institucional.
Según diversas informaciones recabadas en fuentes socialistas en los últimos días, a Griñán no le ha hecho falta conocer los detalles que salpican a los dirigentes actuales del PSOE en Almería en el sumario de la Operación Poniente para descabalgar del gobierno a Martín Soler.
A vueltas del último verano, el presidente, habría tenido acceso a información más que suficiente sobre decisiones y movimientos de su consejero de Innovación que no debieron gustarle. Fue antes de que Griñan tuviese que proclamar públicamente que él era "el único" líder del PSOE-A, algo que entonces casi nadie entendió. Noticias que el propio Griñán podría complementar tras haber analizado durante un año, como Vicepresidente económico, el perfil y comportamiento, semana tras semana, del consejero de Agricultura en la mesa del Consejo de Gobierno que presidía entonces Manuel Chaves.
-El "tercer" hombre.
De hecho, cuando formó su primer gobierno, Griñán no pensó en Martín Soler como la cuota almeriense en el ejecutivo. Le gustaba más el perfil de Manuel Recio, pero dicen que fue Pizarro quien, una vez más, apuntó que de haber un consejero almeriense, ese debía ser Martín. Pepe Griñán, prisionero de los tiempos y las circunstancias sobrevenidas por inesperadas, nombró a Soler y le dio, nada más y nada menos, que la consejería considerada “estrella” : Innovación, Ciencia y Empresa, creada por Paco Vallejo e impulsada tiempo atrás por Chaves.
Aparentemente “el consejero de Almería”, tal y como le llamaban al principio algunos en la CEA, - Lele Colunga entre ellos- , lograba proyectar una imagen que le convertían en “el tercer hombre del gobierno”. Lo escribí a propósito en varias crónicas, observando como le incomodaba esa publicidad tan anticipada y a destiempo a Soler. La última vez que le cité, su portavoz oficioso, el doctor Gómez Angulo, me lo hizo saber con su lenguaje coloquial de siempre.
-No jodas más con lo del “tercer hombre” a Martín, tu déjalo tranquilico, que él lleva su camino y sus tiempos muy bien llevados, pero no le jodas más citándole así, que levantas la envidia de sus enemigos... y Martín es un buen amigo, hay que ayudarle y no joderle.
Lo único que pudo hacer el presidente Griñán tras nombrarle en Innovación fue pedirle, con el pretexto de no elevar las tensiones con la gente de Zarrías por la salida de Vallejo, que mantuviese intacto al equipo anterior, viceconsejero incluido.
Y Soler hizo de la necesidad virtud, sacándole partido a la instrucción presidencial y aprovechando para demostrar que no tenían razón quienes le calificaban como un político “sectario” tras su etapa de Almería. En el fondo, creyeron algunos, Griñán le encajaba un contra poder interno en la potente consejería, teniéndola siempre, o casi siempre,bajo control.
Paralelamente se iban conociendo en el seno del partido detalles, más o menos contrastados a través de personas de la confianza de Griñán y su entorno, de los movimientos de Soler que invitaban a pensar en una solapada carrera, a medio plazo y sin prisas, para sucederle tan pronto se marchase por edad, o... porque lo echaran las urnas.
Nada más llegar a la consejería de Agricultura, Soler le dijo a colaboradores muy cercanos que le iban a ver poco por allí, porque el presidente Chaves le había encargado una misión muy especial y delicada: preparar su sucesión y el aterrizaje de Pepe Griñan como presidente que preveían “de transición”.
A nadie de su entorno le extrañó desde entonces que Soler se ocupase en sus charlas telefónicas de asuntos que nada tenían que ver con la Agricultura y la Pesca de Andalucía. Sobre todo con Luis Pizarro, su amigo y padrino en esa carrera de fondo para la que no tenían prisa, solo el tiempo que durase Griñán como presidente. “Griñán es mucho más viejo que yo” solía bromear ante su entorno a el consejero de Agricultura.
Lejos de Sevilla, en Almería y Madrid, sucedían otras cosas que quizás iban a influir, directa o indirectamente, en los acontecimientos políticos que, con el arranque del año 2010, se iban a precipitar. Fue cuando Manuel Chaves convenció a Pizarro que lo mejor era adelantar el congreso regional y dejar todo en unas solas manos, las de Pepe Griñan. Algunas fuentes apuntan al empuje de Zapatero para precipitar todo una vez más, lo mismo que sucedió en la Semana Santa de 2009.
Mientras, en Almería, fiscales, funcionarios policiales e inspectores de la Agencia Tributaria, llevaban desde principio de 2008 inmersos en documentos y pesquisas que desembocarían veinte meses después en la Operación Poniente. Una trama integrada por los amigos de Martín Soler, los socios políticos del PSOE en Almería con los que, por cierto, el consejero en Sevilla seguía manteniendo un contacto frecuente, más allá incluso de lo institucional.
-Objetivo: que "La niña" no llegue.
Se comprenderá que a nadie interesó nunca, a sus protagonistas los primeros, que esta soterrada y surrealista batalla final por el sillón de Chaves y el control del partido saliese a la luz pública. Sin embargo, los pasos que los protagonistas iban dando a cada momento, encajaban perfectamente en una estrategia encaminada a taponar y bloquear el acceso de María del Mar Moreno, la candidata de Zapatero a la Junta. Ese era el verdadero objetivo al rodear inicialmente el pizarrismo a Griñan, evitar que “La niña” adquiriese los derechos a la sucesión, tal y como finalmente ha ocurrido.
En Madrid, además de Pepe Blanco y Gaspar Zarrías, varios dirigentes del partido observaban con atención - y con cierto vértigo- los movimientos de los distintos protagonistas que seguían urdiendo estrategias para hacerse con el poder del partido en Andalucía. Especial sorpresa, atención y seguimiento despertaban los entusiastas (y seguramente desinteresados) apoyos de algunos empresarios de Almería hacia el rutilante consejero socialista.
Por otra parte, resulta muy difícil creer que a Alfredo Pérez Rubalcaba no le hubiese llegado algún chasquido almeriense, en casi dos años de investigaciones policiales, máxime cuando en el escenario del Poniente se paseaba por el alambre de la intermediación un ex ministro socialista del Interior, Pepe Barrionuevo Peña.
Tiempo atrás, dos diputados zapateristas almerienses, Consuelo Rumí y Paco Contreras, entre otros, ya habrían compartido confidencias en Madrid con Zapatero sobre las andanzas y pactos del secretario socialista de Almería con la extrema derecha de El Ejido. De igual modo se habló de Soler en Madrid cuando la ministra Cristina Narbona descubrió carisimas aguas turbulentas en la provincia más desertizada y seca de España. Incluso levantó sospechas que Zapatero dejase de ir por Vera de descanso, donde su mujer Sonsoles Espinosa había comprado un chalé hace tres años, alquilándolo en estos dos últimos veranos.
Lo ocurrido tras el congreso regional, la formación del gobierno, el cese de Antonio Llaguno, (la sombra espiritual y política de Soler) , así como los ajustes periféricos venideros que seguramente afectarán a Miguel Corpas, el último bastión de poder del martinismo como Delegado del Gobierno en Almería, hacen pensar que, para la actual dirección regional socialista, está próxima la fecha de caducidad del liderazgo real de Martín Soler Márquez al frente del socialismo almeriense.
La solución Segura Vizcaíno es buena para el PSOE, porque es un hombre de partido y parece que uno de los muchos martinistas arrepentidos, “cuña de la misma madera” dicen. Pero es una pésima solución, desde el punto de vista estético, aupar a la secretaría general sustituyendo a Diego Asensio porque, ambos, han sido siameses políticos del martinismo. Sus charlas sobre "rascadas de espaldas" con Pepe Alemán, le dejan en una incómoda y delicada situación política.
Para algunos, solo podría atenuar sus responsabilidades políticas Segura Vizcaíno si compareciese públicamente y explicase, con todo lujo de detalles, el contenido verdadero de las cláusulas secretas, no escritas, del acuerdo entre el PAL y el PSOE en las últimas dos legislaturas de la Diputación de Almería. Aunque nada más acabar tuviese que acudir a un confesionario y cumplir la penitencia.
Nota final: El viernes pasado Martín Soler y Diego Asensio comparecieron en rueda de prensa en Almería para "presentar" el proyecto de una nueva Facultad de Medicina. Que el secretario del partido y el ex consejero presenten un proyecto de envergadura del gobierno, sin la presencia del mismo, es interpretado por algunos socialistas almerienses como "uno de los primeros pulsos" que parece que Soler está dispuesto a echarle a Pepe Griñán en su territorio almeriense de aquí a 2012.
(*) Periodista y director regional de Onda Cero en Andalucía
Hola Pepe: A éstas alturas de la instrucción del sumario de la Operación Poniente, a nadie se le escapa que El Ministro del Interior, tras las grabaciones policiales, tenga toda la información que se deriva de ellas; el grado de implicación de sus compañeros; y por extensión Griñan. Los movimientos respecto a sus compañeros de partido en Almería necesariamente obedecen a esa información y han puesto el parche antes de que salga el grano... Lo que no evita que ese conocimiento se haya sumado al intento de sustituirlo... Ya lo iremos viendo cuando se vaya levantando el secreto del sumario. La organización de trama semejante no se puede haber hecho sin la implicación de, empresarios, politicos, funcionarios y demás ralea que miraba para otro lado... Un saludo. Cuidate.
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