MADRID.- El probable cierre de las centrales
térmicas de carbón de As Pontes y Litoral, de Endesa, dejará activas tan
sólo a tres centrales de los principales grupos energéticos españoles:
las de Aboño y Soto de la Ribera, en Asturias, propiedad de EDP, y la de
Los Barrios, en Cádiz, de Viesgo.
Las grandes
eléctricas españolas se van despidiendo del carbón como combustible para
generar electricidad. Si las inversiones que tenían que hacer para
adaptarlas a la nueva normativa ambiental que les permitiría funcionar
más allá de 2020 ya desanimaron a muchas, ahora la repercusión de los
precios de las emisiones de CO2 en el de la energía que generan está
expulsándolas del mercado mayorista, pues sus precios están por encima,
incluso, de los de los ciclos de gas.
Endesa anunció hace una semana que iba a promover la
"discontinuidad de la producción de sus centrales de carbón en la
Península" por la modificación de las condiciones de mercado, que, según
la eléctrica, está haciendo que "el funcionamiento de estas centrales
no resulte previsible en el mercado de generación en el futuro".
Los precios del CO2 han pasado de una media de 5,83 euros por tonelada
en 2017 a 15,88 euros por tonelada en 2018, con un crecimiento de cerca
del triple entre un año y otro.
Además, en lo que va
de 2019, el precio medio alcanza los 24,84 euros por tonelada (un 56 %
más que en 2018), según datos de SENDECO2 (Sistema Europeo de
Negociación de CO2), empresa dedicada a la compraventa de derechos de
emisión.
Endesa ya había anunciado con anterioridad
el cierre de las dos centrales de generación con carbón que tiene en el
interior y que usan carbón nacional -Compostilla, en León, y Andorra, en
Teruel-.
Por el contrario, en las de Litoral (1.160
megavatios -MW-) y As Pontes (1.468 MW), que usan carbón de importación,
la compañía llevó a cabo inversiones por valor de cerca de 200 millones
de euros en cada planta para que pudieran seguir funcionando como
máximo hasta 2030.
También EDP y Viesgo han acometido
inversiones para poder seguir manteniendo operativas algunas de sus
centrales de carbón más allá de junio de 2020 y, en principio, serán las
únicas que mantengan plantas de carbón en la Península, un total de
tres.
EDP ha efectuado inversiones en
desnitrificación y desulfurización en el grupo II de la central de
Aboño, de 556 MW, y en el grupo III de la central de Soto de Ribera (361
MW).
En concreto, ha invertido 90 millones en las
plantas de desnitrificación de Soto de Ribera y Aboño, instalaciones que
pueden llegar a emplear hasta 600 trabajadores en los picos que se
producen en las revisiones generales, así como 10,5 millones en mejoras
ambientales y en la modernización del grupo II de Aboño.
El grupo I de Aboño (365,5 MW), en el que no se han hecho adaptaciones, cerrará a mediados del año que viene.
Viesgo tiene dos centrales de carbón -Los Barrios, en Cádiz, y Puente
Nuevo, en Córdoba-, pero sólo ha hecho inversiones para siga funcionando
más allá de junio de 2020 en la primera.
En la
central térmica gaditana, que entró en funcionamiento en 1985 y que fue
una de las últimas de carbón que se construyó en España, Viesgo ha
invertido 80 millones de euros en una planta desulfuradora que reduce un
95 % las emisiones de azufre y en una desnitrificadora que rebaja la
emisión de óxido de nitrógeno (NOX) en un 60 %.
Otras compañías ya decidieron hace tiempo dejar de producir electricidad con carbón, como Iberdrola y Naturgy.
Iberdrola anunció en noviembre de 2017 que había solicitado al entonces
Ministerio de Energía cerrar sus dos últimas centrales de carbón, la de
Lada, en Asturias, y la de Velilla, en Palencia, que en conjunto suman
874 MW.
En enero de 2019, era Naturgy, antigua Gas
Natural Fenosa, la que anunciaba que había solicitado cerrar sus plantas
térmicas de carbón de Meirama (La Coruña), Narcea (Asturias) y La Robla
(León).
Fuera de la península, los grupos I y II de
la central de Es Murterar, en Alcudia, tienen autorizado su cierre a
partir del 1 de enero de 2020, mientras que los otros dos que tiene se
cerrarán cuando funcione el segundo cable eléctrico que conectará
Mallorca con la Península.
Los cierres de centrales
eléctricas se tienen que solicitar al ministerio competente en materia
de energía, en estos momentos el de para la Transición Ecológica, que es
el que los autoriza.
El último cierre de una
central de carbón que se autorizó en España fue el de la de Anllares, en
León, -propiedad de Endesa y Naturgy- en noviembre de 2018, mientras
que el resto que se solicitaron con posterioridad al de Anllares siguen
aguardando.
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