ALMERÍA.- El Obispado de Almería ha valorado este
lunes el decreto del Vaticano sobre las celebraciones litúrgicas de cara
a la Semana Santa en el que además se propone que determinadas
expresiones de piedad popular y procesiones puedan ser trasladadas al 14
y 15 de septiembre, lo que no supondrán "replicar" la Semana Santa en
dichas fechas, para las que habrá que buscar una "solución creativa".
Fuentes de la Diócesis han indicado hoy que si bien es
cierto que "algunas manifestaciones" pueden ser trasladadas a esas
fechas "ni está concretado nada ni está en la agenda" aún cómo se
realizarán las dichas celebraciones en unos días marcados ya por la
Exaltación de la Cruz y la Virgen de los Dolores, así como por cultos
locales tales como el Cristo de Dalías o el Santo Cristo del Bosque de
Bacares.
"Es una propuesta que viene de Roma y ya se verá como se
concreta", han indicado las mismas fuentes ante las "pistas" ofrecidas
desde el Vaticano que, en cualquier caso, no desplazan la celebración
litúrgica de la Misa Crismal y el Triduo Pascual en el que se conmemora
la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
En este sentido, y aunque el obispo de Almería, Adolfo González
Montes, ordenó el pasado viernes el cierre al público de los templos
para prevenir contagios ante la crisis sanitaria del covid-19, desde la
Diócesis han recordado que las misas se siguen realizando "a puerta
cerrada", muchas de ellas emitidas de forma telemática por radio,
televisión e Internet, toda vez que han incidido en su interés en poder
retransmitir los oficios de Semana Santa que acoge la Catedral de la
Encarnación a través de la televisión municipal.
En una incertidumbre parecida se encuentra la celebración de las
primeras comuniones que, según el calendario, pueden celebrarse a partir
de la semana siguiente al Domingo de Resurrección. Si bien la
catequesis se vio suspendida tras la pandemia, los párrocos siguen en
contacto con los fieles para la lectura de las sagradas escrituras y la
oración.
"Las parroquias están dispuestas a proponer todas las opciones
dado que estamos en un momento excepcional", han reconocido al entender
que, pese al acortamiento de las clases, los menores se encuentran
preparados para recibir el sacramento, con lo que los sacerdotes tendrán
que sentarse con los padres "para darles todas las facilidades"
posibles y adaptar fechas.
Mientras, los sacerdotes y párrocos mantienen el contacto con los
feligreses a través de diferentes canales, aunque principalmente por
teléfono, toda vez que los capellanes aún acuden a hospitales de la
provincia y al centro penitenciario para realizar visitas, confesar y la
unción de enfermos bajo los protocolos de seguridad e higiene marcados
por las autoridades.
"También acuden a los tanatorios a hacer un pequeño responso como
establece la normativa diocesana y de estado de alarma", han apuntado
desde la Diócesis, donde han apuntado que si bien la distancia social
marcada para prevenir contagios no permite reconfortar en un abrazo a
los familiares, la actuación permite trasladarles un "mensaje de
esperanza".
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