En la planificación y ejecución de la
economía política aplicada por los responsables de un país se suele
legislar, bajo la pretensión de creerse en posesión de la única y mejor
solución, o acorde con su propia ideología política. Seleccionaré dos
ejemplos:
* EEUU-China. El desacuerdo iniciado hace dos años entre Washington y Pekín ante un mercado en exceso competitivo y destructivo ha devenido en la iniciación de un nuevo acuerdo que obliga a China a la compra, durante dos años, de productos de EEUU por 200.000 millones de dólares por encima de sus compras en 2017, no administrativas sino basadas en las de mercado.
Se
incluyen en este preacuerdo otras condiciones impuestas a China, el
respeto a la propiedad intelectual y la apertura del sector de servicios
financieros, con extensión a todos sus socios. Las imposiciones
arancelarias que Estados Unidos impuso a China ralentizaron su comercio
exterior, obligándola a instalar una extensa red de distribución en
otros continentes, y en especial en Europa, de sus productos, sin
controlar algunas imitaciones y plagios.
La
Comisión Europea teme que las preferencias bilaterales impuestas por
Washington penalicen a las empresas de la Unión Europea en el mercado
chino frente a sus competidoras estadounidenses, y que los objetivos
cuantitativos sean incompatibles con la Organización Mundial del
Comercio (OMC), al generar distorsiones comerciales. El embajador de la
UE en China, Nicolas Chapuis, para el caso de producirse distorsiones,
recurriría ante la OMC.
Afirma
haber recibido del Gobierno chino garantías de que las empresas europeas
no se verán afectadas en ningún caso por el acuerdo
chinoestadounidense. Bruselas intenta iniciar un nuevo acuerdo con la
primera potencia asiática y la segunda mundial sobre inversiones y
relaciones comerciales.
La OMC,
últimamente en estado de cierta pasividad, necesita introducir reformas
progresivas frente al proteccionismo de Estados Unidos, impulsado por
Donald Trump, que serán abordadas, según previsión, en la reunión
ministerial de la organización internacional prevista para junio en
Kazajistán. ¿Es consciente el Gobierno español de la necesidad urgente
de unir el máximo esfuerzo de colaboración inteligente a la reunión
ministerial mencionada, y de protección al mantenimiento y expansión
creciente de nuestras relaciones comerciales con Extremo Oriente?
* Alemania.
Después de nueve años de dinámico crecimiento económico, encabezando la
Europa comunitaria, en su décimo año de avance, 2019, lo ha visto
reducido al 0,50%, por debajo incluso de algunos de sus países socios,
pues aunque el consumo interior aportó el 1,6% al PIB, las
exportaciones, su principal motor, lo hicieron negativamente un 0,4%, no
sólo por la guerra comercial entre EEUU y China, sino porque la
producción industrial basada en el ramo del automóvil cayó un 3,6%,
según el Departamento de Cálculos Macroeconómicos de la Destatis.
La
fabricación de vehículos (BMW, Volkswagen y Daimler) se ha visto
afectada por los escándalos del diésel y los nuevos estándares de
emisiones establecidos en Europa.
Sin
embargo, mantiene su fortaleza en el mercado laboral, con una tasa de
desempleo del 3%, y un resultado positivo en el estado de sus cuentas
públicas al cierre de 2019, un 1,5% del PIB, que abarca las del Gobierno
federal, los lander , los municipios y la caja de la Seguridad Social,
aunque situándose detrás de las grandes economías como Estados Unidos,
China e incluso Japón, que ha conseguido un superávit progresivo
consecutivo durante más de cinco años, y que también acaba de firmar
contratos millonarios con China, seis años después de la dura crisis
mantenida entre las dos potencia asiáticas .
Al no haberse superado una fase de debilidad industrial, con un mercado de consumo sumido en una guerra de precios, según el criterio del Centro de Estimaciones del Instituto para la Economía Mundial de Kiel, se abren perspectivas hacia una debilidad en el crecimiento para la recién iniciada década de 2020.
Al no haberse superado una fase de debilidad industrial, con un mercado de consumo sumido en una guerra de precios, según el criterio del Centro de Estimaciones del Instituto para la Economía Mundial de Kiel, se abren perspectivas hacia una debilidad en el crecimiento para la recién iniciada década de 2020.
¿Somos
conscientes, también, de la urgente necesidad de adecuar nuestra
estructura económica nacional y relaciones internacionales al cambio del
iniciado receso hacia el crecimiento del PIB, que haga posible en
conjunto la reducción del endeudamiento, la mejora de las pensiones, la
retribución del trabajo, la enseñanza, la cultura, el mantenimiento de
alta calidad de la sanidad, y el fomento de la creatividad y la
investigación? Todo ello sólo será posible con unión y el abandono de
otros objetivos innecesarios e inversiones no rentables y partidistas.
Los
legisladores de las reformas y al no haberse superado una fase de
debilidad industrial, con un mercado de consumo sumido en una guerra de
precios, según el criterio del Centro de Estimaciones del Instituto para
la Economía Mundial de Kiel, se abren perspectivas hacia una debilidad
en el crecimiento para la recién iniciada década de 2020.
¿Somos
conscientes, también, de la urgente necesidad de adecuar nuestra
estructura económica nacional y relaciones internacionales al cambio del
iniciado receso hacia el crecimiento del PIB, que haga posible en
conjunto la reducción del endeudamiento, la mejora de las pensiones, la
retribución del trabajo, la enseñanza, la cultura, el mantenimiento de
alta calidad de la sanidad, y el fomento de la creatividad y la
investigación?
Todo ello sólo
será posible con unión y el abandono de otros objetivos innecesarios e
inversiones no rentables y partidistas. Los legisladores de las reformas
y nuevas estructuras económicas de la nación española deben estudiar y
analizar en profundidad, previamente, los enfrentamientos inevitables
que cobrarán vida a lo largo del primer semestre recién iniciado, entre
otros:
*
La deuda mundial está en máximos y superará los 250 billones de
dólares, según estimación del Instituto de Finanzas Internacionales, con
sede en Washington, de los que 190 billones no son del sector
financiero y, de éstos últimos, 70 billones corresponden a la deuda de
los Estados, (según la ONU).
*
El BCE establecerá una nueva estrategia en su política monetaria,
recomendando a los legisladores de los miembros de la UE contribuir a
aliviar las incertidumbres del comercio y las tensiones geopolíticas,
muy extendidas internacionalmente.
*
Se acometerán reformas para fortalecer y actualizar la Organización
Mundial del Comercio, inmóvil desde 1995, en una próxima reunión en
Ottawa provocada por Canadá, la UE y once países más. Se intenta que se
incorporen EEUU y China, sin los cuales los acuerdos carecerían de la
efectividad necesaria.
* Las
nuevas medidas fiscales anunciadas deben estimular la inversión.
Desincentivarla orientaría a nuevos inversores y emprendedores hacia
otros países más seguros y rentables, con pérdida de recaudación
presupuestaria.
* Falta de evaluación actual y consolidación del sistema financiero.
* Una posible tasa Google sobre el comercio en Internet, que gravaría los ingresos y no los beneficios.
*
La aplicación de nuevas y estrictas reglas para la importación en
Estados Unidos. Esperemos que el nuevo Gobierno adopte la “economía
política” como protagonista insustituible y confiera al equipo técnico
especializado la libertad de estudio, planificación y estructuración
integrales que permita proponer el sistema más eficaz y adaptable a los
cambios frente a la actual difícil coyuntura. Es el camino para lograr
el crecimiento y el bienestar general.
(*) Economista y empresario
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