ALMERÍA.- Los equipos de respuesta inmediata ante emergencias y de ayuda
humanitaria a inmigrantes (ERIE-AHI) de Cruz Roja se han movilizado para
atender a cerca de 70 migrantes que han sido rescatados durante la
mañana de este jueves en aguas de Almería.
Los trabajadores y
voluntarios de la ONG se ha coordinado para atender a un total de 66
migrantes conducidos al puerto pesquero de Almería por las autoridades y
asegurar los primeros auxilios y atenciones a cuatro grupos de personas
de hasta 25 personas.
Fuentes del Cruz Roja han señalado
además que durante la tarde de este pasado miércoles asistieron también a
34 personas más en el marco de un doble operativo que tuvo lugar a
última hora de la tarde antes de que ingresaran en el Centro de Atención
Temporal de Extranjeros (CATE).
Por otra parte, la Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas de entre cuatro y
seis años de prisión a cuatro hombres acusados de pilotar una patera
que partió en diciembre de 2023 de las costas de Argelia rumbo a España,
la cual quedó a la deriva tras averiarse el motor con otros 12
ocupantes a bordo, entre ellos tres menores de edad.
El fallo señala el reconocimiento expreso de los
hechos por parte de tres de los acusados, a los que se impuso cuatro
años de cárcel, y la condena al cuarto procesado, que se desligó de las
acusaciones, a seis años de prisión.
El tribunal apunta que
los cuatro implicados se concertaron con el objetivo de "enriquecerse
ilícitamente" mediante el favorecimiento de la inmigración clandestina,
para lo que organizaron una travesía en patera en la que cobraron unos
2.000 euros a cada ocupante por una plaza en el bote.
En este
sentido, la resolución distingue las labores que realizó cada uno de los
implicados, de modo que mientras que uno patroneó la embarcación
durante todo el trayecto, otro se ocupó de la lectura del GPS, otro del
mantenimiento y control del motor y un cuarto del repostaje.
Este último, al que el tribunal impone seis años de cárcel, también se
encargó de "intimidar" a los ocupantes de la patera, a los que llegó a
decir que "o le daban lo que tenían o los arrojaba al mar", según se
desprende de las declaraciones "coherentes, coincidentes entre sí, y
plenamente creíbles" prestadas por dos testigos protegidos.
A
sus declaraciones se unió además una prueba documental basada en las
fotografías que hicieron algunos de los ocupantes de la patera, en las
que se veía al acusado mientras manejaba el GPS para guiar la
embarcación. Frente a ello, descarta la versión del acusado, quien
aseguró que era un ocupante más de la patera y que, como otros "seis o
siete", realizó labores de repostaje durante el trayecto.
Durante el trayecto, que arrancó a las 4,20 horas de la madrugada del 11
de diciembre desde las costas de Orán, la embarcación neumática de
cinco metros de eslora vio como su motor fueraborda de 60 caballos dio
distintos problemas durante la travesía, en la que además entró agua "de
manera incesante" en la patera, por lo que los ocupantes tuvieron que
realizar achiques con botellas para no naufragar.
A causa de
las "deficiencias técnicas" que presentaba el motor, este se paró
"varias veces", por lo que uno de los acusados incluso tuvo que "cambiar
en medio de la mar la bujía" del mismo hasta que, finalmente, dejó de
operar.
La "paupérrima" patera --según apuntó un agente de la
Guardia Civil-- quedó a la deriva a unas 4,8 millas náuticas de la costa
española, frente a Cabo de Gata, hasta que la patrullera del Servicio
Marítimo 'Río Guadiana' la rescató a las 17,35 horas del mismo día de la
partida.
La travesía "puso en peligro la vida e integridad de
todos los que viajaron a bordo al no reunir las condiciones de
seguridad mínimas" para garantizar la seguridad de la vida humana en el
mar, que ese día contaba con marejada, al no estar preparada para
distancias tan largas ni para acoger a 17 personas, a cuyo peso se sumó
el de las nueve garrafas de gasolina que se portaban. Los ocupantes
tampoco poseían víveres, chalecos salvavidas ni luces.
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