ARGEL.- Al presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, que fue ingresado en
París hace dos meses tras sufrir un ictus, se le acumulan los
compromisos políticos y legislativos, mientras se mantiene el silencio
sobre su evolución.
La clausura de las festividades por el 50º
aniversario de la independencia del país, el próximo 5 de julio, fiesta
nacional; la urgencia para la adopción de la Ley Complementaria de
Finanzas o la ceremonia de graduación de los altos oficiales del Ejército
son algunos compromisos que esperan al presidente en Argelia.
Sin
embargo, el silencio en torno a la evolución de su convalecencia en el
hospital Des Invalides, en París, o sobre una eventual fecha de regreso,
continúa siendo sepulcral.
Más allá de vagos informes sobre su
estado de salud, desde que Buteflika fuera ingresado el pasado 27 de
abril en el hospital militar de Val de Grace, antes de ser trasladado a
Des Invalides, sólo han sido difundidas unas imágenes del presidente, el
pasado 12 de junio, 47 días después de aterrizar en la capital gala.
Las
imágenes, transmitidas en diferido y sin sonido por la televisión
estatal, mostraron a un Buteflika con dificultades de movimiento en el
brazo izquierdo durante una reunión con el jefe del Estado Mayor del
Ejército, el general Ahmed Gaid Saleh, y con el primer ministro,
Abdelmalek Selal.
Según el propio Selal, la máxima autoridad del
poder político y militar solicitó durante la reunión que se acelere la
adopción de la Ley Complementaria de Finanzas, que corrige los desvíos
presupuestarios de la Ley de Finanzas, y que tradicionalmente es
adoptada en un Consejo de Ministros presidido por Buteflika.
A
esta urgencia, se suma la importancia simbólica del Día Nacional de la
Independencia, el 5 de julio, una de las ineludibles citas del jefe de
Estado, y cuyas celebraciones comienzan hoy en la Academia militar de
Cherchel, con un acto oficial al que no asistirá el presidente.
Estas
cuestiones han despertado, una vez más, el sueño ligero de los rumores
de la prensa argelina, que contrastan con la opacidad oficial. Y diarios
como L'Expresión han empezado a hablar de un posible regreso del
presidente para antes de esa fecha .
Asimismo, la prolongada
ausencia de Buteflika mantiene dividida a la familia política ante los
comicios presidenciales previstos para abril próximo, que adquieren cada
día una mayor presencia.
Por un lado, los grandes partidos
gubernamentales, Frente de Liberación Nacional (FLN) y Reagrupación
Nacional Democrática (RND), que cuentan con el apoyo de varios grupos
satélites y, por otro lado, algunos partidos opositores.
Los
primeros, como Amar Gul, ministro de Obras Públicas y presidente de la
Reagrupación de la Esperanza de Argelia (REA), y Amara Benyunes,
ministro de Medio Ambiente y secretario general del Movimiento Popular
Argelino (MPA), sostienen públicamente su apoyo, incluso, a un cuarto
mandato de Buteflika, presidente desde 1999.
Los segundos, con la
Reagrupación Constitucional Democrática (RCD) de Mohcine Belabbes a la
cabeza, piden la incapacitación del jefe del Estado por motivos de salud
y el adelanto de los comicios.
Por su parte, el principal partido
islamista, Movimiento por la Sociedad de la Paz, dirigido desde mayo
pasado por Abderrazak Mokri, es contrario a una eventual inhabilitación,
mientras ha comenzado una serie de contactos con el resto de grupos
islamistas para encontrar un candidato de consenso para las próximas
presidenciales.
La parálisis política y el abrumador silencio
oficial ha alentado también a los analistas y medios argelinos a
aventurar pronósticos sobre los candidatos a la sucesión de Buteflika y
que podrían contar con el apoyo de los mayoritarios FLN y el RND y el
respaldo de las Fuerzas Armadas.
El actual primer ministro Selal y
los antiguos jefes de Gobierno Ahmad Benbitur, Ali Benflis y Mulud
Hamruch son los nombres que más suenan en las quinielas de analistas y
medios, junto al del expresidente Liamin Zerual e incluso al actual
presidente del Senado y dirigente interino del RND, Abdelkader Bensalah.
Pero
el eco de los nombres susceptibles de recabar el consenso de los
principales actores de la política argelina, marcada por el peso que
siempre han tenido las Fuerzas Armadas, no se queda aquí.
Se
amplia con los últimos dos presidentes del Ejecutivo, Abdelaziz Beljadem
y Ahmed Ouyahia, y continúa con un amplio rosario de candidatos menores
que ya probaron suerte en anteriores citas electorales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario