MADRID.- Las personas que tienen
síntomas leves de COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo
coronavirus, no suelen transmitir el virus después de la primera semana
tras el inicio de la sintomatología, según se desprende del documento
‘Interpretación de las Pruebas Diagnósticas frente a SARS-CoV-2,
aprobado por la Ponencia de Alertas, Preparación y Respuesta del
Ministerio de Sanidad y que ha contado con la colaboración de la
Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica
(SEIMC).
Mediante la técnica de RT-PCR se ha observado que los infectados presentan en su mayoría una alta carga viral (entre 104 y 108 copias de genoma/ml por muestra nasofaríngea o de saliva) durante los primeros días de iniciar la sintomatología y, probablemente, durante la fase presindrómica.
Sin embargo, en pacientes que tienen un curso leve de infección, el
pico de la carga viral en muestras nasales y orofaríngeas ocurre durante
los primeros 5-6 días tras el inicio de síntomas y prácticamente
desaparece al día 10.
Si bien en algunos pacientes se detecta virus más allá del día 10, la carga viral es del orden de 100-1.000 veces menor,
lo cual sugeriría una “baja capacidad” de transmisión en estos días.
Además, a partir del sexto día del inicio de síntomas, se ha podido
demostrar la ausencia de virus infectivo, con cargas virales por debajo
de 105 copias por torunda.
En este sentido, en el trabajo se señala que, a pesar del “escaso
número” de casos en esta serie, y la menor sensibilidad de los cultivos
frente a la PCR, son datos que se han tenido en cuenta por la comunidad
científica internacional, como parte de la evidencia para conocer los
periodos de infecciosidad de la enfermedad, lo que se considera “clave”
para su control.
Adicionalmente a los estudios epidemiológicos se describen cadenas de
transmisión con casos secundarios entre los contactos de los mismos en
los días previos a los síntomas, así como durante el periodo
sintomático, pero “no hay evidencias” de que la transmisión se haya
producido después de haber superado la fase aguda de la enfermedad.
Esto parece indicar que, a juicio de los expertos, en
personas con síntomas leves, más allá de la primera semana tras el
inicio de síntomas, la probabilidad de transmitir la infección a otros
sería “muy baja”, incluso cuando el virus aún es detectable mediante PCR.
En personas con un curso clínico más grave la carga viral es de hasta 60 veces mayor que las que tienen un curso más leve
y, además, la excreción viral puede ser más duradera. De hecho, según
se plasma en el trabajo, en el análisis de 191 personas hospitalizadas
por COVID-19 la duración mediana de excreción viral fue de entre 20 días
y 37 días en los curados, y detectable hasta el final en los que
fallecieron.
“Se puede concluir que, de acuerdo con la evidencia existente, en los
casos leves, la transmisión de la infección ocurriría fundamentalmente
en la primera semana de la presentación de los síntomas, desde 1-2 días
antes hasta 5-6 días después. En los casos más graves esta transmisión
sería más intensa y más duradera”, destacan los expertos sanitarios en
el trabajo.
Además se ha observado que durante los primeros 7 días tras
el inicio de síntomas la PCR es positiva en el cien por cien de los
pacientes y se va negativizando según pasan los días, de manera
que si el porcentaje de positivos es del 90 por ciento entre los días 8
y 14, se reduce hasta el 70 por ciento entre los días 15 y 29 tras
inicio de síntomas.
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