ARGEL.- Más de veinte millones de
argelinos están convocados este jueves a las urnas para elegir al
sucesor del dimitido presidente Abdelaziz Bouteflika en unas elecciones
marcadas por los llamamientos al boicot y la movilización popular que
exige la caída del régimen militar.
Al grito de “no votaremos hasta que la mafia desaparezca“,
en alusión al gobierno establecido tras la forzada renuncia del
mandatario en abril, varios miles de ciudadanos volvieron a marchar este
mismo miércoles por el centro de la capital en una manifestación
contenida y reprimida por las fuerzas de Seguridad.
Varios miles de agentes antidisturbios, gendarmes y policías de
paisano infiltrados cerraron los accesos a la simbólica plaza de la
Grande Poste, en cuyos aledaños practicaron más de una veintena de
detenciones.
Armados con porras y pertrechados con escudos de plástico, los
agentes fueron dispersando a los manifestantes, que pretendían pernoctar
en el centro, tomado por decenas de vehículos policiales, tanquetas
antidisturbios y dos helicópteros.
“No nos vamos a mover de aquí, mañana no se va a votar porque esta consulta es una farsa. Son los mismos de siempre, los que han saqueado el país“,
explicaba a Efe uno de los simpatizantes del movimiento popular de
protesta (Hirak), que mantiene la presión en la calle desde hace diez
meses.
En la misma línea se anunciaba Munia, estudiante universitaria, que se mostraba dispuesta a votar “pero cuando este sea un país libre y haya un verdadero cambio. Los que ahora están ya estaban con Bouteflika“, sentenciaba.
Diez meses de protestas
Las presidenciales estaban inicialmente previstas para el 18 de
abril, pero el anuncio del círculo íntimo del mandatario de que este
pretendía aspirar a un quinto mandato consecutivo pese al evidente
deterioro de su salud, desató una protesta popular que desde el 22 de febrero se repite cada viernes.
El palacio presidencial anunció la renuncia de Bouteflika el 2 de
abril, presionado por la calle pero sobre todo por la intervención del
jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, general Ahmed Gaïd
Salah, quien pidió su inhabilitación.
De acuerdo con la Constitución, la jefatura pasó entonces de forma interina al presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, un hombre de la vieja guardia nombrado al igual que Gaïd Salah en 2004 por el propio Bouteflika, con un mandato de transición de tres meses.
Desde entonces en el general ha marcado la pauta de los
acontecimientos en Argelia, tanto políticos como los relativos a la
represión y el cambio en la cúpula de poder.
La influencia del jefe del Ejército
Primero, impulsando una pretendida campaña de manos limpias que ha
llevado a la cárcel a decenas de políticos, oficiales de alto rango,
empresarios, periodistas y ciudadanos considerados afines al llamado
“clan Bouteflika”.
Entre ellos su hermano Said, al que se consideraba el verdadero poder
en la sombra, y el general Mohamad Mediane “Tawfik”, jefe de los
servicios secretos durante 25 años y su pretendido sucesor, ambos condenados en septiembre a quince años de reclusión mayor por complot.
Y los exprimeros ministros Ahmed Ouyahia y Abdelamalek Sellal, los
dos condenados a quince y diez años respectivamente de cárcel esta misma
semana por un delito de corrupción.
Además, en los últimos meses han sido arrestados y encarcelados
cientos de simpatizantes del Hirak en un intento por desactivar el
movimiento.
Y después, marcando los tiempos de una pretendida transición:
Bensalah aplazó los comicios, en contra de la Constitución, a principios
de junio tras un discurso de Gaïd Salah, y los convocó de nuevo el 15
de septiembre tras otra alocución del general.
Cinco candidatos y una posible sorpresa
Al Palacio de Zeralda optan cinco de los 23 aspirantes que
presentaron su candidatura a la Instancia Superior Independiente de las
Elecciones (ISIE), una organización creada “ad hoc” meses atrás e integrada por miembros de la vieja guardia.
Sin encuestas que pueden aclarar la intención de voto, hasta esta
semana la sensación apuntaba a que los dos exprimeros ministros, Ali
Benflis y Abdelamajeed Tebboun, eran los que más opciones tenían de
pasar a un eventual segunda vuelta.
Sin embargo, en los últimos días han crecido las expectativas de Azzedine Mihoubi, poeta y periodista, antiguo ministro de Cultura,
con buen cartel entre los mandos medios del Ejército por su aire de
juventud y que cuenta con buena prensa, igualmente, en el Frente de
Liberación Nacional (FLN), que gobierna Argelia desde la independencia
de Francia, en 1962.
Menos posibilidades se le conceden a los otros dos aspirantes: el
exministro de Turismo, Abdelkader Bengrina, y al exdiputado del FLN y
presidente del partido de oposición Frente al Mustakbal, Abdelaziz
Belaid.
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