Varios
países están repatriando sus reservas de oro y están abandonando
el dólar en preparación para la tormenta económica que viene
con el reinicio financiero mundial, en un movimiento que se puede
calificar de desbandada generalizada. Debido a la escalada
de las tensiones geopolíticas, los países tratan de reforzar
sus reservas de oro, y así aumentar su independencia
financiera.
Los bancos centrales de todo el mundo han estado almacenando oro en
los últimos años, alejándose del dólar estadounidense. Asimismo
se ha notado otra tendencia: la repatriación de oro del extranjero,
y el almacenamiento de los lingotes en bóvedas locales.
En los últimos años hemos visto
a países
como Alemania, Austria,
Bélgica, Venezuela y los Países Bajos
repatriar su oro desde distintos
lugares del mundo. El
ritmo parece haberse acelerado desde que Venezuela decidió repatriar
sus 180 toneladas de oro en 2011. Hace unos meses, el Banco
de Inglaterra se negó a devolver 14 toneladas de oro pertenecientes
a Venezuela.
Caracas quiere repatriar algunos de sus de lingotes para hacer frente
a la crisis económica del país, que se ve exacerbada por las
sanciones de EEUU. Los casos de Rusia, Venezuela e Irán han
demostrado claramente que EE.UU. puede imponer sanciones y
congelar los activos de cualquier país en su territorio.
MONEDA UNIVERSAL
La acumulación de reservas de oro en territorio propio es un paso
correcto, porque el oro es una moneda universal, mientras que
el almacenamiento de reservas en diversas divisas no es tan seguro,
debido a la inestabilidad de las monedas. Rusia, China y Turquía
son ejemplos de países que llevan años aumentando sus reservas de
oro.
En el año 2018 los bancos centrales compraron más
oro que en cualquier otro año desde 1971. La tendencia sigue en
2019. China aumentó sus reservas de oro en 10,3 toneladas en junio y
en 74 toneladas en los seis meses anteriores. Rusia también ha
aumentado sus reservas de lingotes, añadiendo más de 70 toneladas
de oro a sus bodegas en los primeros cuatro meses de 2019.
El oro no se puede devaluar como el dólar, el euro,
la libra esterlina y todas las monedas fiduciarias. Tiene la
consideración de ser un dinero sin fronteras que actúa como
reserva y refugio seguro en una cartera diversificada. Algo,
que de lo que estos bancos centrales son muy conscientes aunque no lo
digan.
RESERVA FEDERAL
La cantidad de oro en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York
cayó a su menor nivel en las últimas décadas. Eso ha sucedido
debido a que los bancos centrales extranjeros están retirando
activamente su oro. El proceso de repatriación del oro será
beneficioso para la economía mundial según los expertos.
Los analistas afirman que se mantiene de forma casi ininterrumpida la
salida de oro de la FED, que comenzó en 2014. Las razones son
obvias: el crecimiento de las tasas del sistema de la Reserva
Federal, la presión sobre el euro y otras monedas por parte de
EE.UU. y el aumento de los riesgos geopolíticos. El mundo busca
reducir su dependencia del dólar.
La Reserva Federal sostiene que el oro no juega un papel monetario y
ni ellos se lo creen. Pero entonces hay que preguntarse ¿por qué
el Banco de la Reserva Federal mantiene la mayor cantidad de oro que
pertenece no sólo a Estados Unidos, sino también a otros países?
Los países cuyos bancos controlan el oro físico obtienen un
enorme poder económico: pueden vender o rentar en el mercado el
oro que le están cuidando a otros.
UNIÓN EUROPEA
Varios estados de la Unión Europea tienen depositada en el
extranjero parte de sus reservas nacionales por motivos de seguridad.
Sin embargo en Europa se multiplican las voces en favor de repatriar
sus ligotes de oro desde varias naciones, debido a las consecuencias
de la crisis económica, y a una impresión de moneda fiduciaria sin
precedentes a nivel mundial.
Pocos años después de acabar la segunda guerra mundial, Alemania
había sacado provecho del plan Marshall y había recreado casi por
completo su economía, invirtiendo una buena parte de su superávit
en comprar oro.
Con la guerra fría en pleno auge, ni EE.UU. ni sus aliados querían
que hubiera mucho oro dentro de Alemania, que pudiera servir de
respaldo para un posible resurgimiento del nazismo, o que pudiera ser
capturado por los soviéticos en una guerra. Así que se obligó a
Alemania a que aceptara que los bancos de Gran Bretaña, Francia y
EE.UU. le ‘cuidarían’ una parte significativa de su oro.
En el caso de España, durante la guerra civil española las
autoridades republicanas tenían miedo de que los cientos de
toneladas de oro en el Banco de España cayeran en manos de los
sublevados nacionalistas, con lo que obtendrían recursos inmensos
para comprar armas, municiones y comida para su bando. Quisieron que
la Unión Soviética les ‘cuidara’ todo ese oro, y Rusia
simplemente se lo apropió, aunque otros dicen que se gastó
todo el oro en comprar armas de guerra.
ALEMANIA
Alemania fue el primer país europeo que reivindicó
sus 120 toneladas de oro en 2014. A continuación, los Países
Bajos pidieron a la Reserva Federal la devolución de 122
toneladas de oro. Austria fue la tercera nación europea en
repatriar la mayor parte de su oro para volver a depositarlo en
Austria y Suiza.
El Bundesbank informó en agosto de 2017 que había
culminado, tres años antes de lo previsto, la repatriación de parte
del oro que mantenía en Nueva York y París, y ya tiene algo más
de la mitad de sus reservas en Fráncfort, tal y como lo tenía
previsto.
Alemania quiso que el oro que le guardaban en París, Londres y Nueva
York fuera repatriado y almacenado ‘in-situ’. Los bancos de los
dos primeros países lo regresaron rápidamente, pero de los
depósitos neoyorkinos de la Reserva Federal salieron unas pocas
toneladas, durante los dos primeros años, antes de que los envíos
se detuvieran por completo.
El programa de repatriación
parcial de la reserva de oro almacenada en la Reserva Federal desde
el final de la segunda
guerra
mundial
se lanzó en Berlín en 2012. Alemania
repatrió 300 toneladas de
lingotes de oro que se colocaron en el almacén del Bundesbank, en
Fráncfort del Meno.
Los Países Bajos, por su parte, repatriaron unas 100 toneladas de
oro de EEUU.
EL CASO DE POLONIA
Otro de estos países es Polonia que, después de duplicar
durante el año pasado sus reservas del metal precioso, está
repatriando oro del extranjero. Varsovia quiere llevar una
parte significativa del metal precioso de vuelta a casa desde el
Banco de Inglaterra.
El Banco Nacional de Polonia señala que la repatriación se debe a
la necesidad de los bancos centrales de diversificar el
almacenamiento de sus reservas de oro para limitar el riesgo
geopolítico, lo que podría dar lugar a la pérdida de acceso o
a la restricción de la disponibilidad de los recursos de oro en el
extranjero. Con estos fines espera transferir al menos 100 de las 228
toneladas, y almacenar los lingotes en sus bóvedas.
El Banco declaró que el oro es la mayor reserva de todos los
activos de reserva, y además es un ancla de confianza que
diversifica el riesgo geopolítico. Además, se refiere al oro como
un amortiguador estratégico que aumenta la credibilidad y apoya la
fortaleza financiera y la seguridad del país, incluso en condiciones
de mercado desfavorables.
Asimismo el Banco de Inglaterra ha estado guardando 80 toneladas de
oro australiano durante años. Sin embargo, el regulador del Reino
Unido no le ha permitido a Australia llevar a cabo una auditoría
adecuada de sus lingotes.
HUNGRÍA
Polonia no es el único país de la UE que desea conservar gran parte
de sus reservas de oro en su territorio. En octubre de 2018, Hungría,
el vecino de Polonia, anunció la decisión de repatriar las reservas
de oro, explicando que el traslado fue por razones de seguridad.
Inspirado también por el ejemplo de Polonia, Eslovaquia
considera la posibilidad de repatriar el oro del Reino Unido. Serbia,
más tarde, se unió a Eslovaquia en esta repentina tendencia de
repatriación de oro de Europa del Este.
Concretamente la repatriación del oro de Hungría se suma a la
creciente protesta contra la hegemonía del dólar
estadounidense, ya que el Banco Nacional de Hungría repatriará cien
mil onzas troy de oro de Inglaterra.
La compra de oro y las repatriaciones de Hungría, y ahora de
Polonia, envían señales claras a la élite de la UE de que, tanto
en el ámbito de la política como en el de la estrategia monetaria,
los dos países todavía tienen una vena independiente y un sentido
de soberanía nacional que está ausente en muchos otros países
miembros de la UE y que ya quisiera yo que lo tuviera España.
Al igual que otros países, Turquía no guardaba todo su oro
en casa: una parte -28,7 toneladas de lingotes- estaba depositada en
la Reserva Federal de EEUU. No obstante, ahora Ankara lo ha sacado
todo y lo ha colocado parcialmente en los almacenes del país,
mientras que otra parte la ha confiado al Banco de Pagos
Internacionales en Suiza y al Banco Central de Inglaterra.
(*) Periodista
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