El director de la OCDE, el mexicano José Angel Gurria, recomendó a los países no tomar medidas más fuertes contra los inmigrantes porque su fuerza laboral será necesaria para llenar la escasez de mano de obra a medida que la economía se recupera.
"Las dificultades económicas actuales no cambiarán las tendencias demográficas a largo plazo y no deberían ser usadas como excusa para sobre restringir la inmigración", dijo en un comunicado.
En 2008, las 31 economías más desarrolladas que integran la OCDE recibieron 4,4 millones de inmigrantes, una baja de 6%, afirmó un reporte de la entidad con sede en París.
La disminución revirtió los aumentos anuales promedio de 11% que la inmigración había registrado los anteriores cinco años, agregó. Además, las estadísticas nacionales apuntan hacia una nueva caída en la migración internacional en 2009.
China, Polonia, India y México encabezaron la lista de países abandonados por los inmigrantes en 2008, según la OCDE.
Históricamente, los lazos familiares y económicos influyen en el destino elegido.
Cerca de la mitad de los inmigrantes se fueron a Europa, un tercio a América del Norte, 10% a Japón y Corea del Sur, y un 8% a Australia y Nueva Zelanda, informó la OCDE.
Mientras que los mexicanos tienden a ir a Estados Unidos y los polacos a países europeos, más de un medio de los inmigrantes chinos se trasladaron a Japón o Corea del Sur, agregó el informe.
El desempleo entre los inmigrantes masculinos fue mayor al de los nativos de los países receptores debido a que los extranjeros laboran en sectores que fueron azotados por la crisis como la construcción, hotelería y restaurantes, dijo la OCDE.
En algunos países, aumentó el empleo de las mujeres inmigrantes porque salieron a trabajar para compensar la pérdida del salario de sus esposos desempleados, dijo la organización.
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