SEVILLA.- Las chumberas
forman parte del paisaje de Andalucía de este a oeste desde el siglo
XVI. Pero, a día de hoy, está al borde de la desaparición por una
situación en la que interviene su situación administrativa: es una
'inmigrante ilegal', está catalogada como planta exótica e invasora. Es
decir, en teoría incluso debería ser aniquilada, aunque eso nunca
ocurrió. Pero, tampoco, parece que vaya a moverse un dedo por su
salvación, a juicio de El Mundo.
Todas las comarcas de Andalucía están ya infectadas por una cochinilla que chupa la savia hasta la muerte de la chumbera (Opuntia maxima), informa el profesor de la Universidad de Córdoba Meelad Yousef Naef.
La situación no parece preocupar, pues en Andalucía no produce
rendimiento económico más allá de los higos chumbos -verdes o naranjas-
de cada verano.
Sin interés económico, fueron las molestias que
provocan los vuelos de millones de machos -que curiosamente no se
alimentan de la chumbera-, las que motivaron unas jornadas de análisis
en Sanlúcar de Barrameda, pero por su impacto en los
turistas, y otras del IFAPA (Instituto de Investigación y Formación
Agraria y Pesquera de Andalucía).
La chumbera llegó de México para que sirviera de comida a su huésped, la cochinilla del carmín (Dactylopius coccus),
insecto del que se extrae ese tinte. Esta actividad ganadera ya no
existe, excepto en Canarias. Es el insecto que posee el mayor contenido
de pigmento rojo y, por tanto, ha sido de los más explotadas.
Actualmente, el ácido carmínico supone el colorante con mayor número de
aplicaciones, en la industria farmacéutica, cosmética, o alimentaria,
añade el IFAPA.
En el año 2007 se detectó una especie diferente de cochinilla (Dactylopius opuntiae)
como plaga sobre chumberas de Murcia, con niveles de infestación y
molestias de los machos en las localidades cercanas muy elevados. A
partir de Murcia la plaga se ha expandido rápidamente.
Las hembras de esta cochinilla mortal carecen de alas y realizan puestas de más de 100 huevos, de donde eclosionan ninfas muy activas que, como sus madres, se alimentan de la savia.
El profesor Yousef, experto en la especie, lamenta el mal trato a una planta "tan generosa",
que alimenta a personas, ganado y aves; que sirve de linde entre
fincas; forma parte del patrimonio cultural de Andalucía; y, en su país,
Siria, las pencas se cortan y colocan junto a tallos jóvenes de otras
plantas para que los rieguen.
Él es consciente de que su categoría de
exótica e invasora impide cualquier plan de acción oficial para su
conservación.
Un problema igual sufre el cangrejo americano en las
marismas del Guadalquivir, pero con resultado diferente. La necesidad
de amparar a la industria pesquera y envasadora que generó el crustáceo
hizo que la Junta autorizase su pesca a pesar de la posición de la UE,
con el argumento de controlar a una especie que puede ser dañina para el
entorno de Doñana si se desmanda.
La chumbera no
tiene quien la defienda, ni siquiera es especie agrícola. Los expertos
del IFAPA señalan que un sistema de control que se ha manifestado eficaz
es el uso de jabones suaves pulverizados al inicio de la plaga.
Meelad
Yousef ha probado en chumberas de Rota, Chiclana y El Puerto de Santa
María un sistema que elimina la plaga, aplicar jabón potásico diluido al
2%. Alcanzó una eficacia contra la cochinilla del 91,5% pues el jabón potásico hace que la hembra de la cochinilla pierda la capa algodonosa con que se protege, y entonces hasta la luz solar acaba con ella.
Esos
ensayos fueron posibles gracias a un convenio entre la Diputación de
Cádiz y Asaja, que financió el estudio con 18.000 euros. Pero este
profesor de la Unidad de Entomología Agrícola no dispuso de presupuesto
para más.
Las alrededor de 6.000 hectáreas que cubren las chumberas en Andalucía decaen, blanquecinas. Los higos chumbos van camino del recuerdo.
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