RABAT.- El enlace eléctrico submarino entre España y Marruecos, inaugurado en 1997, podría convertirse en el primer tramo de una amplia red de "autopistas energéticas" bajo el Mediterráneo, por la cual Europa importaría del sur electricidad proveniente de fuentes renovables.
La interconexión entre Tarifa, en España, y Fardioua, en Marruecos, es "la única bajo el Mediterráneo", indicó la Oficina Nacional de Electricidad (ONE) marroquí.
Hay otros "proyectos de interconexión desde hace tiempo", indicó el presidente de Transgreen, un consorcio de unas 20 entidades cuyo objetivo es estudiar la posibilidad de crear otras interconexiones submarinas en el Mediterráneo, André Merlin.
"Sin embargo, dada la elevada inversión necesaria, ha resultado difícil concretarlos" hasta ahora, agregó.
"Las cosas pueden llegar a cambiar, porque los países del Sur tienen la posibilidad de generar energía renovable y exportarla", añadió el presidente de Transgreen, integrado entre otros por la compañía de electricidad francesa EDF, Alstom, Siemens y Abengoa.
La idea de realizar otras interconexiones eléctricas de este tipo podría concretarse con más facilidad en el marco del Plan Solar Mediterráneo (PSM), el cual prevé desarrollar la producción de electricidad renovable, en particular solar, para alcanzar los 20 gigavatios y exportar la cuarta parte de dicha producción a Europa.
La energía renovable se genera a menor costo en el sur del Mediterráneo que en el norte. Además, comprar electricidad renovable permite a las compañías europeas acercarse a sus objetivos de crecimiento en la materia y así limitar la venta de energía que es una de las causas del efecto invernadero.
Hoy en día la electricidad va más bien del norte hacia el sur. Así, Marruecos importó 18% de su electricidad en 2009 por razones económicas, ya que el kilovatio/hora es más barato en España.
No obstante, la energía renovable tal vez permita a Marruecos convertirse en exportador a través del actual "cable submarino".
En 2020 tal vez ya se haya construido una interconexión submarina entre Túnez e Italia, y, posteriormente, se baraja la posibilidad de hacer otra entre Argelia y España o la isla italiana de Cerdeña, entre otros proyectos.
Sin embargo, dadas las distancias, habría que enviar corriente continua en lugar de corriente alterna, como ocurre entre Marruecos y España, lo cual conllevaría pérdidas considerables, puntualizó Merlin.
Una infraestructura de ese tipo costaría alrededor de 1.000 millones de euros para una potencia de un gigavatio.
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