El objetivo de esta iniciativa es cubrir puestos de trabajo en sectores como la agricultura o el turismo y evitar que la estancia temporal se convierta en permanente.
No obstante, la propuesta no crea un derecho de admisión, ya que los Estados miembros mantendrán el poder de determinar el número de temporeros que quieren admitir en su territorio.
Según los datos de Bruselas, España admitió sólo en 2008 a un total de 24.838 trabajadores temporeros de fuera de la UE. Italia recibió 11.000 solicitudes durante los dos primeros meses de ese año. En 2009, Alemania dejó entrar a 4.248 temporeros, Francia a 2.215 y Suecia a 7.252.
"Los empresarios de la UE dependen cada vez más de personas procedentes de países no europeos para cubrir puestos de trabajo en sectores como la agricultura, la horticultura y el turismo, ya que cada vez son menos los ciudadanos de la UE que se prestan a realizar estos tipos de trabajos de temporada", aseguró la comisaria de Interior, Cecilia Malmström.
La propuesta del Ejecutivo comunitario establece un procedimiento común acelerado para la entrada y estancia en la UE de trabajadores temporeros de terceros países, simplificando las reglas que se aplican actualmente en los Estados miembros. El nuevo permiso, a la vez de residencia y trabajo, se expedirá en un plazo máximo de 30 días.
Su concesión estará condicionada a la existencia de un contrato laboral o una oferta vinculante que especifique un salario. Con ello se trata de evitar casos de explotación laboral.
Los temporeros recibirán un visado o permiso de residencia que les permitirá trabajar por un periodo máximo de seis meses al año. Esta limitación estricta tiene como objetivo garantizar que los inmigrantes trabajarán realmente en sectores de temporada y no en un trabajo normal. También pretende garantizar que la estancia temporal no se convierta en permanente, según la Comisión.
Los empresarios deberán dar pruebas de que los trabajadores temporeros tendrán un alojamiento adecuado durante su estancia. También hay una disposición para facilitar las quejas de los trabajadores.
La norma introduce también un permiso multianual de tres años o un procedimiento simplificado de entrada para los años siguientes con el objetivo de facilitar la inmigración circular de los temporeros entre la UE y sus países de origen. El Ejecutivo comunitario sostiene que así se consolidarán los flujos de remesas, trasferencia de cualificaciones e inversión en los países terceros. La norma debe ser aprobada ahora por los Gobiernos de los Veintisiete y la Eurocámara.
El Ejecutivo comunitario propuso además una directiva para simplificar, para las empresas multinacionales, la cesión temporal de trabajadores cualificados de países terceros desde una compañía que tenga su sede fuera de la UE a sucursales o filiales establecidas en Estados miembros.
"Estos trabajadores transferidos en el seno de una misma empresa aportan sus conocimientos y sus cualificaciones técnicas a Europa, lo que contribuye a reforzar la economía europea y a atraer más inversión a los Estados miembros", defendió la comisaria de Interior.
La propuesta define condiciones de estancia más atractivas para estos trabajadores y sus familias y facilita su movilidad en la UE, pero los Estados miembros conservarán su derecho a determinar a cuántos permiten la entrada.
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