SEVILLA.- Greenpeace ha cifrado en "más de 66 millones
de euros" el "derroche" por la "mala" gestión de la costa en Andalucía,
según destaca en la duodécima edición del informe 'Destrucción a toda
costa 2012' que ha presentado este jueves.
En el documento, destaca cómo la "mala" gestión costera con
actuaciones como regeneración de playas, dragados, espigones y
reconstrucción de paseos marítimos, supone "un derroche constante de
dinero público que podría evitarse con una política de gestión integral
de la costa".
"Sólo en los casos analizados en Andalucía, Greenpeace ha
descubierto cómo se han malgastado 66 millones de euros en poner parches
que implicarán nuevos gastos en los próximos años", ha resaltado.
La organización ecologista ha destacado como ejemplo la
"constante" dilapidación de recursos económicos que requiere el
mantenimiento de los arenales andaluces como consecuencia de la
degradación urbanística. Así, sólo en 2011 fueron necesarios "13
millones de euros, a 16.250 euros el metro cuadrado, para regenerar la
playa de los Baños del Carmen (Málaga), y 1,6 millones para recuperar
las playas entre el puerto de Garrucha y el río Almanzora en Almería".
Además, la política actual de costas, según apunta Greenpeace, "no
está teniendo en cuenta la mayor amenaza a la que nos enfrentamos, el
cambio climático, una inaceptable falta de visión de futuro que supondrá
para Andalucía un gasto cercano a los 600 millones de euros hasta 2100
debido a la intensificación de los temporales y las sequías, así como la
subida del nivel del mar".
"Al futuro derroche de dinero en Andalucía, hay que añadir el
dinero que el Estado se gasta en los más de 8.000 kilómetros de costa
española cada año, con cien millones de euros como media", ha indicado.
"El saneamiento integral de las aguas en la Costa del Sol necesitarían
500 millones de euros", ha añadido.
Una de las principales conclusiones del Informe es que al
ejecutarse obras en la costa no se contempla el impacto económico
añadido de la pérdida del capital natural. La mala gestión también se
traduce en pérdidas pues, según Naciones Unidas, en Andalucía se ha
perdido, debido al urbanismo, la contaminación y las infraestructuras,
"más del 50 por ciento de los humedales costeros, y con ellos los
beneficios económicos y ambientales de estos ecosistemas en pesca,
turismo u otras actividades".
"El caso más extremo se encuentra en las marismas del
Guadalquivir, donde se ha perdido el 83 por ciento de su superficie
original", según añade.
Por otro lado, ha subrayado "otra cifra a destacar" como es la que
se deriva de "esconder los lodos contaminados de Fertiberia (Huelva),
que supone un coste de 38,5 millones de euros".
"Proyectos como los de Valdevaqueros, en Tarifa (Cádiz), la
demanda de la mancomunidad de municipios del levante almeriense para
abrir el hotel de El Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de
Gata-Níjar (Almería), o el desarrollo urbanístico en torno al Cabo
Trafalgar, suponen el disparatado resurgir del ladrillo", ha advertido.
En este sentido, apunta que "el principal perjudicado" de esta
política es el turismo, con ""un modelo con exceso de alojamientos,
carga ambiental y menores ingresos. De entre 115 destinos turísticos
mundiales, la Costa Brava (Cataluña), las islas Baleares y las Canarias
aparecen en los últimos puestos en valoración de excelencia; y la Costa
del Sol, el último lugar por falta de atractivo estético y su escasa
calidad ambiental.
Por último y continuando con el factor turístico, Greenpeace
resalta que el Parque Nacional de Doñana reporta unos beneficios anuales
a este respecto de 206 millones de euros.
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