SACRAMENTO.- Hacinados en dormitorios,
trabajando muy cerca, sin mascarillas o guantes: aunque los
agricultores son considerados esenciales, pues de ellos depende recoger
las cosechas que alimentan a Estados Unidos, las condiciones en las que
viven y trabajan los hacen muy vulnerables a contraer la covid-19.
Unos
2,4 millones de personas trabajan en los campos de Estados Unidos, el
país con más casos en el mundo del nuevo coronavirus, y como los médicos
o enfermeros, policías, bomberos y empleados de supermercados, no
pueden parar durante esta crisis, que ya obligó a 3/4 de la población a
confinarse en casa.
Estos campesinos -al menos la mitad de ellos
indocumentados- se dedican largas horas a recoger frutas y hortalizas,
muchas veces bajo un sol inclemente y en posiciones dañinas para la
espalda.
Es un trabajo que pocos quieren hacer.
Y aunque
esenciales, porque la demanda ha aumentado en medio del estado de
alarma, activistas denuncian que están entre los trabajadores más
vulnerables ante la covid-19, pues muchos no han recibido información
sobre el letal virus o adaptado su trabajo a los protocolos de
distanciamiento social que deben seguir y mucho menos recibir equipo de
protección.
Ganan sueldo mínimo, algunos viven en campamentos
diminutos en los que duermen 200 trabajadores o en pequeños apartamentos
donde se meten hasta cuatro familias, se trasladan amontonados en
camiones o buses y las condiciones sanitarias en el trabajo son en
general paupérrimas.
Y debido a que tantos no tienen papeles, el
acceso a los servicios de salud es difícil, el terror a la policía
migratoria sigue intacto y ni hablar del seguro de desempleo o los
beneficios de un plan de alivio anunciado recientemente por el
presidente Donald Trump.
"Su realidad es que si no trabajan, no
cobran, y si no cobran no tienen cómo alimentar a su familia y pagar
renta", dijo Erik Nicholson, vicepresidente nacional de la
Unión de Campesinos de América (UFW), el mayor sindicato de los
trabajadores agrícola.
"Es común que vayan a trabajar si tienen fiebre, tos... o uno de los síntomas de la covid-19".
La
agricultura representa un enorme motor de la economía nacional,
generando más de 5% del PIB en 2017, y California concentra la mayor
producción. Se le conoce como "la ensaladera de Estados Unidos".
Steve
Lyle, portavoz del departamento de Agricultura de este estado, quinta
economía del mundo, dijo que "los trabajadores agrícolas son
parte fundamental" en el suministro esencial de alimentos.
"Los
productores de alimentos se han centrado en mejorar las medidas de
seguridad de los trabajadores desde el principio de esta crisis" y han
introducido "distanciamiento social en los campos y en las líneas de
producción".
Algunas granjas, como la de Ellen Brokaw, que cosecha frutas, ya han reestructurado su operación.
"Nuestro
objetivo es mantener a nuestros trabajadores seguros y que sigan
viniendo a trabajar, a menos que estén enfermos o necesiten estar en
casa para el cuidado de los niños o porque alguien más esté enfermo",
dijo al diario VC Star.
Pero no todas actúan así. En una consulta
que hizo la UFW en redes sociales, 90% de los 277 campesinos que
respondieron dijo que no recibieron aún ningún tipo de información sobre
el virus.
Otros tienen que dejar a sus niños solos en casa porque
no hay escuela y no tienen cómo cuidarlos, y en general hay miedo a
perder el empleo por faltar incluso por una emergencia.
"Creo que somos los más vulnerables, los menos vistos" en la pandemia, dijo el agricultor Juan Guerrero al canal Univisión.
Y
David Still, profesor y director del Instituto de investigación
agrícola de la Universidad del estado de California en Pomona, indicó
que un solo enfermo puede poner en peligro el suministro de alimentos.
"Si
los pones en un autobús (...) y alguien está infectado, se acabó tu
fuerza laboral", explicó. Y "si 5, 10, 20 ó 30% de los
trabajadores no se presenta a trabajar será un enorme problema".
No hay comentarios:
Publicar un comentario