ALMERÍA.- La situación de los trabajadores del campo en Almería genera a
menudo una controversia que traspasa las fronteras no solo provinciales,
sino también nacionales. A principios del mes de noviembre fue la
cadena árabe Al Jazeera (1) la que levanto la voz de alarma al asegurar en
un reportaje audiovisual que dentro de los invernaderos almerienses "muere gente".
Ahora, tan solo unos meses después, las críticas llegan desde Reino Unido,
uno de los principales receptores de productos hortofrutícolas de los
campos almerienses con una exportación de más de 280 millones de euros, y
desde donde la revista 'Ethical Consumer' ha lanzado un mensaje de advertencia a todos aquellos supermercados multinacionales que venden productos llegados desde los invernaderos del sur de España.
De este modo, la revista advierte a sus lectores con un mensaje nítido en una de sus publicaciones digitales: "Desde 2011 se conoce la grave explotación de los trabajadores migrantes en la región de Almería,
en el sur de España. Entonces, ¿por qué los supermercados y los
certificadores agrícolas del Reino Unido siguen sin resolver los
problemas en la región?".
Y denuncian: "Las prácticas de empleo aún son inadecuadas en algunas granjas dada la naturaleza de la fuerza laboral, que comprende en gran parte a los trabajadores migrantes del norte de África".
La muerte
Una idea sobre la que ahonda la información de la revista de Reino Unido: "Se conocen graves problemas de los derechos de los trabajadores en Almería desde 2011: se
han recibido reiterados informes de barrios marginales, salarios bajos
ilegales", aseguran antes de llegar incluso a asegurar que muchos de
estos trabajadores encuentran la muerte bajo el plástico almeriense: "Incluso la muerte de varios trabajadores locales por exposición a productos químicos peligrosos", señalan.
Asimismo,
el artículo ataca con dureza a una compañia almeriense sobre la que no
desvela su nombre y a la que culpa de obligar a los trabajadores a poner
"en peligro" su vida con el uso de productos químicos. "Este hombre se
ha derrumbado tres veces", dice un trabajador, Mohammed, sobre su
compañero. “Lo han obligado a rociar [productos químicos agrícolas en los cultivos], o salir. Si se niega, lo sancionarán ".
Por último, desde Ethical Consumer señalan que esta empresa "anónima" toma represalias sobre aquellos trabajadores que levantan la voz. "Hosein
se quedó con cicatrices en sus muñecas y manos de su trabajo durante
los meses intermedios. Le dijeron que comenzara a limpiar los canales en
el techo del invernadero, afirma, donde le cortaron y rascaron las
manos con cables", recoge el artículo.
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