SEVILLA.- El consejero de Industria, Energía y Mina de la Junta de Andalucía,
Jorge Paradela, ha señalado este miércoles que la Administración
autonómica ha detectado hasta 21 sectores productivos en los que "todos"
coinciden en que "no encuentran gente para trabajar". Para el
consejero, esta realidad requiere una "reflexión" en un contexto en el
que Andalucía encadena 55 meses seguidos de bajada del desempleo en
términos interanuales.
Así lo ha recalcado en su intervención
en la clausura de la presentación de la revista 'Andalucía Económica' y
su XXVI edición del Barómetro de Expectativas Empresariales. Un acto en
el que Paradela ha recordado que en la Ley de Espacios Productivos las
ayudas que se recogen contarán finalmente con un presupuesto de 80
millones frente a los 50 iniciales.
En su alocución, el
consejero ha recordado que la Junta está realizando "un gran esfuerzo"
para intentar acortar la brecha existente entre la oferta y la demanda
con medidas como la oferta de plazas en la Formación Profesional, con un
incremento de más 50.000 en los últimos cinco años tras un análisis de
las necesidades que plantean los diferentes sectores productivos.
La presentación ha contado con las intervenciones de Alfredo
Chávarri, director general de Andalucía Económica; Ricardo Castilla, CEO
de Concepto Instituto de Investigación; Antonio Higueros, director
territorial de Garántia; Juan Ignacio Zafra, director territorial de
Andalucía de CaixaBank; y Francisco Herrero, presidente de Andalucía
Económica. El evento cuenta con el patrocinio de CaixaBank, con la
colaboración de Universidad Loyola, Garántia y Telefónica.
El
primer bloque del Barómetro de Expectativas Empresariales refleja las
previsiones de las empresas participantes en relación a sus índices de
facturación, beneficios, empleo e inversión en activos de cara al
ejercicio 2026.
Son expectativas "muy optimistas", ya que una "holgada"
mayoría de las compañías prevé que sus cuentas crezcan (57,4%) o se
mantengan (40,9%), frente a un "reducido" 5,4% que pronostica una
reducción de su cifra de negocio, según ha recogido 'Andalucía
Económica' en una nota.
Desde 2009, las expectativas sobre la
facturación se han mantenido en un "nivel alcista", salvo en ciclos
negativos destacados como fueron los ejercicios 2012 y 2020, año de la
pandemia.
En cuanto a las expectativas sobre los beneficios empresariales, "se refuerza el optimismo, pues un 47,3% de las compañías encuestadas confía en mantener los mismos niveles que los que tendrá este año, y un 38,9% aspira a aumentarlos".
También en este caso son los
menos los que esperan peores resultados el año que viene (13,8%).
Son "expectativas alentadoras" que "se encuentran alejadas" tanto de
los años de crecimiento económico (ejercicio 2016) como de las
previsiones más pesimistas (2009 y 2021). Similar radiografía muestra el
indicador de las previsiones de empleo.
La práctica totalidad de las
compañías participantes confía en mantener (51,2%) o aumentar (39,9%)
sus plantillas en 2026, frente a un 8,9% que prevé reducir empleo.
El segundo bloque del Barómetro recoge las opiniones de los
directivos andaluces sobre el comportamiento a corto plazo de la
economía en el plano internacional, nacional y regional. El actual
escenario político y económico internacional genera "incertidumbre" en
las empresas españolas por "múltiples factores".
Los conflictos
geopolíticos, las tensiones comerciales y la volatilidad de los precios
energéticos incrementan los gastos operativos y reducen la
competitividad exterior. Además, las políticas monetarias menos
expansivas del BCE encarecen el crédito y frenan la inversión.
La inflación global, la desaceleración económica en Europa y la
inestabilidad de los mercados financieros limitan el crecimiento
empresarial, mientras que la dependencia de materias primas importadas
expone a las compañías a fluctuaciones constantes y riesgos de
desabastecimiento. Aunque la incertidumbre por la guerra comercial entre
EEUU y la UE ha disminuido, los empresarios no descartan nuevos
episodios de tensión.
Además, la caída del Gobierno en Francia y las
dudas sobre la sostenibilidad de su deuda han aumentado los riesgos
sobre la estabilidad financiera.
Por último, una escalada del
conflicto en Oriente Medio podría provocar un fuerte aumento en los
precios del petróleo. Casi la mitad de los empresarios consultados
(49,5%) estima que la situación económica internacional se mantendrá en
los actuales índices de crecimiento, aunque también es importante el
porcentaje de los que creen que va a empeorar (34%).
En cuanto
a la evolución de la economía andaluza, más del 92,8% de los directivos
encuestados considera que la evolución va a ser "similar, mejor o
incluso mucho mejor que la nacional". Esta tendencia positiva se viene
advirtiendo desde 2022 y "deja atrás la opinión sobre un comportamiento
peor, que era la constante hasta el 2017".
Esta es la primera vez en las
25 ediciones del Barómetro que el mayor porcentaje de respuesta
corresponde a quienes confían en una mejor evolución de la economía
andaluza.
Las previsiones de diferentes organismos auguran un
crecimiento "levemente mayor" de la comunidad sobre el nacional o en
todo caso "muy semejante", barajando un intervalo de crecimiento del PIB
para final de año, tanto a nivel nacional como autonómico, que se
situaría en torno al 2,8% y el 3%.
Según el informe de coyuntura que
elabora el Observatorio Económico de Andalucía, con la colaboración de
la Cámara de Comercio de Sevilla, la economía andaluza encara 2026 con
ciertos "focos de vulnerabilidad": el sector exterior seguirá lastrado
por la debilidad de la demanda europea y las tensiones comerciales,
mientras que la industria --especialmente el refino y la petroquímica--
afrontará márgenes muy ajustados por la volatilidad de las materias
primas.
Además, el consumo privado podría verse limitado si
los salarios continúan creciendo por debajo de los precios. Para 2026 se
prevé un crecimiento entre el 2% y el 2,2% en un contexto de
normalización tras el fuerte avance de 2025.
Esta desaceleración se
explica por una moderación en la creación de empleo y un entorno
exportador todavía débil. El principal riesgo es una evolución europea
peor de lo esperado, que afectaría tanto a exportaciones como a turismo.
Como contrapeso, la inversión ligada a la transición energética y la
digitalización podría seguir actuando como soporte.
Por su parte, el 39º Informe Loyola Economic Outlook (LEO) confirma el "buen momento" de la economía andaluza y sitúa las previsiones de crecimiento del PIB en un 2,4% para 2026 tanto en Andalucía como en el conjunto de España en un contexto de "desaceleración progresiva pero equilibrada".
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